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Muertos de risa

Comedia Nino y Bruno son dos famosos humoristas de los años setenta que, a lo largo de los años, han ido forjando un odio mutuo que, en parte, ha sido la base sobre la que han cimentado su éxito. Una gala de Nochevieja en televisión, que supondrá el final para el dúo, es el momento a partir del cual la historia se remonta a sus orígenes. (FILMAFFINITY)
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Críticas 61
Críticas ordenadas por utilidad
1 de febrero de 2011
18 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nunca sabré por qué una película como ésta, que consigue tanto hacerme reír con su desgarrado humor negro como meterme en la vida ficticia de sus personajes, que no es sino una excusa para retratarnos España desde los 70 hasta el 99, es tan denostada en general por mucha gente.

Ignoro si es debido a una especie de prejuicio generado que hace que mucha gente critique sin haber visto, cosa que curiosamente he visto varias veces, se genera una idea prefijada de una película y con éste todo el mundo está conforme para poder opinar sobre ella la haya visto o no, que es lo que parece que gusta y más si es para criticar, sabida la generosa condición del ser humano, o bien a que en el momento en el que aparecen según qué actores se nos rebelan los liberales vociferando contra él o ella porque su partido así les dice que esas personas no deben ni hablar.

Lo ignoro, pero lo que sí sé es que para el que aquí escribe estamos ante la mejor película de Alex de la Iglesia de las que yo he visto, a falta de ver "Balada triste de trompeta", y no es decir poco. Este director está dotado de una capacidad para el humor negro heredera de otros grandes directores de España, así como de una visión propia acertada y aguda francamente genial.

Nada más que por eso, merecería verse la película, pero es que además tenemos un dúo cómico perfectamente creíble y que recuerda a otros que basaban su éxito en un estilo de humor parecido, aderezado con toda la inquina que tienen los rencores y los celos profesionales, y llevado al paroxismo por este genio de director.

Si a esto le sumamos el repaso a esa época histórica de España. con todo el sabor del recuerdo de cuando era pequeño estando ahí sin cambiar un ápice, es decir, la capacidad del director de transmitir una época en la que mete a sus personajes, no hay más que decir.

Un 10 más que merecido.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Némesis
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27 de febrero de 2008
15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta me parece una genialidad de Alex de la Iglesia. Es una obra muy bien contada, que transcurre a traves de los años, los personajes van cambiando estéticamente, pero su enfrentamiento no se modifica , sino que se hace más fuerte. La historia del ganador con el perdedor se confunde y ya no se sabe quién es quién.
En cuanto a la comicidad está lograda magníficamente, desde el inicio hasta el final , desde la cabra hasta el show final.
Verdadera obra maestra.
luis
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27 de septiembre de 2011
13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de verla por segunda vez, he de decir que, la verdad, a mí me ha gustado, y más que en la primera ocasión (allá por el momento de su estreno). Alex de la Iglesia, fiel a sí mismo, tira de exageración y esperpento para contarnos esta historia donde el humor, más que ácido, es pura corrosión. Sin ser de las mejores del director, creo que merece una reseña favorable.

Wyoming y Santiago Segura están muy bien en sus respectivos papeles, sin olvidar a Alex Angulo, cuya interpretación, como siempre, resulta genial. La recreación del mundo televisivo de los 70, 80 y 90 consigue hacernos esbozar una sonrisa nostálgica a todos aquéllos que, por fecha de nacimiento, hemos conocido, si no todas, alguna de esas décadas y a los personajes del mundo del espectáculo que por ellas pulularon.

Por otro lado, el crescendo sobre el cual evoluciona la relación entre Nino y Bruno está muy bien plasmado. Las putadas mutuas resultan cada vez más crueles a la par que risibles y van dando fe de cómo el odio puede llegar a ser un sentimiento tan intenso como el propio amor, generando una dependencia tal que sólo puede conducir a la locura. Alex de la Iglesia ridiculiza, con acierto y buen ritmo, una emoción tan común como abyecta –la envidia–, y la convierte en el leitmotiv de los personajes. Queda patente también la crítica del sentido del humor vulgar y ramplón, ante el que el populacho –e incluso, en ocasiones, los amantes del “humor inteligente” –, tienden a reaccionar con mayor facilidad. Y es que la clave del éxito de la pareja protagonista gravita sobre las hostias que le calza Wyoming a Segura, así de simple.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Angie Banshee
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7 de agosto de 2016
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
A principios de los noventa Alex De la Iglesia irrumpió en el panorama cinematográfico español apadrinando un modelo de cine gamberro y de humor transgresor. Sus fuentes de inspiración procedían de los medios de masas, oficiando de padrino el provocador Almodóvar que le financió “Acción mutante”, interesante película que diseñaba unos universos peculiares que propiciaban en paralelo una lectura indirectamente alegórica sobre la sociedad del momento. Después llegaría ”El día de la bestia”, película más elaborada que respondía a esa filosofía. Saboreando las mieles del triunfo, Alex jugó en “Perdita Durango” a ser un director de Hollywood en una “road movie” tan atípica como fallida.

En “Muertos de risa” vuelve a caminos trillados apoyándose en dos fetiches de la galaxia mediática española. La operación comercial no parecía mala idea, pero la pregunta era… ¿recuperará Alex su pulso creativo? El film tiene, cuando menos, dos niveles de lectura. Por un lado una comedia disparatada, deliberadamente excesiva, que navega entre lo grotesco y lo esperpéntico, entre lo irónico y lo patético. Es la historia de Nino y Bruno (Santiago Segura y Gran Wyoming) que se conocieron en la Andalucía profunda, en un puticlub de mala muerte, donde las iras de unos legionarios los unió para siempre… Un cazatalentos (Alex Angulo) los subió a un escenario y descubrieron cómo las bofetadas que le propinaba Bruno a Nino, ejercían un extraña atracción en el público.

La pareja más popular del país, sobre todo, después de salir en el “Un,Dos, Tres…” de Chicho. Pero tras el telón del éxito se esconde una rivalidad, una corriente de odio recíproco que iría carcomiendo esas personalidades narcisistas hasta la paranoia más delirante. Buena parte de los espectadores podrán nadar por esas aguas de superficie asegurándoles ingeniosa diversión. Pero existe otra lectura, en mi opinión, que es la que otorga profundidad e interés a este “divertimento sangriento”, que subyace como una crónica despiadada y negra de un circo mediático que vivía aquella sociedad de la transición democrática, una reflexión de nuestra idiosincrasia como pueblo.

Tras décadas de visiones aparentemente progres en lo ideológico, pero profundamente reaccionario en lo estético, nuestra Historia es recuperada para ser sometida a un ejercicio de escarnio que destila pesimismo, a pesar de su apariencia desmelenada y divertida. Lo mejor de la cinta, son los divertidos títulos de crédito, la ambientación y la dirección artística, pero donde creo que fracasa lamentablemente el cineasta es en la elección de los dos protagonistas. Están francamente mal porque no hay química entre ellos, no hay complicidad con la historia, todo es desabrido, sórdido y aberrante, a ese tipo de humor yo no le encuentro la gracia.
Antonio Morales
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9 de enero de 2012
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sí, incomprensible ese 4,9 de media. Vi esta película de forma improvisada el otro día en la televisión. No tenía ninguna expectativa, es más, el comienzo ni siquiera me gustó... pero según fue avanzando la trama me fui dando cuenta de que me encontraba ante una pequeña joya. Disfruté, y mucho, mientras visionaba la película. No porque me hiciera reír, sino porque me pareció sencillamente genial, tanto por el argumento (sin complicaciones, pero consigue su propósito) como por los dos protagonistas y su evolución a lo largo del desarrollo de la historia. ¡Vaya pedazo de cracks los actores!

Yo ya había visto anteriormente otras obras de Álex de la Iglesia. El día de la bestia y crimen ferpecto son dos de mis películas favoritas, pero 800 balas y los crímenes de Oxford (sobre todo esta última), me defraudaron un poco. De modo que no sabía qué me iba a encontrar en Muertos de risa... y he acabado encuadrándola en el primer grupo.

Señores, no sé si es que resulta que sé muy poquito de cine o que mis gustos son algo especiales... pero si de las críticas más votadas de los usuarios, ninguna baja de un 7... ¿Cómo es posible que la película tenga un 4,9 de media? ¡Por dios! Pero si Los mercenarios (The expendables) de Silvester Stallone tiene un 5,5 y es una de las peores películas que he visto en mi vida! Y la saga crepúsculo? Ninguna baja del 5! Y Beavis y Butt-head que es una p... mier.. tiene un 6,0!!!!!!! No sé si es que entonces esta película decepcionó a mucha gente, o es simplemente una más de las comunes oscilaciones que tenemos los españoles entre el chovinismo exagerado y la repudia de lo español.
switer
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