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La coleccionista

Drama. Romance. Comedia Adrien y Jenny forman una pareja estable, pero han decidido pasar el verano separados. Adrien, propietario de una galería de arte, quiere estar un mes tranquilo sin hacer absolutamente nada. Sin embargo, al llegar a la casa de campo de un amigo se encuentra con Daniel, un pintor conceptual, y con la joven Haydée, una guapa chica con mucho éxito entre los hombres. Ante la actitud aparentemente indiferente de Adrien, Haydée parece aceptar ... [+]
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Críticas 23
Críticas ordenadas por utilidad
19 de abril de 2020
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un canto a la libertad sexual y de la mujer, un perfecto alegato contra el machismo.

Adrien y Daniel son dos jóvenes amigos, atractivos, intelectuales y narcisistas. Haydée, con quien comparten casa de verano, es una joven guapísima que vive su sexualidad libremente y que actúa sin pretensiones. Esto molesta mucho a los dos chicos, que a pesar de sentirse atraídos por ella, la consideran inferior en el aspecto moral e intelectual, y la critican por su soltura a la hora de mantener relaciones con chicos.

Aunque ambos lo niegan, la obsesión que sienten por ella es cada vez mayor, hasta el punto en que la joven se convierte en el centro de atención absoluto y ambos hacen lo posible por poseerla, aunque lo esconden tras un juego de orgullo entre hombres.

Mientras, ella se mantiene ajena a todo esto. No por ingenua, sino todo lo contrario, pues se divierte con la situación, y ante las constantes críticas de los chicos, ella responde con el arma que más les puede doler: la indiferencia.

Y es así como los chicos cada vez son más dependientes de ella, mientras Haydée sigue viviendo libremente y sin sucumbir a los intentos de los chicos de hacerla sentir mal.

Éric Rohmer analiza y retrata el comportamiento humano con una exactitud implacable en este relato repleto de sutileza e inteligencia. Cuenta con un ritmo pausado que nos permite saborear cada plano, de una belleza alentadora, y fijarnos en cada grácil detalle, y que nos induce a reflexionar sobre temas que resultan actuales todavía en la actualidad.
Gizzu21
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8 de octubre de 2015
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La coleccionista de Éric Rohmer es un drama psicológico y comedia romántica de la Nouvelle vague basado en unos amigos que se reúnen para pasar unos días en una casa de campo, y una vez allí surge entre ellos sentimientos y pasiones. Dirigida con un ritmo sosegado y con el estilo particular e inimitable del director al estirar al máximo y con mucho acierto temas triviales o a priori menos interesantes para la trama de un film, es una obra magnífica y muy natural técnicamente hablando y también en historia e interpretaciones, dando una vuelta de tuerca más a los films habituales del director que encantará a los seguidores del género por su gran estilo y destreza fílmica en una forma de hacer cine que tan solo Rohmer sabe hacer.
La fotografía es bella y alusiva de la naturaleza en imágenes lumínicas y majestuosas que cumplen con una espléndida y confortante labor que es estéticamente notable en su definición gracias al talento de Néstor Almendros. La música es escasa y melódica y es usada en pocas ocasiones para no desviar la atención del espectador. Los planos y movimientos de cámara consuman una labor técnica personal del director mediante el uso de los detalles, seguimiento, generales, reconocimiento, plano-contraplanos, avanti, retroceso, subjetivos y cámara en mano que sacan lo mejor de las interpretaciones y su entorno.
Las actuaciones son naturales y verosímiles en su manera de aparentar que no están actuando. Cuenta con las colaboraciones de Patrick Bauchau que está convincente en su personalidad algo bohemia, Haydée Politoff que está sensual y provocativa en su papel de mujer fácil y Daniel Pommereulle que está creíble y acertado en su labor, siendo apropiados los acompañamientos de Alain Juffroy, Dennis Berry, Mijanou Bardot y Annik Morice. Para estos emplea la dirección artística unos vestuarios naturales e informales que con ropas coloridas y elegantes dejan clara la personalidad de los personajes en una buena tarea que junto con los exteriores te transportan in situ.
El guion, escrito por el director, es embrollado en sus conversaciones y continuas insinuaciones en un triangulo sexual y amoroso que expone el deseo con profundidad cuando los participantes tienen tiempo para explayarse en ello, logrando una obra personal e intimista del director que deja clara su libertad para mostrar temas que aún eran tabú en la mayoría de países por aquel entonces para deleitar al espectador con esos temas prohibidos. Esto se lleva a cabo con una narrativa con voz en off explicativa, siendo el resto profundo e intimista en sus largas conversaciones al estilo del director con temas triviales o aparentemente sin trascendencia personal.
Concluyendo, la considero una obra esencial en la filmografía y dramas psicológicos del estilo habitual del director que cautivará a todos sus incondicionales con su trama provocadora que incita al público con el sexo fácil por parte de una mujer en una época en la que no era bien visto en el resto del mundo, dando evidencias de gran libertad fílmica para agradar al espectador. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, montaje, planos, movimientos de cámara, exteriores y narrativa que vuelven a La coleccionista, en un film personal y propio del director que es de visión obligada para todos sus seguidores.
Elcinederamon
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28 de mayo de 2021
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Éric Rohmer fue uno de los grandes del cine francés, y un gran creador de películas, muchas de ellas inolvidables. 'La coleccionista' no está entre ellas y si lo está para algunos es gracias al atractivo de Haydee Politoff y de Patrick Bauchau, porque el resto es prescindible, incluso cargante. Cansan esos diálogos improvisados, esas pequeñas libaciones a vasos de tubo con un dedo de whisky, esos personajes tan ególatras que no durarían ni un minuto en una conversación entre verdaderos amigos y esa manera tan chapucera de mover la cámara y de emplear el zoom. Y además, todo resulta muy machista, con dos machos, a veces tres, compitiendo por llevarse a la cama a una chiquilla que no tiene ni voz ni voto, pero que dice mucho eso de 'hago lo que me da la gana' sin hacerlo nunca. Un tostón, francés, pero tostón.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ojka
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2 de junio de 2020
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este film, realizado en 1967, es el tercero de los llamados ´´Seis cuentos morales´´, del director francés Éric Rohmer. La fotografía, a cargo del notable Néstor Almendros (recordar su increíble trabajo en aquel gran film de Terrence Malick, ´´Days of Heaven´´), es exquisita.

Una caserón situado en la Costa Azul, cercano a solitarias playas rocosas y aguas translúcidas, es el escenario en donde se desarrolla la historia. Sólo son tres los personajes principales: Adrien, Daniel y Haydée.

Acaso no sea tan importante el argumento, sino los diálogos, muchas veces acertados, profundos, poéticos.
La soledad, la independencia, el dandismo, el trabajo, el ocio, el amor, el ego, son los temas centrales.
Haydée es una bellísima chica, absolutamente libre y desprejuiciada, que encarna un tipo de Casanova femenina. Para la época, una mujer que pudiera elegir sin complejos su libre sexualidad, era algo no tan común. Desde luego, ella turbará la paz que Adrien estaba buscando en esas vacaciones tan ansiadas.

Como en casi todas las películas francesas, las acciones que mueven a los actores, parecieran muchas veces ajenas a nuestros comportamientos.

El film es correcto y tiene un guión por momentos fabuloso... de esos que no se hacen hoy.
Black Floyd
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8 de abril de 2020
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Contradictoria. Muestra a personajes despreciables que solo persiguen satisfacer su ego, mostrándose dispuestos en utilizar a otras personas con tal de conseguir su vil propósito. No obstante la propuesta fascina por la certeza con la que radiografía las emociones y el austero tono que emplea, que prescinde de elementos superfluos, contando solo lo necesario.

Esboza la esencia de la atracción mal canalizada, pues no son los buenos sentimientos los que afloran, sino unos posesivos que están basados en el orgullo (necesito atraerte para sentirme desead@, pero una vez que lo consigo ya no me interesas) y la manipulación, en lo que ante todo prevalece el temor a ser manipulado.

El miedo al rechazo, la insatisfacción crónica confieren en una contracción de rasgos desagradables que llevan por intención el denigrar al prójimo. Ya sea como coraza ante posibles nuevos daños o como justificación de la propia valía, normalmente ante otros testigos. Terrible.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
El Extranjero
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