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Posibilidad de escape

Drama Tiempos de cambio se avecinan para John Le Tour, camello de lujo. Lleva muchos años trabajando para Ann, su jefa. Ya no es joven y debe pensar en el futuro, pues la empresa va a cerrar. Un día de lluvia encuentra a Marianne, la ex esposa junto a la que vivió diez tumultuosos años de drogadicción. Él se desenganchó tiempo atrás. Ella asegura que también. (FILMAFFINITY)
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Críticas 15
Críticas ordenadas por utilidad
24 de junio de 2009
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estupendo guión desempeñado con eficacia por el otrora sólo guionista Paul Schrader, que cuenta con interpretaciones extraordinarias (no sólo por parte de Dafoe (excepcional) y Sarandon (perfecta), en una historia que muestra de transfondo la auténtica crudeza de la verdad que nos rodea, mientras que su nucleo gira sin cesar hacia esa posibilidad de escape: El amor.
El único pero, en mi humilde opinión, es la conjunción musical videoclipera. La banda sonora me estorba enormemente, a pesar de que se adapta correctamente al look estilista de los personajes, la elección de los temas y el tono de los mismos están muy mediatizados por la época, lo cual es sin duda perdonable, pero horroroso. No obstante y dicho esto, es necesario recalcar que la mayor parte de lo que he visto, no es otra cosa que una genuina lección de cine, por supuesto, totalmente recomendable.
mikinervio
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7 de junio de 2023
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Un Nueva York sucio y desaliñado, crímenes y drogas, brutal y desangelado, traficantes de medianía y los problemas 'empresariales' del tráfico.
Por momento parece una cinta de Ferrara sin violencia. Elegante en determinados planos, algo glamurosa pero sórdida.
Supongo que es una problemática que afecta a muchas personas, pero a mi me queda un poco lejos. Intento meterme en los personajes pero se me hace no sólo difícil, sino que me repele la idea y por momentos me repugna.
Interesante y vitalista Willem Dafoe, como siempre interesante aunque algo fuera de lugar. Sobria y serena Susan Sarandon, aunque no sé por qué pero no la veo tampoco en el papel. Completa el plantel de los personajes principales Dana Delany, que la he visto en otras cintas pero no recuerdo cuáles. Quizá una secundaria. Lo hace bien, pero se la ve un tanto forzada.
No sé. La cinta es interesante, está muy bien rodada, los planos, los encuadres, con un gran guión, con diálogos inteligentes. Pero hasta cierto punto me parece una cinta muerta, sin vida, algo previsible y, sobre todo, muy amanerada.
Además me parece una película muchas veces contada: personajes en el borde, siempre viviendo al límite, en busca de oportunidades redentoras pero que vuelven a recaer en los mismos errores que les llevaron a ver el pozo desde abajo.
La música es interesante, rock americano no especialmente potente, suave y empalagoso.
Lo que no entiende de la cinta es la blancura con la que cuenta las cosas, la humanidad que pretende darle a unos personajes que deberían estar desquiciados y perdidos en su propia adicción. No es un tratamiento sucio y vulgar, como debería, sino que tiene una manera dulce de comportarse.
Los personajes son buenos, además de guapos, y la lógica que pretende que sigamos -que no consumen, aunque trafican- no es ni creíble ni verosímil.
En definitiva, una cinta un tanto plana que se maneja en espacio comunes y que no trasciende la humanidad que pretende.
ÁAD
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3 de diciembre de 2023
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Le tour (Willem Dafoe), en Posibilidad de escape (Light sleeper, 1992), de Paul Schrader, es un personaje en un tránsito, entre un pasado quebrado, incluso desperdiciado, que se impele a restituir, a través de una segunda oportunidad que parece ofrecerle el destino (¿o es meramente casualidad?) al reencontrarse con la mujer que amó, Marianne (Dana Delany) y cuya relación frustró por su dependencia de las drogas (¿hicieron el amor alguna vez sobrios?), y un futuro incierto, hacia el que aún no sabe a dónde o cómo encaminar sus pasos (aunque piense que puede ser la dedicación musical, en su faceta técnica, no deja de ser un opción insegura y vaga, casi más como un deseo de fuga) . Mientras en un presente, que es zozobra, interrogante (de las que deja constancia en el diario que escribe cada noche; cuadernos que tira a la basura una vez que los ha completado, como si constatara que su presente no tiene raíz), transita físicamente en la noche, porque su trabajo es el de camello, suministrador de droga (de fugas y alivios) a las ordenes de Ann (Susan Sarandon), quien, precisamente, se está planteando dejar la empresa del suministro de drogas y montar una empresa de cosméticos (corrosivamente irónica la equiparación entre ambas dedicaciones). Le tour no sabe hacia dónde se dirige, es alguien con el sueño ligero (the light sleeper, título original), entre un estado de dormido y despierto, desubicado, como si diera vueltas sobre sí mismo. Le Tour acude a una asesora psíquica buscando orientación sobre qué rige su vida, qué signos ve que es incapaz él de discernir sumido en su desconcierto vital, que no deja de ser reflejo de un entorno, ese que se evidencia manifiesto en los clientes que visita para suministrarle drogas, a los que escucha o hasta ayuda, como si fuera un asistente psicológico, y un entorno urbano rebosante de desperdicios debido a una huelga de los trabajadores de recogida de basura. Le Tour necesita limpiar muchos residuos en su vida (pese a que lleve ya dos años sin consumir drogas) y en primer lugar necesita discernirlos con precisión.

Por eso se pregunta si es casual que en un breve lapsus de tiempo se haya encontrado con alguien que no veía en cinco años, a Marianne, y se agarra como un clavo ardiendo a ese hecho, como si fuera esa repuesta que diera sentido o dirección a su vida, y a su vez restituya los errores cometidos en el pasado. Schrader lo refleja de modo exquisito a través de elementos espaciales. En la conversación que tienen en el comedor del hospital, tras que empiecen a evocar su vida compartida y ella señala cómo él parece tener una memoria selectiva que ha eliminado de sus recuerdos todo lo desagradable o conflictivo, la distancia se corporeiza en ese encuadre en el que vemos a ambos, sentados en una mesa, separados por la columna. En la secuencia en la que hacen el amor, iniciada con un travelling que desciende desde las alturas para encuadrarles desnudos abrazados, se advierte en la pared una gran reproducción de un cuadro de Vermeer, La encajera, que señaliza cómo gravita sobre él una idealización, esa no asunción de lo real que quiere restituir a través de un ideal de lo bello, en esta segunda oportunidad posible con Marianne (en otro plano, cuando ella se viste y se despide, para no verse más, el rostro de la encajera de la pintura se refleja en un espejo). Pero su relación ya estaba señalizada por lo trágico. El segundo encuentro (el primero fue en espacio de tránsito, en la calle, bajo la lluvia, cuando la recoge en su coche de trabajo, que conduce un chofer; como si el presente aún fuera continuidad de aquel pasado compartido) tiene lugar en el hospital, la noche en la que Le Tour va a llevar droga a un cliente habitual, Tis (Victor Garber), y se encuentra con Marianne, que atiende, con su hermana, a su madre. Los destinos de Tis y Marianne convergerán trágicamente más adelante.

En Posibilidad de escape, una de sus obras maestras, Schrader aplica esa noción de transcendencia que admiraba en el cine de Bresson, Dreyer u Ozu, en un estilo de modélica condensación sintética, en el que armoniza las acciones concretas con sus resonancias simbólicas, la materia con el arquetipo, en una odisea nocturna a través de la redención. Algo más de diez años separa a la película y a Le Tour de los protagonistas de American gigolo (1980), de Paul Schrader, y Taxi driver (1976), de Martin Scorsese, con guion de Schrader.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
cinedesolaris
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12 de mayo de 2013
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es mi película preferida del Sr. Schrader, y eso que es muy dificil elegir, ya que tiene grandes filmes en su curriculum.
El calado psicológico en el protagonista, (excelentemente interpretado por Dafoe) es uno de los puntos fuertes, también destacar la íntima manera de rodar la escena de amor del protagonista, así como los diálogos en voz en off, de las profundas reflexiones de Dafoe.
No hay que olvidar a los otros actores que están bien en general, aunque como no, llama la atención Susan Sarandon, que como siempre está a gran nivel.
La trama me parece de lo más interesante, un hombre con pasado complicado en el tema de las drogas, que pasados los años se convierte en un camello de "élite".
Recomiendo mucho su visionado, tanto por el director y actores, como por el argumento y guión.
popeye55
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3 de agosto de 2015
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Paul Schrader, el guionista de Taxi Driver parece que quería darle una segunda parte. De ahí nace esta "Night Sleeper", una película donde los brokers de Nueva York no pueden pasar sin sus fiestas y sus "polvos para la nariz" en los mejores locales de la noche.
William Dafoe representa a un camello, que esta cansado de la vida que lleva y desea dejar su trabajo, pero está muy atrapado por su jefa, Susan Sarandon. Para colmo reaparece en su vida su ex mujer (una estupenda Dana Delany), que le complica aún más sus sentimientos.
La fotografía y la música, que nos presenta la gran manzana con huelga de basureros incluidos, es la mejor tarjeta de presentación de este largometraje maravilloso.
VICTOR LASZLO
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