El monstruo

Película muy divertida con un humor que 20 años después sigue sacándote una carcajada. La actuación de Benigni es sublime... tanto que sin él, tal vez el film no habría tenido la aceptación que tuvo. Lo único malo a destacar es la alargación de algunas escenas, que a veces resultan abrumadoras por la velocidad en que hablan los personajes. En general una buena película, un 8.

Hay un asesino en serie suelto. Un monstruo perverso, seguramente con traumas sexuales, que asesina mujeres una tras otra. Un psicólogo de la policía, experto en perfiles psicológicos de asesinos en serie y otras hierbas, sospecha de Loris, un personajillo pícaro y aparentemente inofensivo, y manda a una despistada agente de policía para que sirva de cebo y le pille "in fraganti"...

Tras sacarle punta al tema de la mafia con "Johnny Palillo", Benigni se metía en la faena de reírse de un subgénero con tanta tradición en Italia como las películas de "asesino-psicópata-en-serie-con-motivaciones-sexuales", y lo hacía en un momento en que Hollywood estaba apostando muy fuerte por los thrillers de la misma temática. Todos los tópicos sobre asesinos en serie y demás vainas son ridiculizados con el sarcasmo gamberro característico del Benigni de los 90, que además de dirigir interpreta, como siempre, a un picaruelo desastrado pero simpático. El gran hallazgo de la película, para mí, sin embargo, es el personaje del psicólogo de la policía, con cuyas sesudas teorías me reí hasta casi mearme los pantalones. La escena en la que repasa y analiza el vídeo de vigilancia al protagonista es de las más desternillantes que he visto en mi vida. También anda por ahí como siempre Nicoletta Braschi, la mujer del "jefe", que hace aquí un papel bastante simpático.

Del apartado técnico poco hay que añadir, es correcto pero sin florituras, que por otro lado no las necesita. Tiene un ritmo vertiginoso, tiene bastante mala leche, y es terriblemente divertida, que de eso se trataba.

Pues eso, que este hombre (al menos en la película que nos ocupa) mezcla patochadas humorísticas infames, al nivel de los más tremebundos Pajares y Esteso, con destellos de genialidad y humor brillante en lo que, creo, podría incluso ser un homenaje al grande entre los grandes, Charles Chaplin, aunque salvando diferencias, claro. Y es por ello que digo que me desconcierta. La película contiene momentos colmados de majaderías ramplonas en los que he estado a punto de darle al stop y desistir, pero no lo he hecho. ¿Por qué? Pues porque ha habido otras escenas con las que me he descojonado e incluso he pensado “qué bueno”. Total, que con una de cal y una de arena he llegado al final de la cinta y, mira tú por dónde, le voy a dar el aprobado por la mínima.

La película, por lo demás, no tiene virtudes reseñables. Si me apuras, la premisa inicial, en fin, el enredo que plantea, pues tiene cierta gracia, pero pare usted de contar. Los personajes son de vergüenza ajena y la actuación de Nicoletta Braschi es penosa.

Últimamente está de moda en el cine norteamericano justificar algunos de sus productos de movie universitaria con el apostillamiento "no es otra estúpida comedia norteamericana". De la misma forma, para hablar de "Il Mostro", nos veríamos tentandos de decir que no nos hallamos ante una nueva gamberrada a la italiana...

Lo que es indudable es que este film de 1994 es una locura made in Roberto Benigni, director y protagonista de esta obra hecha para su total lucimiento, acompañándole en cártel su musa y esposa, Nicoletta Braschi. Igual que sucede con Jerry Lewis o Jim Carrey, el estilo tan personal de Benigni para la comedia fuerza a que uno lo ame o lo odie. Sus seguidores gozarán del personaje que inventa aquí, sus destractores, se tirarán de los pelos por el mucho metraje que consume su figura.

Dicho lo cual, "El monstruo" es una agradable comedia donde un pobre diablo se ve envuelto por la estupidez de las fuerzas del orden a ser considerado como un terrible criminal. Las investigaciones policiales fuerzan a una agente a tratar de convertirse en el cebo del supuesto homicida pervertido, mientras, las apariencias, por vigésimo séptima vez en el día de hoy, no son lo que prometían.

Con buena química en pantalla, ritmo alocado y algún gag digno de los mejores momentos de Peter Sellers, una comedia oscura transalpina que merece una oportunidad.

Esta película de Roberto Benigni es anterior a su obra maestra, La Vida es Bella. En ella se encuentra la esencia de ésta última (*).

Pero la historia es pésima. Se monta una comedia en base a una serie de asesinatos en cadena (algo de un poco de mal gusto).

Como han dicho otros usuarios el humor es primo hermano del de las películas de Pajares y Esteso (pero con la diferencia de que Benigni sí es gracioso). Aún así tiene algunos gags muy buenos (**).