Conociendo a Julia

Ya sea en sus exageradas sobreactuaciones de diva teatral o en la expresión de sus más terrenales pasiones y sentimientos, la magnífica interpretación de Annette Bening -nominada al Oscar y ganadora del Globo de Oro por este rol- es la gran fortaleza de este filme pulcro y agradable, en el que el director húngaro István Szabó (Mefisto, Coronel Redl) muestra las agridulces vicisitudes amorosas de una estrella teatral, que ve cómo el romance con un joven admirador sólo era un medio para escalar posiciones. Además de ser un solvente guionista (ganó el Oscar por El pianista), Ronald Harwood es un dramaturgo que conoce a la perfección los entretelones de un montaje teatral, como demostró en su afamada obra El vestidor, y acá, al adaptar la novela de Somerset Maugham Theatre, su inteligente guión funciona en diversos planos: ya sea como una entretenida mirada a la trastienda del mundo de las tablas, como retrato social del Londres de los años 30, o como conmovedor seguimiento de la travesía emocional de una mujer en un momento clave de su vida. El problema es que a pesar de su impecable y elegante ambientación y vestuario, y aunque Bening y un inspirado elenco se lucen en sus roles, el espectador puede perder algo de interés por el camino, porque la dirección de Szabó no tiene demasiado vuelo y su puesta en escena parece confiar demasiado en los talentos convocados, olvidando que también es necesario trabajar los ritmos y tiempos cinematográficos para que una comedia de época sea totalmente lograda.

Conociendo a Julia es una de las muestras más certeras (y escasas) que nos ha dado el mundo del cine del mundo del teatro. La cinta posee una gran credibilidad a lo largo de todo su metraje, sea por un sofisticado guión, que juega con las sutilezas creando un emocionante juego de espejos entre la realidad y la ficción, apoyándose también en una ironía hilvanada de manera excepcional por sus espléndidos intérpretes, desde los secundarios que aprovechan cada momento en escena (como Jeremy Irons - ¿porqué no recupera más papeles como este? -, El espléndido secundario Bruce Greenwood, Juliet Stevenson o el joven Shaun Evans).
Si es cierto que la dirección es algo plana y teatral, pero posee el encanto del viejo cine de intérpretes, en el que las pocas veces que se rueda en exteriores se aprovecha de una fotografía panorámica excepcional, hasta llegar al clímax de la cinta, excelentemente interpretado y conocido muy acertadamente como "el final de su vida", en el que el argumento y los personajes llevan a un estallido de emocion gracias desde luego a lo mejor de la cinta, la impresionante, compleja e inolvidable interpretación de Annette Bening, sensible cuando tiene que serlo, dura, malvada, tierna, compleja, sencilla, feliz, vengativa, en fín, humana, pero sobrehumana.
Todo aquél que un día desee saber que es el mundo del teatro (y en parte, por tanto, del cine), así como todo aquel que desee saber que es una interpretación sencillamente perfecta, debería ver esta cinta.

Una película muy agradable y una historia buena e inteligente además de la brillante interpretación de Annette, realmente me ha hecho pasar un buen rato.
He disfrutado viéndola, cierto, me ha gustado la historia de una gran artista, una gran actriz de teatro londinense, una diva de su época pero una desgraciada en su vida personal, infeliz y con un matrimonio frustrado.
Así es la vida de esta mujer que sueña por ser feliz y que se agarra a cualquier tonto y desgraciado con tal de sentir amor, aunque de amor falso se trata, una mujer que es engañada y humillada.
La gran diva es consciente de esto y quiere llevar su venganza con sabiduría y en plato frío, así será el final, una gran venganza, una venganza inteligente.
Lo que más me gusta de la película es la historia que rodea a la protagonista, es una mujer que manipula a los demás o los demás de aprovechan de ella, pero cuando todo salta a la vista, el espectador siente pena por la humillación que esta pobre mujer está pasando y desea la venganza, el espectador está esperándola.
Es la gloria final de la actriz la que pone final a todo y el espectador siente una gran satisfacción.
La historia es lo mejor, la dirección es muy correcta, no es que precisen muchos los detalles de decorados o ambientación, todos son correctos, solamente peca un detalle, la música, es demasiado empalagosa y le da ese toque de cine televisivo, esas películas baratas de los domingos por la tarde, ese quizás sea el auténtico inconveniente.
Me ha gustado y me ha hecho pasar un buen rato, una inteligente película que va más allá de la comedia y del teatro.

Genial ambientación del Londres del 38 y no menos genial, la actuación de su protagonista-Annette Bening-, agradable de ver y con un "muy interesante" desenlace final

Annette Bening fue nominada como Mejor Actriz en los Premios Oscar. Fue nominado István Szabó como Mejor Director en los Premios European Films. Ganó Annette Bening como Mejor Actriz de Comedia o Musical en los Premios Golden Globes.

Narra la vida de Julia Lambert (Annette Bening), una famosa actriz de teatro que está casada con el empresario Michael Gosselyn (Jeremy Irons), un vanidoso esposo cuya prioridad es el dinero. A pesar del éxito, ella está frutrada y cansada de la monotonía de su vida. Necesitada de nuevas aventuras y experiencias, decide embarcarse en un romance apasionado con Tom Fennel (Shaun Evans), un norteamericano confeso admirador suyo.

La película nos enseña que la vida es una actuación, que la vida es un gran escenario, que todos somos actores de nuestro propio destino, y cada uno puede elegir el guión que mejor le parezca para su destino. Annette Bening hace una de sus mejores interpretaciones, relegada en los Oscar por otra sobresaliente actuación de Hillary Swank en Million Dollar Baby. Mención decorosa para Michael Gambon, el cual representa el impulso, la insinuación, la vocecilla que insinúa y provoca cierta influencia en la vida personal y acciones de la personaje.