Once (Una vez)

Que se puede decir de esta película, que es entrañable, bella, sencilla y profunda porque va directo al corazón. Llena de música y de una gran nostalgia por ese amor que algún día tuvimos y ya no esta, pero talvez era algo equivocado o no conocíamos a la persona adecuada, que puede ser una muchacha sencilla y que lo puede todo. No hay que gastar grandes presupuestos para hacer una obra de cine genial, con una escena de plano secuencia magistral. Sin darnos todo a pedir de boca y es que como la vida, tiene caminos que no se cruzan, que le vamos a hacer. Magistral demostración de un cine bello, que se te hace un nudo en la garganta cada vez que la recordamos y una lágrima que quiere salir y gritar.

"Noor-ho-tebbe" (te amo a ti).

Juan_Diego_GP

El estrépito cotidiano ahoga la sensibilidad impidiendo siniestramente la floración artística constituyente del ser que somos, del ser que deviene, del ser en el que nos convertimos.
Poco importan miserias si el artista desdobla los símbolos reclusión efímeros volviéndoles libertad que puede sonar en algunas notas, descubrirse detrás de alguna sonrisa.
Once es una expresión mínima de libertad que ridiculiza las costumbres y el costumbrismo cinematográfico de hacer siempre lo mismo con diferente vestuario.
Con una guitarra rotosa y un pianito de juguete puede mandar uno a volar todos los sueños frustrados de un masacote de seres que ya no sueñan, que se duermen y no miran por las ventanas del pluri-verso que los conmina a ejercerse, a hacerse cada instante como si fuera el primero.
Una vez, quizá simboliza que no existen segundas veces o, esta es al menos, la magia que el título de la película me sugiere personalmente. Interesante el ocurrir de las primeras veces, el asombro en su máxima expresión canalizándose en el nervio musical que los interpretes viven.


http://lafiligranadelpensar.blogspot.com.ar

Dos desconocidos, ella vendedora de rosas, el compositor que toca su música por las calles, se conocen y juntos descubrirán que tienen una pasión común, la música.
Historia sencilla y enternecedora, contada con pocos medios, rodada con cámara en mano, llegando a contar con una apariencia documental, que se sustenta de la química que emana la relación de los protagonistas.
Resulta entrañable e inspiradora al apoyarse en el conjunto de canciones que compone la pareja, que acompañan al relato y a los sentimientos de los protagonistas en cada uno de sus tramos.
Ofrece composiciones de una dulzura exquisita, que vieron su recompensa al ganar el Oscar a la mejor canción original por Falling Slowly, que esconde entre sus párrafos el resumen de la historia de dos desconocidos que se convierten por un instante, en la pieza que faltaba en sus vidas.
Dos personajes golpeados por la crudeza de la vida, que encontrarán el alivio y la esperanza de seguir adelante, al compartir su pasión por la música.

Es realmente complicado arañar tanto el corazón en poco más de una hora de cinta. Apoyada en una historia sencilla, a la vez que absolutamente entrañable, y en un maravilloso repertorio de canciones, la mezcla entre ambos hace que el espectador pueda disfrutar de momentos realmente especiales. Interpretaciones intachables que no hacen otra cosa que elevar todavía más la belleza de las escenas. Por pequeñas joyas como esta película, el cine es un arte y una de las fuentes de inspiración más importantes de nuestro tiempo. Imprescindible.

A poco que uno conecte con la música de Once puede convertirse en un musical favorito. No hay mucha historia, pero ofrece el privilegio de hacernos asistir a la gestación y composición de un bello ramillete de canciones. Sus protagonistas no tienen una vida fácil en Dublín, pero el encuentro fortuito de la pareja tiene esa magia que hace que las cosas sucedan. Muy bien hecha y actuada, resulta una de esas películas tan sencillas como encantadoras. Recomendable.