Transformers: La era de la extinción

Es tan mala, tan brutalmente excesiva y ordinaria, tan pedante y grosera que he sentido la obligación moral de venir aquí y ponerle un UNO. Es mi pequeño grano de arena para intentar salvar a la civilización occidental de la decadencia total y de que caiga en la completa idiotez y brutalidad.
Algo así como alguien que en la antigua Roma levantara su voz en contra de la salvajada de los espectáculos del Circo Romano, a pesar de que miles de personas, la mayoría de la población, asistiera a estos espectáculos decadentes.

Que esta basura que idiotiza audiencias haya sido un éxito en la taquilla nos dice que algo va muy mal con esta civilización humana actual. De la misma forma en que el Circo Romano señalaba la decadencia de una sociedad y un imperio pasados.

Esto no es cine, no es arte. Ni siquiera es divertido. No tiene sentido alguno, no cuenta ninguna historia, no emociona, ni siquiera asquea, solamente aturde y aburre al mismo tiempo. Cuando iba hora y media de película para mí ya se había hecho eternamente larga, no podía parar de bostezar y mirar el reloj y preguntarme como harían para alargar semejante bodrio por una hora y pico más.
¿Como habría un crescendo en la acción hasta llegar a un gran final? Si desde el minuto uno nos están dando acción a lo bestia, nos están bombardeando con escenas frenéticas y ruidosas sin pausa. ¿Cómo lo van a hacer? ¿Cómo se supone que será el final si ya han utilizado toda la artillería de trucos baratos y efectos especiales y edición histérica en la primera media hora?
Pues muy fácil, la escena final dura 45 mintuos. Una batalla de 45 minutos de robots gigantes (imposibles de diferenciar uno de otro) dándose hostias, tirando rayos, tiros, bombas, destruyéndose pero volviendo a funcionar porque sí, sin explicación, y eso, que no sé que robot son los buenos y cuáles los malos, porque ni siquiera hay un desarrollo o un guión coherente, solo robots gigantes, todos iguales, peleando sin parar durante 45 minutos. ¿Aburrido? No, lo siguiente.

Y lo dice uno al que la película "Pacific Rim" le ha encantado y le ha parecido un film estupendo. Se pueden hacer películas de robots muy buenas. Pero esta de que nos ocupa hoy está en el extremo opuesto. Basura, mala y perjudicial para nuestra sociedad. Por favor, hay que acabar con esto.

Oportunidad desaprovechada por parte de la franquicia para conseguir su mejor peli de toda la saga claramente, ya que tenían los mimbres para ello.
Sinceramente, en esta cuarta entrega y junto con el cambio de protagonista (Que agradecemos todos, ya que Mark Walhberg tiene más claro en qué tipo de producto está y tiene más tablas en este genero) han dejado esa vena más continuista que estaban teniendo sus predecesoras para tomar un camino algo más arriesgado (Tampoco mucho, que ya sabemos donde nos movemos) y plantear unas problemáticas, desde mi punto de vista, mucho más interesantes de las que habían planteado hasta la fecha.
Considero que este planteamiento de la soledad de los autobots, y los cambios de los humanos cuando se ven en una situación de poder, son muy interesantes y daban para mucho más. De hecho, la primera parte de esta cinta creo que está de notable (Entiéndase dentro del genero) pero luego, cómo siempre, se exceden muchísimo en alargar la narración de forma artificial y de poco sentido y eso hace que el nivel se resienta bastante. Consiguiendo que una peli de este estilo acabe por pecar de un poco lenta en algunos momentos, hecho que jamás debería ocurrir.

No creo que haya mucho más que decir, la espectacularidad de las escenas, la dirección y demás parámetros cinematográficos siguen en los mismos niveles que las anteriores. El guion, esta vez, decide arriesgar más y, si no fuese por el empecinamiento de hacer las pelis de esta franquicia tan largas, les habría quedado un producto notable. Una verdadera pena.

La cuarta entrega de la saga Transformers nos trae más de lo mismo: robots gigantes, acción desenfrenada, efectos especiales y poco más. La trama es simple y predecible, los personajes son planos y estereotipados, los diálogos son lamentables y el humor es infantil. Se alarga innecesariamente hasta las dos horas y media, sin ofrecer nada nuevo ni interesante.

La historia se sitúa cuatro años después de la batalla de Chicago, donde los humanos han declarado la guerra a los Transformers, tanto a los Autobots como a los Decepticons. Un inventor llamado Cade Yeager (Mark Wahlberg) encuentra a Optimus Prime (Peter Cullen) escondido en un camión y lo repara, lo que le pone en el punto de mira de una agencia secreta liderada por Harold Attinger (Kelsey Grammer), que quiere eliminar a todos los Transformers con la ayuda de un empresario ambicioso llamado Joshua Joyce (Stanley Tucci), que ha creado sus propios robots a partir de la tecnología alienígena. Mientras tanto, una nueva amenaza surge desde el espacio: los Creadores, que buscan recuperar a Optimus Prime y a los demás Transformers para sus oscuros planes.

Está dirigida por Michael Bay, que repite por cuarta vez en la franquicia, y que parece no tener límites a la hora de mostrar escenas de destrucción masiva, explosiones, persecuciones y tiroteos. Sin embargo, todo esto resulta cansino y aburrido, ya que no hay emoción ni tensión en las secuencias de acción, que se suceden sin sentido ni coherencia. Los efectos especiales son impresionantes, pero no logran ocultar el vacío argumental y narrativo.

Los actores hacen lo que pueden con unos personajes sin profundidad ni carisma. Mark Wahlberg interpreta al típico héroe americano, que quiere proteger a su hija adolescente (Nicola Peltz) y que se enfrenta a todo tipo de peligros con valentía y determinación. Stanley Tucci hace de villano arrogante y codicioso, que se da cuenta demasiado tarde de su error. Kelsey Grammer es el antagonista principal, un agente sin escrúpulos que quiere acabar con los Transformers por motivos personales. Los demás personajes son meros comparsas, como el novio de la hija (Jack Reynor), el amigo cómico (T.J. Miller) o la científica guapa (Sophia Myles).

Los Transformers tampoco tienen mucho protagonismo ni personalidad. Optimus Prime es el líder indiscutible de los Autobots, que se muestra más violento y desconfiado que nunca. Bumblebee es el fiel compañero de Optimus, que sigue comunicándose con fragmentos de canciones y películas. Los demás Autobots son nuevos y apenas tienen relevancia ni carisma. Los Decepticons son simples enemigos a los que hay que derrotar. Los Creadores son una incógnita que se deja para futuras entregas.

En definitiva, Transformers: La era de la extinción es decepcionante y aburrida, que no aporta nada nuevo ni original a la saga Transformers. Es una cinta hecha para el lucimiento visual y sonoro, pero que carece de alma y sentido. Solo recomendable para los fans incondicionales de los robots gigantes.

Michael Bay plantea un cambio en la historia y la misma saga se mantiene. Pero..., baja considerablemente a un 7 porque esta ya se nota que es menos historia y más efectos especiales.

Pero, el cambiar de personaje a Sam por Mark Wahlberg y hablarnos sobre la extinción de las especies primitivas en la Tierra, hace que todo se mantenga en un 7 porque da una perspectiva interesante.

Aún así, es que vuelve a la misma perspectiva: efectos especiales y poco historia.

Entretiene y mantiene la fuerza de las escenas de acción y de historia. Pero..., se ve que empieza a flojear.

No entiendo muy bien las malas críticas a esta peli.
Es una película de Transformers! Son casi tres horas de disparos, persecuciones y explosiones. Muy bien conseguidas. Alguien esperaba otra cosa?

La crítica es muy sencilla. Te gusta la saga Transformers? Entonces vete a verla, te lo pasarás genial. Yo estuve con mis hijos y disfrutamos todos como niños.

No te gusta la saga Transformers? Entonces no te acerques a ella ni con un palo...