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El sargento de hierro

Bélico. Drama. Acción El sargento Tom Highway, veterano de las guerras de Vietnam y Corea, vuelve a los Estados Unidos para llevar a cabo una misión nada fácil: instruir a un grupo de novatos desmotivados e indisciplinados para convertirlos en auténticos marines. (FILMAFFINITY)
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Críticas 113
Críticas ordenadas por utilidad
10 de octubre de 2019
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Venga hombre, Filmaffinity. No puedes ponerme que "El sargento de hierro" es un drama, la gente se va a pensar que es una película del estilo de "Banderas de nuestros padres". Y es que ambas películas se parecen entre sí en que están relacionadas con el ejército. "El sargento de hierro" es una comedia, una bastante decente, que es cierto que también tiene sus fallos.

El sargento veterano de guerra Tom Highway (Clint Eastwood) es asignado con entrenar a un pelotón de Reconocimiento del Cuerpo de Marines. Sin embargo, lo que Highway se encuentra es un pelotón vago e indisciplinado entre los que se encuentra "Stitch" Jones (Mario Van Peebles), un afroamericano que quiere ser cantante y que anteriormente ha tenido un altercado con el sargento Highway. Si quiere devolver la gloria al pelotón, Highway tendrá que sacar su mano dura y corregir a los soldados.

Lo mejor de la película es Clint Eastwood. Lo primero porque hace una película fuera de lo que nos tiene acostumbrados, en totalidad prácticamente una comedia. Y la mayor cantidad de risas y sonrisas vienen por parte del propio Eastwood, que en esta película se ha propuesto romper los récords de Samuel L. Jackson de soltar tacos e insultos en una misma cinta. El cómo humilla a todo el que no le respeta es sin duda lo mejor.

También tiene sus fallos. Por ejemplo, al final intenta ser más dramática, pero por desgracia después de minar a soldados y oficiales por igual a niveles que podrían considerarse acoso, los momentos dramáticos "ni fú ni fá". Además, la película tiene metida una trama amorosa de por medio que lo cierto es que en ningún momento te llega a importar lo más mínimo.

Por tanto, "El sargento de hierro" es una comedia creada por Clint Eastwood, que hace un gran trabajo en el papel principal y sobre todo en darle un estilo distinto a la película. Su mayor problema es también Clint Eastwood, que tiene un conflicto interno en si dejarlo en una comedia o saltar al drama, lo que hace que los momentos dramáticos pierdan mucha fuerza.
Marc Fernández
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24 de agosto de 2020
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Solo el californiano podía moldearse un personaje como el Sargento de Artillería Highway para que, sin dejar de ser él mismo quien critica a su propio país, consiga ofrecer un reflejo, aunque más limado, de los resultados que tiene una guerra para aquellos que son empujados a participar en ella. Se aleja sustancialmente de la crudeza de películas bélicas como Apocalypse Now (Francis Ford Coppola, 1979) o La chaqueta metálica (Stanley Kubrick, 1987), coetáneas a esta en cuanto a estreno, pero increpa duramente contra las instituciones, los altos mandos de la sociedad, que obligan a sus compatriotas a adentrarse en sucesos que solo provocan crueldad, tristeza y soledad, todo ello desde la firme oposición de Eastwood a la guerra de Vietnam, discrepando con el partido republicano al que tan arraigado está. El sargento de hierro se diferencia, al igual que la película de Kubrick, en dos partes perfectamente segmentadas para retribuir al espectador el impacto necesario: la formación de los cadetes y el período bélico. A través de su personaje, Eastwood muestra con melancólica mirada el destino de los guerrilleros que vuelven a casa, donde es mayor el dolor que en el campo de batalla.

Clint Eastwood siempre ha sido un gran hacedor de historias y que, ya a mediados de los ochenta, comenzó a dejar de lado el espíritu castigador que acogían sus icónicos personajes en policíacos y wésterns para adentrarse en dramas más maduros con los que hurgaba en la llaga de su patria, tintado de política y con un mensaje crítico, pero nunca dejando de lado esa sombra de hombre atormentado, duro y varonil que compenetraba tanto a sus personajes como a sus historias. Esa airada vista retrospectiva hacia la guerra no la dejaría nunca, mejorando la fórmula con el díptico bélico formado por Banderas de nuestros padres (2006) y Cartas desde Iwo Jima (2006), su blockbuster para llegar a más público con El francotirador (2014) o su obra magna: Gran Torino (2009).

Con una serie de maestros habituales en el cine de Eastwood como el montador Joel Cox o el recientemente difunto encargado de la música Lennie Niehaus, el director no solo mira hacia los males pasados, sino que hace una vista de viejo malhumorado hacia la sociedad presente (la de la década de los ochenta en la que se desarrolla la película) en cuanto al surgimiento de tribus urbanas, representadas en el personaje de ‘Stitch’ Jones (Mario van Peebles), a la nula aptitud, preparación y sentimiento de obligación de la juventud con su país y, más importante, la incapacidad de los cuerpos de defensa del estado para mantener una lógica en cuanto a regimiento de mandos, desconocimiento de la guerra y nula disposición para esta cuando está ausente y bravuconería barata que de nada sirve en un conflicto armado, todo personificado por el Mayor Malcolm A. Powers (Everett McGill).

La importancia del personaje femenino, al contrario que en El cazador (Michael Cimino, 1978), es inexorable para dibujar el retrato funesto de un soldado que se ausenta de sus obligaciones como ser humano para servir en una guerra donde el triunfo militar no consuela el vacío emocional que dejan las secuelas bélicas. Aggie, interpretada por una soberbia Marsha Mason, se muestra impasible e irracional con Thomas Highway, arrojando la sensación de haber perdido que es, a esas alturas, irrecuperable, haciendo de reflector de toda una generación que tuvo que abandonar el amor, la amistad y la familia provocando que sus retornos fueran como balas atravesando sus exhaustos corazones. La escena final reafirma la idea con una fuerza inclemente que no deja indiferente a nadie.

El cuestionamiento de la autoridad en pos del beneficio común como hilo conductor va a extenderse de principio a fin, y va a ser el pilar que sostenga la edificación moral de todos sus personajes, desde el más pequeño hasta el que tenga más peso, véase la ambigüedad de carácter, pero aun así, personajes puramente afines, que suponen el Sgto. Highway, el ya mencionado cadete (y rockero) ‘Stitch’ y el Sgto. Lieutenant M. R. Ring (Boyd Gaines), que gracias a esa rebeldía consiguen los mejores resultados para el Escuadrón de Reconocimiento, poniéndose por delante del Escuadrón de Élite del Mayor Powers. El excelente guion de Dennis Hackin, James Carabatsos y Joseph Stinson contribuyen a mostrar esa inconformidad con las figuras de autoridad mediante unos diálogos plagados de concatenaciones de palabras soeces que forman frases lapidarias formuladas siempre bajo el mantra del que se vale el Sgto. Highway para instruir a sus chicos y oponerse a las malas decisiones de sus superiores que, con la ilustre voz de Constantino Romero, consiguen la suficiente resonancia para intimidar a la par de ofrecer una comicidad cómplice entre el propio Eastwood y nosotros como espectadores.

El patente estilo sobrio de Eastwood, que deja entrever entre los colores que emplea cierto apego a la bandera norteamericana, le va como un guante al tipo de drama camuflado de bélico con el que pretende que reflexionemos. Por una parte, la frialdad de los colores crema, térreos y verdes que emplea en los arcos más directos al belicismo ayudan a componer el sentimiento vano de su personaje y la frustración, pena e incluso rabia que siente por el futuro de sus cadetes, autorretratándose como un hombre sin afección ni compasión, para luego romperse en los arcos donde el melodrama más íntimo escapa con explosiones de colores naranjas y rojos vivaces. No es casualidad que la actriz Eileen Heckart esté caracterizada con el pelo anaranjado y un atuendo rojo sangre siendo su personaje, Little Mary Jackson, la celestina que une al frío sargento con su exmujer en el Panther Piss.

Es un belicismo muy diferente a lo acostumbrado que critica con rabia todo lo que envuelve la guerra y cómo esta desgarra desde sus contendientes la moral entera nacional. Clint, con su particular toque, se aleja de heroísmos baratos para acercarnos una sombría historia de sufrimiento huero.
Tiggy
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18 de noviembre de 2014
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo mejor, y lo más significativo. La sarta de improperios vertida con mucho éxito por el señor Eastwood y con no tanto por otros, con tal de tratar estar a la altura, es uno de los fuertes del filme, qué duda cabe, pero más allá de eso queda la evolución de las relaciones y posturas que presentan los al fin y al cabo triviales personajes de una película de los ochenta. Lo demás, por muy pesar de algunos, acaba siendo residual, quedando como lo verdaderamente trascendental eso que he señalado.

En los demás aspectos, se trata de una película bastante atractiva y simpática para el espectador medio; dirigida por el mismisimo Clint Eastwood, pero con detenerse un momento a mirar un poco más de cerca, vale para determinar de que al fin y al cabo estamos delante de un filme en cierta medida plomizo y pesado, que a pesar de presentar algunos momentos muy decentes a lo largo de su extensa duración, no puede evitar disolverse como un azucarillo a lo largo del transcurso de sus orgullosos 126 minutos.

No me gusta comparar, pero ya puestos, equiparar esta película a 'Chaqueta Metálica', es casi un delito, porque la cinta de Kubrick presenta en todo momento una mirada mucho más profunda y brillante de todo, sí sí, de todo; de la personalidad de cada uno de los integrantes del filme, reflejando a las mil maravillas su mundo interior, y ofreciendo un enfoque brillante e inteligente a la situación en general, sabiendo encajar a la perfección todas las piezas y poniendo de manifiesto la estridencia de la profundos detalles que se acumulan a lo largo de todo el largometraje, de tal modo, que crea una verdadera obra maestra, perfecta en todos los aspectos, y un filme profundo, inteligente y desgarrador como pocos. Y lo mejor de todo es que Kubrick parece reírse con su socarrona puesta en escena de los factores de una realidad devastadora y deprimente, lejos de mostrar indicios de condolencia o pesimismo. La realidad es así de horrible, pero para dejarlo más patente aún, pienso emplear la ironía. Práctica que nos lleva a un director más contemporáneo, como lo es el grandísimo Martin Scorsese.

Y además, a pesar de ser tan solamente un año más moderna, presenta un despliegue de efectos escénicos absolutamente y espectacular, que simplemente te abruma, cuando esta 'Heartbreak Ritch' deja mucho que desear en este aspecto, con unos efectos especiales muy pobres. Entiendo que los medios por entonces eran limitados, pero la diferencia entre las dos películas es tan solo de un año.

Me gusta lo que representa el carácter de Eastwood. Valor como la clave para avanzar ante todo y en cualquier situación, pero lo más decepcionante es que a pesar de poseer esa personalidad tan fuerte como la que le hemos visto, acaba sucumbiendo ante las penurias de la vida. (...) (spoiler)
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El Extranjero
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9 de abril de 2023
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En mi opinión el Sargento de Hierro es uno de los trabajos más cuestionables de Clint Eastwood, artista con una carrera como actor que polémicamente diré que me parece algo sobrevalorada contando también que ha hecho trabajo memorables sobre todo como director.

Pero es que no entiendo que esta película, que he estado a punto de poner un 5, puede tener un 7 pues si quitas ciertas palabrotas en el momento justo y alguna frase locuaz por parte de Eastwood que se come la peli, pues borda el personaje que interpreta, la película podría ser de estas películas genéricas del ejército que ponen por las tardes. Mención aparte al retrato infantil que hace de la guerra (mas en spoiler)

En resumen sobrevalorada, no siempre entretenida y solo recomendable para fans de Clint Eastwood.

MAS EN SPOILER
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Dr Strangelove
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15 de marzo de 2009
2 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El sargento de hierro es una de esas películas que iba para clásico, pero que uno después de que la ve, piensa en que es un conglomerado de muchos topicazos, que todo es muy previsible, y aunque Clint le quiere transferir ese sabor de film bélico de los 60, en absoluto lo consigue, y se queda en una película de los 80 que parece haber estado en los 60.

No soporto la estupidez con que nos suponen a los espectadores a la hora de los tiroteos, cuando, que casualidad, tú si eres el bueno con un solo tiro te cargas al malo, pero el malo ni con tanques, madre mía, qué topicazo. En ocasiones parece una peli de humor, pero del malo.

Por otro lado, la duración del metraje es excesivo, demasiado, y encima la vi por televisión, o sea que ya te puedes morir; desde luego no es el mejor escaparate para divisarla.

No tiene tampoco mucho misterio esta obra “yo me lo guiso yo me lo como” de Eastwood, así que en esta ocasión, dejaré huérfano de relleno el queridísimo rincón del misterio llamado spoiler.
CHIRU
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