Un tipo corriente

Una especie de "Manhattan" a la argentina. No por obvio este singular homenaje a Woody Allen pierde atractivo e interés. Las situaciones y gags que la película toma prestados del genial director neoyorkino están llevadas con buen criterio, y aunque algunas son tan explícitas que rayan el plagio parecen estar hechas desde el más profundo de los respetos. Junto a éstas, se incorporan unos cuantos giros autóctonos (eso de "este país se esta yendo al carajo" se estila mucho en las comedias argentinas últimamente.) Se trata de un film nada orignal, pero es bastante divertido y se ve con agrado. Darín se sale en su papel de comediante: si algún día Woody no encuentra intérpretes que sigan dando vida a su "alter ego" en sus películas que cuente con él.

Cuando veo una pelicula del actor Ricardo Darín espero que sea interesante porque lo considero exigente al escoger guiones, este caso no ha sido así.
Hay veces que un actor es un valor a la hora de ver una pelicula
Historia muy floja y personaje anodino, que no despierta nada especial, ni gracia, ni ternura, ni rabia.
Decepción despues de haber visto otras pelis suyas como :

"El secreto de sus ojos"......Impactante historia, brillante
"Luna de avellaneda"..........Hermosa y conmovedora
" Cuento chino"..................Tierna y entrañable
"El Aura"............................Angustiosa y extraña
"Carancho".........................Trepidante y brutal

"Un tipo corriente".............. Floja tirando a aburrida

- Hombre, Ricardo Darín, qué alegría, chico. Cómo tú por aquí.

- Eduardo Milewicz, qué sorpresa. Cuánto tiempo, chaval.

- Qué casualidad, Darín. Precisamente pensaba en ti para un proyecto.

- Cuenta, cuenta. Soy todo oídos.

- Pues verás. Tú serías obviamente el protagonista.

- Hombre, lo daba por sentado. En fin, háblame del personaje.

- Pues verás, se trata de un escritor con crisis de creatividad.

- Bueno, pinta bien. Sigue, sigue.

- Sería judío, hipocondríaco, obsesivo, muy problematizado.

- Hummmmmmmmm, esto me suena.

- Con una madre típica judía, castradora y muy mandona.

- Huuuuuuuuummmmm, cada vez me suena más.

- Con un discurso compulsivo, entre lo absurdo y lo genial.

- Huuuuuuuuuuummmmm, me recuerda a alguien.

- Introvertido, fracasado, lleno de complejos.

- Huuuuuuuuuuummmmmm, me recuerda muchísimo a alguien.

- Inseguro, paranoico, lleno de fobias, neurótico, pesimista.

- Huuuuuuuummmmmmm, a alguien muy conocido.

- Un tipo desgarbado, con gafas de pasta, poco atractivo.

- Huuuuuuuummmmm, pues yo a ese tío lo conozco.

- Pero que sorprendentemente atrae a mujeres cañón.

- Hummmmmmmm, lo conozco, pero no caigo ahora mismo.

- Y por supuesto, argentino.

- Lo tengo!!!! Fito Páez!!!!

Samuel Goldstein (Ricardo Darín) es un buenazo de persona, pero a sus casi cuarenta años de edad, es un novelista frustrado que trabaja como guionista de TV.

Tiene en su vida tres mujeres que lo abruman, su madre y su hermana que dependen emocionalmente de él y su novia que lo trata con desamor, por tal motivo vive bajo un estado paranoico e inseguro constante.

Mary (Angie Cepeda) es una disparatada y sensual colombiana que llega a la vida de Sammy de forma fortuita, la cual cambiara su vida por completo. Esta torbellino de mujer lo convertirá en estrella de televisión y descubrirán que el amor es más fuerte que la razón.

La película recibió una nominación a la Asociación de Críticos Cinematográficos de Argentina por mejor actriz de reparto: Henny Trayles.

Lo que ha hecho el cine argentino los últimos años, en un clima de crisis política y económica, es digno del más encendido de los elogios. Con el talento por bandera y una gran astucia para aprovechar sus virtudes y esconder sus defectos, directores como Eduardo Milewicz han sabido recoger el testigo de fuentes tan dispares como neorrealismo italiano, la comedia castellana o el estilo de Woody Allen.

"Un tipo corriente" quizás no llegue al nivel de obra maestra de "El secreto de sus ojos" o "El hijo de la novia", pero genera una comedia en dinámica positiva irresistible, fresca, divertida y con un componente sexy que viene marcado por una Angie Cepeda en un personaje entrañablemente loco, quizás el mejor trabajo de esta actriz.

De la batuta de un Ricardo Darín tocado con la varita mágica, un excelente reparto narra una historia ya veces contada, acerca de frustraciones de infancia, reflexiones sobre la televisión y lo impredecible del destino... Sin embargo, logra una permanente sonrisa en el espectador y su metraje pasa con la celeridad del gambeteo de un buen futbolista.

Nada nuevo bajo el Sol podría ser la reflexión tras disfrutar del viaje que propone a Sammy el señor Milewicz, pero, ¿acaso no nos hemos divertido? Si el séptimo arte tiene un componente de evasión, esta pieza lo consigue y con creces.

Y por eso, hay que darle las gracias, play it again Sam...