Vagina Dentata (Vagina dentada)

Dientes psicológicos es lo que llevamos muchas en la vagina, algunas temporalmente, otras en ocasiones y otras, desgraciadamente de por vida. Y sacándole el sentido más intrínseco a la película, tengo que decir, que he visto bastante más claro cómo, en el complejo y rebuscado mundo interior de la mujer, nos adaptamos y a veces malformamos nuestro entorno y nuestra realidad según las amputaciones psicológicas que tengamos. Me explico, llevamos cargando límites en el sexo que nosotras mismas nos imponemos, que nos imponen, que ya vienen impregnados en nuestros genes, que nos inculcan desde el primer aliento y que damos por verdaderos e inmutables. Somos conscientes de estos límites (la mayoría superables), pero aún así reorganizamos todo lo que haga falta (hasta nosotras mismas) para normalizar, para dar una explicación coherente a lo que no queremos admitir. ¿Alguien más ha entendido la metáfora psicológica que ofrece esta película?. Mujeres del mundo, quitaros esos dientes psicológicos y disfrutad del sexo como lo hace ellos!!!. Lo mejor de la peli? La cara de mala malísima que pone la chica al final de la peli, cuando se da cuenta del gran poder que tiene. ¿Sexo debil? ¿Quién lo dice?

1ª parte: La feliz protagonista disfruta sexualmente con su amante (aka Vagina Sin Dientes De Leche)


Soneto de amor a mi amor amado


Escalando desde el ombligo al pecho
advierto entre confundido y extasiado
el aroma de tu salmón ahumado,
¡qué olor para orificio tan estrecho!

Al descolgarme -rumbo berberecho-
de tu saliente, antes estimulado,
descubro afición por el afeitado
cuando tu grito se ahoga satisfecho.

La predilecta es la madrugada
para acceder a tu almacén secreto,
registrar sabores en la alborada.

Y en el ocaso: el pulgar -y un cuarteto-
entre las sábanas y la almohada
protagoniza un paseo hacia tu objeto.

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2ª parte: La cabreada protagonista disfruta sexualmente con su amante (aka Vagina Dentada)


Soneto seccionado


En tu parque de césped luminoso,
instalado sobre él mi tobogán,
planta carnívora como caimán
devora mi propósito ambicioso.

Sólo quedan: columpios frente al foso,
cadáver vano para ser galán,
sangre venida con el huracán
y el destierro fortuito del coloso.

Ahora tus labios ganan mi atención:
“Aleja de aquí el caballo de Troya,
igual tu poesía con circuncisión,

que en este Edén no hay roble ni secuoya
ni lugar para la consumación,
ve sin tocarnos más la… chirimoya”

Sin entrar a valorar las seguramente sesudas metáforas, consecuentes de la original premisa que da lugar a este film, me lleve una agradable sorpresa ante esta inteligente y divertidísima película plagada de mala leche y rebosante de un malvado humor negro durante todo su metraje, rodada con pulso y con unas buenas actuaciones. Absolutamente recomendable.

¡Me han engañado con el título! ¡Yo me esperaba otra cosa!

"Alquilé" la película para verla con una amiga y las expectativas eran tan fuertes que me puse cachondo en cuanto vi a la niña del Opus que hace de protagonista. Entonces empecé a palparle las nalgas a mi compañera, pero ella me dijo "no te equivoques". Entonces yo le dije "tranquila que no muerdo" y ella contestó "ya, pero ella y yo sí", y señaló hacia el televisor.

Claro, yo al principio no entendí. Pero luego, al ver que no salían japonesas embutidas en látex, me di cuenta de mi error y de que la película no iba a ser lo que esperaba a pesar de lo cutre que parecía. Menudo chasco. Y menuda estupidez de película. Y además con pretensiones. Que por si fuera poco la tipa del Opus era una pesada y me cayó mal, porque en mi casa siempre se decía eso de "a cipote regalado no le hinques el diente", y esta niña no parecía querer comprender.

Menudo coñazo de tía.
(tucutúm, pshh)

Acabó la peli y mi compañera dijo "ahora sí que me apetece comerte todo lo gordo". Yo, asustado, le dije "no te equivoques", y la dejé con la miel en los labios menores. La eché de casa y me puse una película de las buenas, una de Lucía Lapiedra, de las profesionales. De las que tienen cuidado con los dientes.

¿Pero dónde está la vagina dentada?. Es lo primero que me pregunté cuando acabé de ver ésta película y la conclusión que saqué es que nos habían tomado el pelo.

Esta vagina dentada es tan falsa como ir a ver una película de Alien y no ver en toda la cinta ninguno de esos bichos atacando a la teniente Ripley. No digo que tenga salir una vagina, porque nos adentraríamos en el mundo de la pornografía, por dios, pero si que se lo podrían haber currado un poco mas, para asustar al espectador, como si fuese una planta carnívora con dientes o algo así. Pero no, ni planta carnívora, ni dientes, ni nada de nada. Nos cubrimos con la sábana, arrimamos un poco la cebolleta bajo cuatro capas de ropa y entonces tras un par de segundos oímos un CRACK y, ¡ay, que dolor!, ¡me ha mordido una vagina dentada!. Entonces, mientras el semental grita como si se le hubiesen quemado los dedos, echamos un chorro de ketchup, tiramos al suelo un trozo de salchicha, de esas que se ponen para hacer barbacoas y ya tenemos peliculón; (espera que corro a ponerle 10 estrellas al filmaffinity). Y es que en eso se podría resumir esta película, que ni es de terror, ni mucho menos de gore, ni da risa, pero con un fuerte contenido religioso en plan: virgen y pura hasta la sepultura.
Porque seamos serios, una historia que pone a una chica tímida, mojigata, que da charlas en una especie de secta y que como contraposición tenemos a un hermanastro lleno de tatuajes, que lo ponen como el hijo del diablo y al que le gusta el sexo anal, con unos padres pasotas que tienen una hija con edad mas que suficiente para haber ido ya al ginecólogo y saber lo que le pasaba, (bueno al final si que fue, pero no sé para qué, porque la escena del ginecólogo resulta tan patética que se la podrían haber ahorrado), dice mucho de una película con un guión que no tiene ni pies ni cabeza.