The Staircase (Miniserie de TV)

Se trata de una serie para la televisión, en formato documental, sobre el proceso judicial y los efectos colaterales que sufrió el escritor estadounidense Michael Peterson con motivo de su presunta culpabilidad en la muerte de su esposa, en 2001. Se grabó, siguiendo los avatares del caso, desde 2001 a 2017, y fue editada en tres etapas:

Capítulos 1-8, que se extiende desde 2001 a 2008 y que fue estrenada en Francia con el título 'Soupçons' [2004].
Capítulos 9-10, estrenada con el título "The Staircase 2. The Last Chance" [2013].
Capítulos 11-13, que han sido añadidos en 2018 y que Netflix ha editado recientemente junto con los diez anteriores.

Para mí lo esencial no es el caso en si -los casos sin resolver alcanzan cifras que ya ni siquiera escandalizan- sino la psicología derivada de la evolución del contrato social que conforma el sentido que de la justicia tienen los estadounidenses, alrededor de jurados populares que me recuerdan el espíritu del valenciano Tribunal de las Aguas, pero en versión del western.

Es decir, ese dejar en manos del escaso sentido común del común, cuestiones que exigen amplios conocimientos en torno al delito, su tipificación, su prueba, la cadena de custodia, la intervención de la ciencia, la expiación colectiva, el negocio de la pena mediática, etc.

También me parece muy interesante la reflexión en torno a la condena que se impone al presunto inocente desde que es detenido, con los injustos y escandalosos linchamientos procesales, mediáticos, penitenciarios, etc. O sobre las ventajas e inconvenientes que, al respecto, tiene el ser rico. Y tantas otras que se me agolpan paladeando la serie. Por no hablar del sádico sexo social consistente en apalear al prójimo por su sexualidad.

Por otra parte, me ha impresionado el film en sí mismo: su realización, su montaje, su ritmo, su profundidad, su fotografía, su banda sonora y, particularmente, su maravilloso guión. La inmensa introducción de cuestiones que dan para 600 horas de pensamiento reducidas a un metraje de unas 11 horas. Creo que los franceses tiene una especial genialidad a la hora de transmitir cinematográficamente ciertos tipos de intimidades y esta serie es un portento íntimo.

Y, sobre todo, ese enorme resultado de que la práctica totalidad de los personajes actúen magistralmente, como si fueran actores. Porque, en cierto modo lo son: no se trata de una cámara al hombro filmando lo que hay. Qué va. En mi opinión, estamos ante una serie de cámaras donde a menudo se graba lo que un enorme guión muy consensuado quiere que haya. Esto es: todo un juego de ajedrez en defensa de la vida de un imputado. También -desde luego- ocultando aquella verdad que le puede perjudicar.

Con el relevante papel del Estado omnipotente, a manos de la fiscalía, en teórica defensa del ciudadano, tratando de que el acusado expíe el pecado colectivo, las causas exógenas de la culpabilidad, y de paso, pague por todos los que se han escapado sin pagar.

Sin olvidar el actual tránsito de la presunción de inocencia al limbo de la paraculpabilidad -una vez convenientemente linchado el acusado- en el caso de que se salve de la condena porque subsistiendo los indicios racionales que le llevaron a la imputación, coexisten dudas razonables que impiden la prueba que lleve definitivamente a la penitenciaría

En fin, es una película que da para debates de tantos capítulos como ella misma. El esencial, según el abogado David Rudolf, es el de las deficiencias judiciales y, particularmente, hasta qué punto la nueva supremacía del auxilio científico puede acabar asentando la injusticia, incluso intencionadamente.

Todo un compendio de psicología social, mediática y, sobre todo, jurídica y judicial.

No quisiera finalizar sin señalar dos cuestiones que me ha parecido especialmente significativas:

1) Cuando, finalizando el proceso al aplicarse la Doctrina Alforf, el Juez le dice al acusado:

— "Sr. Peterson, ha indicado en este documento que considera que puede leer, escribir y comunicarse a nivel universitario... ¿es correcto?"

2) Wikipedia desambigua al procesado asignándole dos entradas: una estrictamente con su identidad [Michael Peterson] y la otra como Michael Peterson (criminal).

Impresionante serie documental sobre un juicio real, mostrando uno de los grandes males con los que la sociedad puede expiar sus propios pecados colectivos [8 sobre 10]

El quicio de la mancebía [EQM]
https://elquiciodelamancebia.wordpress.com/2018/08/04/the-sataircase-francia-2004-2018-serie-tv-de-jean-xavier-de-lestrade

Serie "documental" muy larga para los cánones del año 2022. Trece capítulos, algunos de ellos de la parte central en que todo es juicio y juicio sin demasiadas novedades e interés, que se hacen soporíferos.

Aparte de la extensión y el interés no sostenida en el tiempo, lo principal a destacar es que no se trata de un documental, ni siquiera hay imparcialidad, ni de lejos. Solo una parte expone hechos y argumentos, por el resto de las partes las intervenciones son muy puntuales. Así que todo el tiempo te venden la burra de la inocencia del marido, a pesar de lo cual no hay teoría que ofrezcan que pueda sostener de que la señora aparezca al pie de la escalera con múltiples heridas sangrantes.

No se puede comulgar con una rueda de molino como si de hostia sacramental se tratara porque es un objeto imposible de digerir por su gran diámetro. Y eso es ni más ni menos lo que pretende que suceda con este documental.
Y además es que tristísimo que en nombre de la libertad de expresión y en lo que sería la exaltación de entre los derechos humanos, del de la presunción de inocencia de los acusados en un proceso, se tenga que recurrir a una máxima del propagandista y criminal nazi Joseph Goebbels que decía que "Una mentira repetida adecuadamente mil veces se convierte en una verdad". Y lo digo porque ante nuestra estupefacción eso es lo que se hace fundamentalmente en el documental. A lo largo y ancho de lo que son casi diez horas de emisión y probablemente en las supuestas otras 600 horas que no se han editado se insiste machaconamente y sin cuartel en...

Soy fan de los “true-crime” documentales y de los juicios televisados pero este documental realmente es solo para las personas que estudian leyes o abogacía porque lo ponen desde la perspectiva de como se arma una defensa.

Solo esta centrado desde el punto de vista, no es imparcial y eso no esta bien para mi que quiere sentirse parte del jurado

El caso no es tan interesante para hacer 13 capítulos.

No para mi.

Éste documental es magnífico por varias razones:
1) La idea visionaria transgresora de filmar un caso que involucra la muerte de una persona desde el principio... que haría pensar a más de uno que hay una actuación de por medio, cuando es pura y dura realidad. Esto por sí sólo es toda una oda a 'The end of the violence' de Wim Wenders... ¿Acaso no es violento éste asalto a la intimidad, ésta exposición de tus vísceras y tus miedos en Technicolor?
2) El difícil papel del director que no tomó partido a pesar de estar filmando para una de las partes... y aún cuando es claro que quieres tomar partido, pues la evidencia, ahí está.
3) La filmación tiene una cadencia como si fueran escenas ensayadas que se muestran al caprichoso ritmo que el director le impone... lo cual abunda a que te creas que estás viendo una película, no un documental filmado in vivo.
4) El tema que denuncia, que es fuerte, es denunciado con brillantez, por lo que la denuncia no pasa por esos llamamientos fáciles al melodrama barato ni transita por ese sesgo al victimismo en el que sucumben ciertos firectores que quieren que el personaje al que están siguiendo con la cámara, prete parezca un ángel inocente (como sucede, un tanto con 'Making a murderer' y un poco en "After innocence").
5) La historia... es simplemente increíble.
6) La colusión de actores clave del sistema de justicia de la nación líder en aplicación de justicia, llevada de la mano de tristes funcionarios empecinados en una teoría conveniente para hacer números alegres a los que, ya puestos en libros y documentos, también se coluden tácitamente para no corregir porque son infalibles en su infinita ignorancia.

Si no sabes mucho del caso, no investigues, ve y vive la historia que se plantea. Te va a interesar.
Si eres fanático de los documentales del sistema de justicia norteamericano en los que señalen sus fallos... Te va a interesar.
Si eres profesionista de algún campo relacionado con juicios... la vas a ver y vas a estar haciendo corajes y diciéndole de cosas a la pantalla inerme. Te va a interesar.

El resultado final es triste y sombrío y desgarrador, pero eso ya... Everybody knows.