The Confirmation

Clive Owen es un actor que siempre me ha gustado. Disculpe he creído que los grandes actores no eligen malas películas, pero todos al final nos decepcionan con algún truño.

El niño es repelente en el film y de momento su carrera, como no mejore su actuación, será corta.

Una historia familiar típica pero que se deja ver, si tienes tiempo que llenar y no tienes nada mejor adelante.

Jaeden Martell, el joven actor que encarna a Anthony, ha sido un placentero descubrimiento... con escasez de gestos; tras una mirada dulce y despierta, nos ofrece una interpretación sutil, muy comprometida con la sencilla historia que Bob Nelson, su director, ha narrado abarrotándola de escenas sencillas pero elocuentes.

Clive Owen, interpreta desde su mimética caracterización, un papel que se diferencia poco de otros, pues bajo mi criterio, sus registros resultan extremadamente limitados.

En definitiva, THE CONFIRMATION, suscribe que todos a lo largo del tiempo somos acosados por algún demonio interior. Cuenta con los suficientes guiños al espectador, para conseguir que nos sintamos implicados en una trama austera pero eficaz; siempre desde la acertada gestión de esas emociones asequibles, que con cierta pericia logra despertar.

The confirmation (Bob Nelson 2016) es el ejemplo de película sencilla y de emociones puras, en la que se plantea un retrato directo de la crisis, en concreto, de la que afecta a los trabajadores manuales, en una sociedad atenazada por la digitalización. Además de una bonita historia de acercamiento entre un padre y un niño, llamado Anthony, que apenas tiene contacto con su progenitor. Una película que nos relata la odisea a la que tiene que enfrentarse, Walt (Clive Owen), un carpintero en paro y con problemas de alcoholismo, por recuperar su caja de herramientas. Una caja que heredó de su padre y que si bien no tiene un gran valor económico, es de un enorme valor sentimental.

Valores, sobre los que reflexiona Nelson, que parecen haberse perdido en la sociedad que retrata The confirmation, por mucho que la madre de Anthony intente buscarlos en la iglesia. Y es en esta contraposición entre lo divino, representado por la iglesia y lo manual, personificado en la carpintería, donde la película aglutina todo su interés. De hecho la acción se inicia en una iglesia, con Anthony teniendo que confesarse por petición de su madre,  pudiendo ver el espectador una representación de la institución religiosa crítica y amenazante, para un Anthony que tiene que escuchar al cura como le habla más de perversión que de bondad, en contraposición con la figura de su padre, un descreído con muchos fallos y un gran corazón, con el que tendrá que convivir en ausencia de su madre.
Una convivencia entre padre-hijo que se presenta como un reto máximo, pero que les servirá para unirles, en un tándem invencible, ya sea en el enfrentamiento con los ladrones, como en la lucha frente a los fantasmas que amenazan al padre. Es en este punto destacable la interpretación de Clive Owen que consigue hacer un retrato fiel y realista de un hombre normal, que aunque ha perdido su vida sentimental ( está divorciado) y gran parte de su vida material (se queda hasta sin casa), nunca pierde su dignidad, ya que por mucho que otros quieran arrebatársela, Walt siempre intenta hacer las cosas por el camino de la legalidad y en presencia de su hijo se muestra como un padre voluntarioso y protector.

Se podría decir que The confirmación recuerda al cine social de Ken Loach, con sus personajes perseguidos por una sociedad individualista y basada en el mercado. Siguiendo por esta senda, uno puede incluso aventurarse a hacer una equivalencia entre el Walt de The confirmación y Daniel Blake, aunque cada película tiene su propia atmósfera.

En definitiva, The confirmation es una interesante cinta que a través de una realización austera y ajena a los artificios nos cuenta la realidad de aquellos personajes olvidados por la sociedad.
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Película que se sitúa mas cerca de la "comedia" que del drama como tal. Historia de un padre divorciado y su hijo que tiene que pasar juntos día y medio y el padre no es el mejor ejemplo para su hijo, ya que se está recuperando de su síndrome de abstinencia. Película que en cuanto a drama se acerca a algo bueno pero que no llega a emocionarte como se pretende en la cinta, en cuanto a la comedia mas bien floja, no creo que este genero se pensara incorporar a la historia. En líneas generales película interesante, sin mas, que recomiendo para pasar el rato pero que nadie espere sacar demasiadas conclusiones una vez finalizada.

Es un mal de nuestro tiempo, tener que soportar niños repelentes acompañando a actores de renombre tan solo porque es lo que vende; el CINE FAMILIAR. ¿Qué veíamos antes? Ya casi ni lo recuerdo. Todo lo que llega de Hollywood y alrededores son superhéroes o películas familiares.
Lo curioso es que este drama paterno-filial no está mal del todo. El niño es repelente, por supuesto, pero la trama; por sencilla; resulta entretenida.
Clive Owen no lo hace mal, con un rol sin mucho registro, consigue salir airoso sin despeinarse(bueno, esto último no es cierto del todo)
Plenamente disfrutable para papis en fase 'Go Pro'; para el resto; entretenida(que no es poco).