Aquí y allá

La verdad es que no sé muy bien qué decir sobre esta película inclasificable, a medio camino entre el documento y la ficción, salvo que me gustó y mucho. Tal vez le sobren algunos minutos, pero en conjunto es sorprendente la naturalidad con que sumerge al espectador en los gozos y las sombras cotidianos de la gente. Sin adorno alguno y también sin tremendismo. Es una película tan sencilla en su planteamiento, que deja la sensación de que ése es justamente su misterio. Los protagonistas- que no actores- realizan un trabajo más que notable haciendo de sí mismos.

Por demás decir que no es netamente mexicana y es coproduccion de España-Estados Unidos y México. Ya se ha descrito lo intensa que es, para algunos "lenta". Estéticamente está bien hecha. El tema se toca de una manera real, no hay nada de ficción; esta es la realidad de todos los estados del sur de la república mexicana, la inmigración, la pobreza extrema y que podemos decir de la visión de futuro que tienen los jovenes de esas comunidades. La pinta y filma de manera veraz y desgarradora ( no solo hay que llorar y que existan perdidas para serlo). Hay detalles que hay que analizar pero sería muy aburrido. La felicidad existe a pesar de esa pobreza, hay momentos felices a su manera, distinta a otras esferas socioeconómicas, mientras no se conozca la voracidad de otros sitios existe la felicidad. Es curioso escuchar el juramento a la bandera donde dice "humana y generosa", la letra contraria a lo que México le ofrece al protagonista principal. Excelente.

Aunque le pese a nuestro nunca bien ponderado ministro Montoro, el cine y los cineastas españoles gozan de una mala salud excelente y son reconocidos internacionalmente, ya sea con propuestas hollywoodenses, en el mundo de la animación o con la humildad, sencillez y buen hacer de esta película bajo bandera mexicana que bien pudiera ocurrir en cualquiera de nuestros pueblos, dados los tiempos que corren.
Alejada de los presupuestos del cine comercial, acompañamos el regreso de un inmigrante a su pueblo de la Sierra de Guerrero uno de los lugares de mayor pobreza del mundo, aunque la película de Esparza suavice muchísimo la cosa.
Aún así el reencuentro con su familia y la lucha por salir adelante le obligara a dejar de lado sus ilusiones artísticas y volver a empezar una vez más de nuevo, mientra la vida repite su ciclo en las nuevas generaciones, si es que llegan a sobrevivir. "No me gusta ser pobre y mucho menos ser rico", canta el protagonista. Una riqueza universalmente mal repartida donde la brecha entre los que tienen y los que no, presagia hecatombes pasadas y futuras.
Esparza deja con sutileza que los que tengan ojos vean aunque los españoles oigamos poco dado que la escasa vocalización de los actores no profesionales y su acento localista hacen que perdamos muchos diálogos. Notable la fotografía de Barbu Balasoiu y notable opera prima, aunque solo sea carne de festivales.

El argumento me ha resultado muy original ya que trata otro lado diferente de una historia y una vida que se repite por desgracia en millones de personas en todo el mundo. La forma de contarla también creo que es muy novedosa, uno se siente como que es parte de la historia, muy cercano. Desde luego es una película para amantes del cine ya que es lenta e intensa, pero eso no quiere decir que sea aburrida, ya que la tensión y la ternura está presente en todo momento. Para los no mexicanos como yo también ofrece una visión interna del pais y las costumbres a las que no estamos acostumbrados y que resulta muy interesante.