Torpedo

Gran duelo intepretativo Gable-Lancaster y buena recreación de la vida en un submarino en tiempos de la guerra del Pacífico. La trama es bastante sencilla, aunque en el tramo final, ese duelo entre el capitán y el segundo oficial pierde fuerza y dramatismo, el otro duelo entre el submarino y el destructor japonés nunca decae, manteniendo la tensión hasta el último momento.
Años después, se realizarían dos películas que al parecer están bastante influenciadas por ésta, aunque le dieron su sello particular y original, hablo de El Submarino y Marea Roja. Si quieren ver tres películas auténticas y creíbles sobre submarinos, les aconsejo que se vean estos tres grandes películas.

Torpedo es una cinta bélica en la que la acción no decae en ningún momento, pues no se filtran historias amorosas de por medio, como ocurre en otros títulos como "El motín del Caine" o "El último torpedo". De hecho las únicas mujeres que aparecen, son, brevemente la esposa del capitán, (Clark Gable), y el dibujo de la "pin-up" a la que la tripulación recurre para que les proteja.
El duelo entre actores está servido, y sorprendre ver a Lancaster en un papel menor y con menos enjundía que el de Gable, que interpreta a un militar resentido y arriesgado.
Muy entretenida y recomendable para los amantes del cine bélico, especialmente del subgénero de submarinos.

Espectacular duelo interpretativo entre Clark Gable y Burt Lancaster excelentemente dirigidos por Robert Wise. Gable fue hundido en un submarino bajo su mando por un destructor japonés inesperada e inopinadamente. Durante un año prepara su venganza hasta que logra un nuevo submarino, en el que sirve como segundo al mando Lancaster al que iban a nombrar Capitán, y tanto a él como a la tripulación les sorprende con unas prácticas obsesivas que no tienen otro fin que alcanzar su objetivo de hundir al destructor.

Película excelsamente dirigida por Wise, que además de recurrir a los típicos tópicos de esta subserie bélica, logra un lenguaje académico militar de los que genuinamente han servido en submarinos. Francamente buena y muy recomendable para los amantes del género.

Mi valoración, un 8.

La película es interesante por ser de las primeras de submarinos, hay que ver cómo cambian los efectos especiales, y sobretodo por el duelo Lancaster-Garble, recomendable.

48/13(28/03/14) Sobrevalorado film bélico de Robert Wise en el que si las críticas y fama no la vanagloriaran tanto la vería con algo más de simpatía. Incluso se percibe atemporalidad, es una obra que durante la WWII tendría su sentido como producto panfletario propagandístico, pero años después de acabado el conflicto pierde mucho, no es una cinta que emocione, entretiene sin más, no aporta demasiado al subgénero de submarinos, y los roces entre protagonistas quedan forzados e incluso pecan de ligereza.

Estamos en 1942en plena Segunda Guerra Mundial en el frente del Pacífico. El comandante PJ Richardson (buen Clarke Gable) al mando de un submarino ha sido hundido y mucha de su tripulación muerta en el peligroso estrecho de Bungo por un destructor japonés, el Akikaze, capitaneado por el apodado “Bungo Pete”, ha sido trasladado a trabajo burocrático a Pearl Harbor, con sed de venganza consigue el mando de otro submarino, el SS Nerka, el problema es que el teniente Jim Bledsoe (buen Burt Lancaster) iba a ser ascendido a capitán y mandar la nave, pero la intromisión de Richardson se lo impide con lo que las tiranteces entre los dos y la tripulación partidaria del teniente son tensas.

El guionista John Gay (“Mesas sepoaradas” o “La Batalla de Las Colinas de Whisky”) se basa en la novela del Comandante Edward Latimer Beach “Run Silent Run Deep” (1955), militar que sirvió en un submarino durante la Guerra Mundial, participando incluso en la decisiva batalla de Midway, llegando a ganar la Cruz de la marina, cerca del final del conflicto tuvo el mando de un barco, cuando se publicó el libro era ayudante naval del presidente Eisenhower. En 1959 tomó el mando del USS Triton, el quinto submarino de propulsión nuclear, un año después alcanzó el hito de ser el primero en circunnavegar el planeta bajo agua, sobre esta experiencia escribió en 1962 un libro de no ficción “La vuelta al Mundo Sumergido: La travesía del Viajero del Tritón”. El título hace referencia a una táctica militar submariana de moverse rápido pero en absoluto silencio para no ser detectado. Escribió dos secuelas, “El Polvo Del Mar” (1972), y “El Frío Es El mar” (1978). A Beach no le gustó la adaptación al cine de su novela, sintió que habían amputado su obra, su historia abarca la totalidad de la contienda y en el cine se atienen a unos meses, además cambian algunos elementos, en este caso para empeorar ciertos hechos chirriantes, como que al inicio, antes de los créditos iníciales veamos como los japos, el destructor Akikaze, hunde el submarino yanki dirigido por P.J. Richardson, hay unos cuantos supervivientes entre ellos el comandante, aparecen los créditos y cuando vuelve la acción nos hemos trasladado un año después a Pearl Harbor donde Richardson sirve tras un escritorio, no es creíble que los nipones no ya les hubieran acribillado, si no simplemente haberlos hecho prisioneros, hay que creerse que los hunden y se van sin más, enorme defecto, en el libro Beach le da coherencia, pues el comandante está en tierra convaleciente con una pierna escayolada y allí se entera que toda su tripulación ha muerto, esta licencia para dar más motivación a la venganza se les va de las manos.

La historia toca temas primarios como la venganza, el sentido del deber, el honor, el orgullo, la lealtad, los sentimientos de culpa y como estos se ponen a prueba en las peores circunstancias, pero son tratados de un modo simplista, sin profundidad, no te sientes empatizado por la trama, pasas un rato entretenido, con esta magnífica recreación de la vida en un submarino, con una espléndida dirección artística de Edward Carrere (“Al Rojo Vivo”, “Chantaje en Broadway” o “Grupo Salvaje”), ayudado por la brillante cámara de Russell Harlan (“Rio Rojo”, “testigo DE Cargo” o “Matar a Un Ruiseñor”) en glorioso b/n que se mueve con fluidez por la nave transmitiéndonos tensión hermética, la marina USA prestó el submarino real USS Redfish, sumándose un estupendo uso de las sombras, maximizando la tensión el maravilloso uso del sonido de Fred Lau (“Con Faldas Y A Loco”, “El Apartamento” o “West Side Story”), con los pitidos e intensos silencio que hace nos veamos inmersos en esta lata militar, añadiéndose un excelente trabajo en efectos especiales reflejado en las muy veraces maquetas y las verosímiles luchas de torpedos gracias a la gran labor de Gerald Endler (“El Yant-Se En Llamas” o “Apocalypse Now”), y con un lenguaje naval profesional que hace por momentos sea un cuasi-documental, lo malo que en pos de este realismo se pierde alma y calor con los personajes con los que estamos distantes. Su motor emocional pretende estar en dos lados, uno en el tour de forcé entre dos enfrentadas personalidades, Clark Gable y Burt Lancaster, pero en este duelo me quedan solo esbozos, nunca llegas a sentir solidez dramática, no te calan sus motivaciones, me quedan plúmbeos artificios para dar algo de consistencia al film, con ese fatuo intento de motín, y el plano desarrollo de los secundarios aporta nada, el otro me llega más nítido y es donde debían puesto toda la munición, el estudio de la obsesión de Richardson por acabar cual capitán Ahab con su Moby Dick, en este caso el Akikaze, pero esto también me llega en trazos gruesos, todo esto se acrecienta con su previsibilidad. Las escenas de acción son vibrantemente tratadas, emitiendo tensión y nerviosismo creciente pero lástima no estén acompañadas por un guión algo más hondo.