El cisne

Cuando un producto y una actriz tienen clase y nobleza se nota, y esta película la tiene. Hecha poco antes de que Grace Kelly fuera princesa y su sueño se cumpliera realidad, esta película deja a la altura del betún a la Heidi Emperatriz de Sissi, con la ñoña y poco creíble interpretación de la malograda Romy Schneider y su emperador que parecía un muñequito de una tarta de novios, pasando a convertir en un personaje atormentado como fue Sissi en una Cenicienta come salchichas. La gracia y belleza de Grace Kelly se nota en esta cinta ideal, como un usuario dijo muy acertadamente con anterioridad, para ver en una tarde con la tía o la madre tomando un té en una buena vajilla. Grace Kelly interpreta a la princesa Alejandra, obligada a un matrimonio de conveniencia en pos del trono pero enamorada del guapo maestro de esgrima. Louis Jordan, además de galán era buen actor como se puede ver aquí y en una versión que hizo de El conde de Montecristo. Alec Guiness brillante como siempre. Pero la ropa, los decorados, los encajes y el recogimiento artístico de la cinta junto con la clase de Grace Kelly, que si bien no era Elizabeth Taylor, deja a la Sissi de Schneider a la altura de una granjera cateta, dan ganas de ponerle a la peli no un 7 sino un 10. Guión de romance y historia que cualquiera soñaría.

Gran película y excelente Alec Guinness, Grace también, pero el señor Jourdan me chirría. Tiene el film algo que me ha recordado a ¨la huella¨ 1972, película que aconsejo que vea todo amante del cine. Se nota que es un guión sobre una obra de teatro y por eso los diálogos tienen muchísima importancia. La vida es lo que es y todos tienen que ocupar su puesto. Yo me he enamorado varias veces y aunque siga sintiendo algo por ¿alguna?, me di cuenta a tiempo de que del amor solo no se vive, y bueno, sigo soltero gracias a Dios, aunque con ¨alguna¨ conservo una gran amistad. Si he parecido cursi o tonto con estas ¨intimidades¨es porque ha habido gente que le ha votado menos que 6. Francamente, que repasen el último diálogo y lo entenderán, comparándolo con el de las estrellas. Ya sabéis, más sabe el diablo por viejo que por diablo. Es una comedia muy refinada e inteligente, no es como otras comerciales y entretenedoras sin pretensiones como ´Pretty Woman¨ . Te hace pensar mucho y al final cuando las manos se unen comprendes las cosas como la gran, y añorada por mí, Grace Kelly. Menos mal que la he visto, no me la podía perder, siempre habrá joyas olvidadas.

No quiero aguar la fiesta a nadie pero la disyuntiva que se le presenta a la princesa Alejandra (Grace Kelly) para escoger entre el amor o un matrimonio de estado que le permita acceder a la realeza cuenta con el inconveniente de que en la segunda opción poco le puede durar la "felicidad". Estamos a principios de la década de los 10, yo diría que en 1912, es la misma moda que en "Titanic" (1997), y en Centroeuropa, concretamente la parte húngara de la monarquía Dual, que sale la bandera en la estación. O sea, que en poco más de un lustro, con la primera guerra mundial y la revolución posterior, se quedan sin corona, sin Imperio, sin nada, merced al exilio, y si me apuras, hasta sin vida, que alguna muerte hubo por ahí.

Así que, si la primera opción es la lógica y la que esperas porque el corazón manda, encima es que con lo otro sales perdiendo. Ahora bien, ¿pensará lo mismo Charles Vidor? Habrá que verlo. "El cisne" es la adaptación cinematográfica de la obra de teatro del escritor magiar Ferenc Molnár, película de hermosa ambientación, dirección artística y vestuario. Grace Kelly, tan bella como siempre, realiza su última, junto a "Alta Sociedad" (1956), y profética actuación antes de casarse con el Príncipe de Mónaco. La película, siempre romántica, empieza con brío y mucho humor pero se acaba oxidando en un desenlace muy dialogado que se estira más de la cuenta. Lo peor es que el desenlace es triste sin ninguna necesidad.

En fin, en fin, qué historia más medio fea, y esto no va por los protagonistas, que son dos guapos bien guapos: Grace Kelly, bellísima y favorecida por esos recogidos que despejan sus rasgos rectangulares, y Louis Jourdan, un apuesto y moreno francés. Si es que la parejita no puede encajar más.

Claro, que hay un tercero en discordia que aunque no pueda competir en hermosura, sí lo hace en talento, elegancia y simpatía: el fenómeno Alec Guinness. Un príncipe, una princesa y un profesor forman este triangulo imperial y europeo que empieza con gracia y desenvoltura hasta un desenlace con tintes, bien mirado, dramáticos.

Los cisnes son de otro mundo, nos dicen, pero ¿y las anguilas? Fijémonos en que la anguila Alberto (Guinness) parece no ser consciente de lo que le vendría encima como esposo de una mujer que no le quiere, que quiere a otro y en la que no va a encontrar demasiado calor. ¿Está seguro que desea eso? ¿Acaso no merecen ambos un matrimonio feliz? Yo creo que sí, y de hecho me pregunto hasta qué puntos Charles Vidor defiende las relaciones por interés y por deber antes que por amor.

Esta película en concreto pide a gritos un final romántico, que además dentro de esos palacios se ha de disfrutar con más esplendor. Y mejor mirando las estrellas.

Película de grandes actores pero cuya trama es bastante mediocre, pesada y sin fu ni fa.

Un príncipe centroeuropeo llega al palacio de su prima con el fin de proponerle matrimonio, pero ni uno ni la otra parecen congeniar y se pasan toda la película dándole vueltas en torno al meollo, complicándole la vida a un tercero y haciéndonos perder el tiempo a los espectadores que empezamos a contemplar el filme esperando algo de mayor calidad.