Macarrones

Hay ciertas frases hechas que encajan a la perfección a la hora de hablar de este "Macarrones", frases como "se deja ver", "para pasar el rato", "está hecha con las mejores intenciones".... Como decir que es una comedia simpática, que va bien para un domingo por la tarde, que es correcta y que no mata. Porque lo cierto es que esta italianada ocupa el lugar que merece porque no da para más, llega a donde llega con un Lemmon y un Matroianni ya entraditos en años y que rallan a una altura aceptable. La historia es simpática a ratos, el mensaje que subyace merece toda la pena, Scola no apuntaba muy alto y creo que el mejor homenaje que se le puede hacer es el de decir bien alto que "Macarrones" es una película que jamás dejaría de recomendar porque merece la pena. Eso sí, también es verdad que más allá no puede ir.

Las escenas de Lemmon subiendo por un andamio; la del viejo Mastroianni sonriendo emocionado tras una pila de libros viejos; y alguna otra que no me acuerdo podrán figurar sin duda entre las más ñoñas y estúpidas del cine italiano. Una cosa son los buenos sentimientos, y otra la tontería. Mi mujer decía que la película es más bonita que buena, pero en fin, tampoco es que sea muy bonita. Lemmon está mucho mejor que el italiano en su actuación. la visión de Nápoles no es del todo despreciable, pero los dos primeros críticos se han vuelto locos y el León de Aranoa lo mismo. Hasta carga el gran Trovajoli