Atraco a las tres

Tomando como referencia cinematográfica la comedia italiana “Rufufú”, 1958 de Monicelli, film que a su vez parodiaba la magistral producción francesa “Rififi”, 1956 de Jules Dassin, “Atraco a las tres” se articula como una simpática comedia, una parodia del cine de atracos, gracias al productor Pedro Masó y el gran trabajo de Forqué, pleno de aciertos en la coordinación de elementos sin perder nunca el ritmo y con una perfecta sucesión de gags dando hilaridad y amenidad a un relato perfectamente conducido. La trama del film nos narra con un humor castizo y aparentemente ingenuo, la planificación de un atraco a un banco perpetrado por los mismos empleados con el fin de realizar sus sueños con el dinero robado.

Dada la fecha de producción, es casi inevitable establecer paralelismos con la situación económica de España. Por ejemplo, todos los empleados tienen problemas: uno pretende casarse, otro pagar las letras del televisor, un tercero viajar. Las penurias de la clase trabajadora como en una escena heredada de “Bienvenido Mr. Marshall” de Berlanga, cuando hacen la lista de bienes a comprar cuando tengan el botín. Evidentemente Forqué, cineasta con oficio, no tiene la diabólica ironía y mordacidad que el esperpéntico film del cineasta valenciano.

Los dirigentes del banco son vistos como la parte negativa del capitalismo, presentándolos arrogantes y tiránicos, prueba de ello, es que cesan al director de la sucursal debido a su política de préstamos arriesgados, ya que concede créditos a personas que no reúnen los requisitos determinados. El nuevo director es presentado como un ser ruin, y pelota con su superior, mientras que es duro e inflexible con sus subordinados. La película tiene dos virtudes inhabituales en el cine español de los 60: un guión bien tramado con adecuada distribución de lances, diálogos ingeniosos y un magnífico dibujo de los personajes, y la acertada selección de actores, que sirven fiel y gozosamente a los variopintos personajes de la historia.

Esta deliciosa comedia juega constantemente a la transgresión, una de las claves fundamentales del humor, y lo hace con una frescura insólita en el cine español. El film critica soterradamente la sociedad de la época, una larga serie de frustraciones de sueños inalcanzables del españolito de a pie de aquella España de la dictadura. Y lo hizo con un glosario de personajes que, aún hoy en día, como otros muchos de Berlanga, aún siguen vigentes en nuestra sociedad. Impagable el trabajo de José Luis López Vázquez como cerebro del atraco.

Tremendísima comedia a la española que no desmerece para nada a las mejores de Wilder, por poner un ejemplo. El guión es buenísimo y los diálogos son un compendio de lo mejor que se ha hecho nunca en el cine español. Te partes de risa durante toda la película, además de ser un retrato más o menos costumbrista de la España de la época.
El disparatado, chapucero y continuamente improvisado sobre la marcha atraco de esos cinco pobres diablos pasará a la historia como la para mí mejor comedia española de todos los tiempos.
Mención especial merece la tremenda actuación de López Vázquez, sencillamente memorable.
Una película para gente sin complejos.

Los aburridos y explotados empleados de un banco maquinan un plan para atracar a éste. Indiscutible e irrefutablemente una de las obras maestras de la historia del cine español, un modelo de comedia a la española, pletórica de ritmo e interpretaciones, con ecos del "Rufufú" italiano de Monicelli pero superándola ampliamente incluso, supuso la cumbre de la carrera de Forqué y es un film por el que jamás pasarán los años.
"Atraco a las tres" es a la comedia blanca e inofensiva lo que "El verdugo" o "Plácido" son a la negra y caústica, formando un tríptico en esos tres años (de 1960 al 62) impagable no solo en el cine español sino a nivel mundial, pues son un prodigio de ritmo y humor, con unos intérpretes inconmensurables que hacían de cualquier mala película algo semidigno al menos, demsotrando aún más su grandeza. "Atraco a las tres", esta fábula de soñadores perdedores, permanece como cine en la retina, como celuloide limpio e inborrable, que pide a gritos la unánime colocación en cúspide de nuestro séptimo arte. Un clásico eterno.

Divertida comedia que muestra a un grupo imposible de atracadores perpetrando un chapuzero atraco a la sucursal del banco donde trabajan. (El "cerebro" deja de pensar cuando tiene delante a una gachí, el conductor del vehículo para darse a la fuga no sabe conducir, uno de ellos no puede hacer de atracador porque cada vez que se pone nervioso le entra un ataque de tos, los encargados del material nunca traen el material... y a Gracita Morales le da por vestirse de cabaretera)

Es una comedia, sin más, una chorrada destinada a hacer reír y/o al menos entretener al respetable. Lo consigue, pero que nadie pretenda encontrar ningún tipo de profundidad o condumio en el guión. Es perfectamente banal y ligero.

Lo mejor: el coro de cómicos. Personalmente, tengo debilidad por Gracita Morales y Manuel Alexandre, pero quién destaca aquí es el pícaro cerebro de la operación, Jose Luis López Vázquez.

Lo peor: que Forqué se incline por momentos hacia las moderneces de la época, que hoy en día ni siquiera resultan graciosas, más bien ridículas.

Genial, es genial, J.L.Vázquez se sale, pero todos ellos bordan los personajes de este atraco sinpar, atraco lleno de sombras de risa en su seriedad de fondo.
El trabajo en el banco muestra compañeros unidos, interventor tirano y director bondadoso, todos rodeados de una pandilla de atracadores en el atraco mas imperfecto que jamás se puede imaginar alguien.

La película atraco a las tres y media que quiso "imitar" a la genuina, un desastre, mejor si no se les hubiera ocurrido la idea tan descabellada de rodarla.