Atraco a las tres

Una gran sátira sobre las películas de atracos clásicas. Para morirse de risa, los personajes pasan por todos los requisitos para conseguir que el espectador se encariñe de ellos y entra también nostalgia al recordar a los actores.

Además el guión es realmente entretenido y consigue que el espectador mantenga atención en la película al 100% con una estructura sencilla, divertida y agradable. No comprendo por qué la comedia española no ha seguido los pasos de títulos como este y ha optado por popularizar el "humor" básico, vulgar y aburrido como cierta serie de televisión que trata sobre una comunidad de vecinos.

Menos mal que actualmente, aunque sea en las sombras, quedan humoristas en España.

Ya desde los primeros minutos de película se adivina un auténtico festival del humor. La secuencia de los créditos iniciales es un prodigio de gracia y ritmo acompañada por una contagiosa banda sonora. Todo lo que viene después no solo mantiene el listón sino que lo supera.
La historia de estos empleados de una banco que ante el nombramiento de un nuevo director deciden asaltar el banco para salir de sus apuros económicos es tan ingeniosa y delirante como divertida. Esta no es una película para ser contada, ya que tal vez así no parezca graciosa. Es una película para verla, y disfrutar así de la brillante sucesión de secuencias repletas de una comicidad inteligente y contagiosa. También hay alguna caída de ritmo y algún giro de guión algo más convencional, pero no consiguen empañar en absoluto el resultado final.
Nada de esto sería igual sin el genial grupo de cómicos que la interpretan. José Luis López Vázquez está en su salsa interpretando al cerebro de la operación. Junto a él Alfredo Landa, Cassen, Agustín González y muy especialmente Manuel Alexandre y la inolvidable Gracita Morales.
De Gracita Morales es una de las frases más geniales de la película. Cuando decidiendo en que se gastará el dinero cada uno, ella dice que le gustaría comprarse un abriguito de entretiempo. Desternillante. Y a este nivel hay varios momentos más en los que me reí a carcajadas como no lo hacía en mucho tiempo.

Una comedia, genial sublimada por la actuación de los actores protagonistas todos. Con un ritmo acompasado con los hechos que se relatan. Con esta cinta podemos ver cuales eran las aspiraciones y sueños de los españolitos de la época. Plenamente recomendable. Lopez Vazquez y Alfredo Landa en su salsa.

Atraco a las tres de José María Forqué, es una comedia basada en un grupo de trabajadores de un banco, que planean atracar su propia oficina. Dirigida con un ritmo vigoroso y dinámico, es osada y valiente por la temática para la época, al desviarse del cine más convencional, siendo por tanto innovadora y sorprendente. Realizada de modo portentoso y fantástico, tiene un resultado intachable en un humor ingenioso e inteligente que gusta ver a toda la familia.
La fotografía en blanco y negro, está llena de matices y es estéticamente apropiada, con imágenes idóneas y maravillosas que cumplen su labor con competencia. La música, es sugerente y estimulante, gracias a unos sonidos rítmicos y sensacionales, que llaman la atención y fascinan en un excelente acompañamiento de la trama, inquietando o divirtiendo según el momento de la acción. Y los planos y movimientos de cámara, hace gran uso del ascendente y descendente, avanti y retroceso, detalles y generales en una sobria y elegante labor técnica.
Las actuaciones, son genuinas y divertidas del primero al último, siendo auténticas y carismáticas en un amplio elenco actoral de caras conocidas, con la participación de José Luis López Vázquez, Gracita Morales, Alfredo Landa, Cassen, Manuel Alexandre, Agustín González, Rafaela Aparicio, Lola Gaos y Katia Loritz entre otros. Empleando para estos, unos vestuarios y caracterizaciones elegantes y formales, además de evocadores en una acertada labor artística.
El guion, es divertido e irresistible, por ser hilarante y disparatado desde que comienza el film, argumentado de manera atractiva y acertada, consiguiendo ser uno de los films más entretenidos y amenos del cine español, dando incluso al final, suspense e intriga en su justa medida. Con unos diálogos jocosos y ocurrentes, llevados a cabo con ingenio y dinamismo, siendo uno de los fuertes de la película al ser sumamente cómicos.
Concluyendo, la considero una obra inmortal e insustituible de la filmografía española, la cual entretiene, divierte y encanta a todos los públicos en general. Recomendable por su dirección, guion, interpretaciones, música, planos, movimientos de cámara y diálogos que vuelven a Atraco a las tres, en una comedia de visión obligada para los cinéfilos buscadores de cintas imprescindibles del cine español.

"Atraco a las tres" es una de esas películas (ignorante de mí, antes pensaba que eran pocas, luego he ido descubriendo que son muchas) que te reconcilian con el cine español, y además puede ser perfectamente una de las dos o tres mejores comedias españolas de todos los tiempos (hay varias de Berlanga superiores, pero son tragicomedias ácidas y descarnadas, y "Atraco a las tres" es más comedia-comedia, aunque no está desprovista de crítica social), demostrando además que se puede hacer muy buen cine sin recurrir a los desnudos gratuitos, a los complicados simbolismos intelectualoides o al ataque a la otra España.

Con un ritmo brutal (fantásticos los primeros 20 minutos), un estupendo guión y un reparto verdaderamente inspirado, compuesto por grandes de nuestro cine como José Luis López Vázquez, Cassen, Manuel Alexandre, Agustín González, Gracita Morales, Alfredo Landa o José Orjas, "Atraco a las tres" es una película que puede parecer simple, pero estamos ante una estupenda comedia plagada de frecuentes golpes de efecto donde te ríes con sinceridad. No esperes grandes escenas surrealistas ni alegóricas, ni una fotografía digna de puro arte, no; sólo se trata de una película agridulce que cuenta una historia agridulce, con personajes populares, verídicos y entrañables, que intentaban tener otra vida en la España de 1962.

Y pese a las evidentes limitaciones en cuanto a la censura (aunque ya estemos en los años 60 y no en 1944), José María Forqué y Pedro Masó no renunciaron a criticar veladamente a la sociedad de la época, al sistema y al reverso tenebroso del capitalismo y de los bancos. Una joya magistral.