"Atraco a las tres" es una de esas películas (ignorante de mí, antes pensaba que eran pocas, luego he ido descubriendo que son muchas) que te reconcilian con el cine español, y además puede ser perfectamente una de las dos o tres mejores comedias españolas de todos los tiempos (hay varias de Berlanga superiores, pero son tragicomedias ácidas y descarnadas, y "Atraco a las tres" es más comedia-comedia, aunque no está desprovista de crítica social), demostrando además que se puede hacer muy buen cine sin recurrir a los desnudos gratuitos, a los complicados simbolismos intelectualoides o al ataque a la otra España.

Con un ritmo brutal (fantásticos los primeros 20 minutos), un estupendo guión y un reparto verdaderamente inspirado, compuesto por grandes de nuestro cine como José Luis López Vázquez, Cassen, Manuel Alexandre, Agustín González, Gracita Morales, Alfredo Landa o José Orjas, "Atraco a las tres" es una película que puede parecer simple, pero estamos ante una estupenda comedia plagada de frecuentes golpes de efecto donde te ríes con sinceridad. No esperes grandes escenas surrealistas ni alegóricas, ni una fotografía digna de puro arte, no; sólo se trata de una película agridulce que cuenta una historia agridulce, con personajes populares, verídicos y entrañables, que intentaban tener otra vida en la España de 1962.

Y pese a las evidentes limitaciones en cuanto a la censura (aunque ya estemos en los años 60 y no en 1944), José María Forqué y Pedro Masó no renunciaron a criticar veladamente a la sociedad de la época, al sistema y al reverso tenebroso del capitalismo y de los bancos. Una joya magistral.