Suits (La clave del éxito) (Serie de TV)

¿Cuál es la mejor serie que has visto?, ¿cuales estarían en tu top-3?,¿Que serie tiene las mejores actuaciones? ¿y la mejor dirección?...

A la hora de contestar estas preguntas, probablemente en ningún momento aparezca "Suits" en tu cabeza, de hecho, seguramente no. Surgirían los nombres de grandes producciones, grandes series, grandes mitos de la pequeña pantalla, como puede ser "Breaking Bad", "The wire" o "Los soprano", o nombres de algunas series menos conocidas pero que reúnen pequeños elementos de grandes realizaciones, como "Life on mars", "Peaky blinders" o "Fargo".

Entonces, ¿Por qué pararse a ver una serie como "suits"?

Porque aunque no sea la mejor, esboza con gran habilidad las relaciones que surgen y que existen en el mundo del que nos habla, ; porque aunque no sean las mejores, las actuaciones están a un nivel realmente elevado, destacando las de Gabriel Macht (Harvey Specter), como la gran figura carismática que existe tras todo despacho de abogados, Sarah Rafferty (Donna Paulsen), dando vida a la secretaria del primero, y mostrandonos una relación realmente tierna con su propio jefe, en un mundo en el que prima el ego y la avaricia o Rick Hoffman (Louis Litt), interpretando la otra cara de la moneda, la contrapartida de harvey y al cual no soporta, pero del que segun pasan las temporadas te vas haciendo mejor amigo. Porque aunque no tenga la mejor dirección o banda sonora (de la cual personalmente me gusta hasta la intro), "Suits" tiene, como su propio nombre indica: La clave del éxito.

Se trata de una serie que durante todas las temporadas engancha (bien es cierto que no está acabada y que debemos ver como se terminará desarrollando), que a la terminación de un capítulo ya tienes ganas de ver el siguiente y que es entretenidas como pocas.

Pd: obligatorio verla doblada, las voces en inglés son uno de los grandes alicientes de la serie.

http://segundasala.wordpress.com/2014/12/09/suits-la-clave-del-exito/

(Crítica hecha tras terminar 1era temporada)

Un híbrido entre Ally McBeal y el Indomable Will Hunting.

Los personajes son adaptaciones de los cieeeeentos de personajes que ya hemos visto en series parecidas a ésta, series de esquema "vamos resolviendo casos/misterios mientras los personajes tienen luchas de poder en su entorno laboral, resuelven conflictos éticos, se enamoran y blabla".

Pero bueno, es una serie entretenida, amena y de fácil consumo. Y para qué más.
Ideal para pasar un buen rato y desconectar.


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Y a pesar de lo dicho, escribiendo esta crítica se me ha ocurrido lo que sigue ahora. Es una reflexión sobre las series de hoy en día en particular con un par de curiosidades sobre Suits en particular.

Hasta la serie más estúpida (Aída, etc) tiene un argumento y unos personajes ideados para que funcionen.
¿Cómo se sabe si funciona una serie? Porque la gente la ve.
¿Por qué la ve? Porque se identifica o reconoce a los personajes y situaciones que se dan en ella.

Las series actuales "fáciles", pensadas para que funcionen sin más, buscan por tanto ser un modelo simple de la sociedad a la que van dirigidas. Un reflejo, o una imagen que no se distancie mucho de lo que la sociedad es o de lo que se considera socialmente correcto.
No creo estar inventando la coca cola si digo que se puede saber mucho de una sociedad atendiendo a las series de ficción que consumen/producen ( y ahí estamos España con Los Serrano y cía. Ow yeah! :( )

Un par de curiosidades que me han llamado la atención de Suits desde el punto sociológico:

- En la primera temporada la jefa del bufete, la máxima figura de poder, es una mujer. Una mujer negra.
- Nueva York. 2011. Ningún personaje principal es gay. El único que es latino es el amigo traficante.
- La sanidad privada a precio desorbitado sigue siendo la única salida digna.

Brillantes diálogos y ágil puesta en escena para una de las series más arquetípicas y llenas de clichés que he visto en los últimos años: bufete de abogados millonarios en la Gran Manzana neoyorquina, sustentado por apuestos dandis de gimnasio con trajes (suits) a medida de 3.000 dólares, valiosas secretarias YSL de metro ochenta que encontrarías en un desfile de Victoria’s Secret y, por supuesto, en un ambiente de coeficiente intelectual más propio del mismísimo Mefistófeles. Y a la que llevas 20 episodios (temporada y media, más o menos) todo suena igual, sabe a lo mismo y las interacciones se consolidan vomitando cursilería por las comisuras. Definitivamente, una serie de género demasiado blanca y poco atrevida, de estructura narrativa débil, pero con una peculiar capacidad para seducirte en un maratón Netflixiano.

Me decidí a ver esta serie porque me resultó bastante buena idea, muy bien planteada. El capítulo piloto me encantó, me pareció uno de los guiones más inteligentes del momento, y, sin embargo, según fueron pasando los capítulos, todo se volvió repetitivo y terminó por agotarme.

Las interpretaciones tampoco son nada del otro mundo, muy especialmente Gabriel Macht, que hace una interpretación bastante deplorable de su insoportable personaje.

Así pues, la serie prometía bastante, pero no me ha terminado de enganchar. Una pena.

Mi nota: 4

La veo cuando tengo un momento perdido, y me distrae los 40 minutos que duran los episodios. Incluso me ha sorprendido alguna de las actuaciones de los personajes, y los casos.

Mi recomendación, es que si buscan una serie entretenida, esta es la suya. Sin complicaciones, ni enrevesados argumentos....