Solos con nuestro tío

Divertida comedia con el carismático John Candy que no llega al nivel de "Más vale solo que mal acompañado" en la cual hace de co-protagonista. Si bien la trama es común, la agilidad de la cinta y el carisma de Candy hacen que esta película sea disfrutable. Sin ser una comedia de gran talla está por encima de las comedias estándar y sorprende la baja nota que tiene en Filmaffinity; por lo que este servidor al igual que en otras películas criticadas, trata de motivar su visionado y mejorar su calificación. Recomendable cinta familiar.

Una película entretenidísima con un John Candy muy inspirado en el papel de tío excéntrico quien queda al cargo de unos niños incontrolables en edad de crecer. Me divertí muchísimo con esta cinta a la cual considero una excelente comedia llena de situaciones hilarantes. Para ver en familia y no parar de reír.

Un cuento de Navidad apto para todos los públicos con un protagonista entrañable, regordete y chistoso, que por reírse se ríe hasta de sí mismo.

No entiendo la baja puntuación que le dan, yo la he votado con un ocho sin dudarlo un momento por los recuerdos que me trae.

Los que la han minusvalorado deberían volverla a ver ¡seguro que cambian de parecer!

Sé que me puede la nostalgia de una época que ni siquiera viví yo, pero en la que veía este tipo de películas los sábados por la tarde en las cadenas de televisión a mediados de los 90. Me puede el amor que siento por aquella infancia a la que, sin duda, volvería de un salto. John Candy es un tipo que me cae simpático. Decían que era buena gente y que comía y bebía como un borrico. No es el mejor actor del mundo, pero tampoco el peor. Esta película me resulta algo seria y desprovista de ritmo, pero es bonita y tiene un bonito final y un bonito mensaje. Tampoco tiene mucha música. No es “El Padrino”, no “Apocalipsys Now”, claro que no, pero es un film bastante bueno si te gusta una época, que sí, que tengo idealizada y que, lo acepto, hace porque le suba un poco la nota. El ser humano camina mucho entre sentimientos. Por ello, nosotros, los imbéciles seres humanos, amamos a gente que nos hace un “reprís” emocional y ya, por eso votamos a anormales como alcaldes o peleamos en las gradas por un equipo de fútbol que sólo quiere nuestro dinero y devoción. Me puede el amor a esta época. Me puede el cariño que le tengo a Candy o a Macaulay Culkin (que parece que ahora está genial casado con una chica que salió de la factoría Disney y que es padre. Dejó el mundo de la noche y caminó de un modo más sano).

El film tiene momentos divertidos cuando pregunta donde compró un plato antiguo a la madre de los niños para sustituirlo sin que se dé cuenta o cuando dice que ya entiende porque el perro orina azul (por el agua azul que bebió del inodoro). Me gustan algunas cosas. Otras resultan un poco tediosas. Yo le doy un 8, sí, por el tema de la nostalgia le subo un punto o así, pero me gusta. Refleja una historia que me gusta y, si pudiera, regresaría a esos 90, en los que vi esta película. No había móviles, no daba tanto por culo la gente por internet (no existía tan masificado, vamos), y la vida se veía con más amor al futuro… Pero bueno, era porque uno era un crío y no sabía entonces lo que era la vida de verdad. Un 8. Recomendada si te gustan los años 80 y lo que se relaciona con ellos.

Como otras tantas veces he dicho, es el cine del videoclub, las comedias de otra época, una época ya pasada, las portadas de las películas que mirábamos en los videoclubs , esas películas que no podíamos llegar a ver en los cines pero que esperábamos a que saliesen en VHS, esta película es el mejor ejemplo de aquella época ya pasada.

La verdad que es una película muy mala, una comedia familiar muy pasada de moda y que hoy en día no da ninguna risa y entretiene muy poco pero me gustan estas películas porque me recuerdan una época ya pasada y cuando veo este tipo de comedias, las recuerdo con añoranza y melancolía.

La película es muy predecible y se sabe como acabará, también tiene muchos valores pero es lo que menos importa, estos tipos de valores son simplemente la manera de producir la lágrima fácil en el espectador.

El único que salva la comedia es John Candy, el resto, incluidos Macaulay Culkin, son una pandilla de caras de la época.