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Diabólicamente tuyo

Thriller. Drama Un hombre (Alain Delon) ha perdido la memoria como consecuencia de un accidente de coche. Está internado en un hospital, donde lo cuidan una mujer (Senta Berger) que dice ser su esposa y el médico de la familia (Sergio Fantoni). (FILMAFFINITY)
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Críticas 7
Críticas ordenadas por utilidad
1 de marzo de 2024
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Desde mediados de los años 50 la película “Las diabólicas” (1955) de Henri-George Clouzot ha sido ampliamente imitada, hasta el punto de que durante los años 60 podemos ver el nacimiento de un subgénero particular al que podemos llamar thriller de maquinaciones, este tipo de thriller sofisticado se inspira tanto en la tortuosa obra de los escritores Boileau y Narcejac como en el cine de Alfred Hitchcock. En 1967, el productor francés Raymond Danon, fiel colaborador de Jean Gabin y Louis de Funès, decidió financiar la adaptación de una novela de Louis C. Thomas titulada “Manie de la persecution”, escritor conocido sobre todo por una serie de novelas protagonizadas por el comisario Paron, Raymond Danon consigue montar una coproducción con Italia y Alemania, con la estrella Alain Delon al frente del reparto y finalmente, la producción corre a cargo del veterano Julien Duvivier.

Esta es la última película de Duvivier, murió justo al final del rodaje. En esta época a Duvivier le resultaba difícil poner en marcha proyectos personales, por lo que recurrió a este thriller escrito por Louis C. Thomas, al contrario de lo que se ha dicho aquí y allá, esta película no es en absoluto un desastre a nivel artístico, ciertamente no es una de las mejores obras de Duvivier, pero sigue siendo de cierto interés y, sobre todo, encaja perfectamente en la lógica del cine negro. Se reúnen los elementos tradicionales del género: la pérdida de la memoria, las maquinaciones de una mujer que no es lo que creemos y la ambigüedad de los personajes, incluido el del héroe, que de víctima pasará a manipulador. La película se centra en cuatro personajes y allí los celos y la envidia van a jugar un papel decisivo, se repiten varios temas, como la búsqueda de la identidad de un amnésico, pero también el encierro más o menos impuesto, como si temiera afrontar las dificultades del mundo exterior, hay una especie de deleite inquietante y sensual en el hecho de encontrarse prisionero, lo que obliga a nuestro héroe a volver a ser dueño de la situación en el espacio cerrado del que no puede escapar.

Está rodada de un modo inusual para Duvivier, en primer lugar porque es en color y porque recurrió a Henri Decaë para la fotografía, que trabajó mucho con René Clément pero también con Jean-Pierre Melville, y eso se nota en la forma en la que está filmada; sí reconocemos el toque de Duvivier en la elección de los ángulos y en el uso de los planos generales, aunque el conjunto carece de algo de fluidez, lo que parece ralentizar un poco el ritmo de la película. La interpretación de Alain Delon es excelente, llena de ambigüedad, sólo por su actuación pienso que ya merece la pena ver esta película; la femme fatale está interpretada por actriz austriaca Senta Berger que en aquel momento estaba haciendo todo lo posible para convertirse en una estrella internacional, la verdad es que la buena de la Berger está eso, muy buena, aunque sus dotes para la interpretación están un poco limitadas; quizás el más sorprendente de todo el reparto sea Peter Mosbacher, un actor alemán que interpreta al sirviente asiático, un tipo tan frío como estoico; y claro, como obliga el hecho de que esto sea una coproducción internacional, el italiano Sergio Fantoni será el reluciente Freddy; Claude Pieplu en el pequeño papel de un agente inmobiliario completa el reparto.

Como ya comentamos antes, cuando se estrenó “Diabólicamente tuyo” el pobre Julien Duvivier acababa de morir de un paro cardíaco mientras conducía, una circunstancia particularmente irónica si pensamos que la película que acababa de finalizar trataba en realidad sobre un accidente de tráfico. Hay que admitir que la que quedaría como su última película evidentemente no se trata de una obra maestra del cine negro, pero sí pienso que es una más que interesante película muy agradable de ver.
Juan Marey
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7 de marzo de 2012
5 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Veamos: Delon va por una carretera a toda pastilla y se pega una hostia importante. Despierta en un hospital con un chirimbolo en la cabeza y una amnesia de no te menees. En esto que aparece Senta Berger, toda curvas, tetas y culo, y le dice que es su esposa y que van a volver a casa. Delon empieza a pensar aquello de que "es bueno ser rey" y se relame por anticipado. Pero al llegar a su humilde hogar, uno de esos castillos en la campiña francesa que todos hemos anhelado poseer alguna vez, se ve recluido y empastillado por el médico residente (Fantoni) y un criado chino (Mosbacher), que se lleva un rollo de S/M con su mujer, la Berger, que se pasea por las noches con un camisón transparente (lástima que se le vean las bragas), lo cual pone a Delon más salido que la pipa de un indio. Comienza una variación de Luz de gas que no pienso descubrir ni en spoiler, de la que ves llegar la conclusión desde varios kilómetros de distancia, hasta desembocar en uno de los finales más botarates de la historia del cine, tal vez, como apunta la chica de la otra crítica, porque Delon no estaba pensando con el cerebro, sino con otro elemento de su anatomía (felicidades por lo de follarín de los bosques, no tiene desperdicio).
Esta película fue la última de Julien Duvivier, fallecido nada más finalizarla... en un accidente de automóvil. Predestinato. También abona mi teoría de que los grandes directores de las décadas 30, 40 y 50 cayeron en la desorientación más aguda con la llegada de la revolución auspiciada por la aparición de los Beatles, primero, y después por el flower power. No supieron adaptarse a los nuevos tiempos porque les pilló a contrapié, y sus esfuerzos por asimilar las nuevas corrientes dieron frutos bastante penosos. Pensad en las películas que cierran algunas filmografías gloriosas, empezando por ésta; Family Plot, de Hitchcock; Chantaje criminal, de Henry Hathaway; Peligro línea 7000, de Howard Hawks (aunque después nos legó El Dorado y Rio Lobo, al volver a sus parámetros de siempre); Aquí un amigo, de Billy Wilder; La prisionera, de Clouzot; La baby sitter, de René Clément; y tantas más. Sólo Ford nos legó un testamento majestuoso con Siete mujeres, pero él vivía al margen del devenir del tiempo.
En suma, Diaboliquement votre es un fiasco, que promete mucho y no da nada (Berger no enseña nada). Avisados estáis.
Eduardo
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