El 13-13

Le hubiera puntuado más, si no hubiera sido por su extremo sentido por la patria y la religión.

Es una historia, algo simple, pero que mezcla amores y misterio. Dar poder a la mujer (supongo que para captar este sector del público) y meten miedo (lo mismo que los americanos cuando empezaba la Segunda Guerra Mundial. Aquí el miedo lo meten con países extranjeros, aunque no especifican que país o países hay que tenerle miedo, pero meten miedo.

Es mejor ser patriota y luchar contra todo lo de fuera. Y al final, hay una frase, que no recuerdo muy bien como la dijo, pero algo parecido a "sólo los cristianos lo sabemos", como si la religión cristiana fuera la pura, la auténtica y la de verdad....

Una buena película, pero metida en una dictadura, hace que vista ahora, decaiga.

Muy mala película de intriga de lo peor de la filmoteca española que han rescatado coincidiendo con un documental de espionaje en la era del franquismo.

Lo mejor sin duda de tan ridícula pantomima de espías y contraespías es su corta duración solo 68 minutos.

Típica película de prensa y propaganda franquista, esta vez para ensalzar a su agentes secretos durante la II Guerra Mundial en el sur de Francia, de ahí el peligro y la seguridad en las fronteras en la peli y sobre todo a la policía secreta compuesta por falangistas curiosamente al mando de un coronel que hubo en España durante la dictadura y que perseguía a todos los que se oponían a ésta.
Entre 1936 y el fin de la II Guerra en 1945 los servicios secretos franquistas colaboraron con la Gestapo alemana, una vez acabada la Guerra Mundial mandos de ésta se encargaban de adiestrar y mejorar los servicios de inteligencia españoles.

Bueno, a la peli:
Los personajes son de lo más ridículo, siempre mencionando su sacrificio por la patria y su espíritu de disciplina pero siempre acompañados de esa tan ñoña canción tan repetitiva que prefiero olvidar.
Al principio creía que podría ser una melodía clave que sirviera para resolver un enigma como sucediera en la película británica 39 escalones de 1935 dirigida por Alfred Hitchcock, pero no, aquí la melodía tan irritante sólo sirve de cursilería de dos enamorados que en toda la peli no se dan ni un beso, sería por la censura.

Doy a mi niña, doy, doy, doy…
doy a mi niña dos rosas y una piña…
Doy, doy, doy...
Y no sé que más de un pañuelo bordado.

Toda la película es aburrida, floja y plana con un cuartel general de espías en plena calle céntrica de una imaginaria ciudad en un imaginario país y con un ridículo coronel interpretado por Alberto Romea, siempre engalanado con sus medallas al merito militar y pareciendo el padre que nunca tuvieron los protagonistas pero en el que no cuadra en este papel. Y qué decir de los agentes del Servicio Secreto (SS) conociendo todos la clave de todos los agentes que si agente 7-7, agente 28,29 13-13 y 13-14 si hasta se refieren a una estación radiotelegráfica con el nombre de estación XK-2 o las inefables tarjetas de identificación de los agentes secretos con número de agente, nombre y dirección, edad y profesión y una bonita fotografía pero a las que les falta el número de teléfono.

Muy representativa de la época en que todo lo que viniera del exterior era maligno y había que unir fuerzas ya sea militares, eclesiásticas o de donde fuera para vencer, que en este país a los héroes que caían o me mejor dicho se sacrificaban por la patria se le alababa al menos por la iglesia librándoles de todos los pecados incluso si mataban a algún separatista o anarquista.