Seducción mortal

He visto muchas películas de adolescentes con tía buena al frente, normalmente las veo, me entretengo un rato y a otra cosa mariposa, pero con esta película, "Seducción Mortal", he llegado al límite de mi capacidad de aguante, la verdad es que el titulo es atractivo, pero me tenía que haber fijado más en la traducción literal del ingles "Todos los chicos aman a Mandy Lane".

Tras sucumbir ante la belleza de la protagonista, os aseguro que os podéis entretener más y disfrutar de un buen rato si tecleáis en la sección de imágenes de Google el nombre de Amber Heard, en serio, dejadlo ahí. Visionar "Seducción Mortal" es caer tópico tras tópico en las chorradas del mundo adolescente de los jóvenes estadounidenses, pero aquí, lejos de reírte con esas típicas paridas, se muestran con diálogos torpes a más no poder, un montaje lento y sin ningún guiño a la inteligencia, yo después de ver esta película soy menos inteligente.

La película es el colmo del absurdo y el final es tan lamentable como su inicio y desarrollo, por lo cual puedo decir sin tapujos que es una de las peores películas que he visto en mi vida.

Salu2

Nada, que no hay manera. Otra más al montón de la basura. ‘All the boys loves Mandy Lane’ es el sugerente título original de la cosa, por encima de la fácil y horrenda traducción por ‘Seducción mortal’ típico de la película de sobremesa dominguera de matar al marido o sospechar de tu vecino de angelical apariencia.
A lo que vamos. Nos encontramos ante otro slasher más de amigos perdidos en el culo del mundo que serán sometidos a un castigo (o justicia divina) por parte del asesino de turno. La historia es ridícula, absurda y muy mal llevada. La fiesta superguay en la megaideal piscina ya nos dan pistas de ello. Al final, sea lo que sea, la cuestión es colocar a nuestros adolescentes en un lugar apartado, con ganas de sexo, drogas y alcohol y celebrando no sé el qué. Ah sí, en esta ocasión todos suspiran por ser el primero en desvirgar a una tal Mandy Love, que vive en un altar y, que más allá de que necesite comer un poco más, parece bastante antipática. Con esta premisa, simple, vacía y con pocos alicientes, uno espera que se hayan centrado los esfuerzos en conseguir una adecuada tensión dramática o al menos unas muertes cañeras. Nade de nada. Entre mucha tontería y jueguecitos, circulan un par de muertes en la esquina de arriba de la pantalla y a oscuras y unos diálogos carentes del mínimo sentido de la acción. Al final, todo se resuelve con un desenlace postizo y muy pretencioso, que en su intento de salir como algo inteligente y rompedor, resulta que sí, era lo que te esperabas, había algo raro. En fin, que su conseguida estética ‘sucia’ de terror ochentero no es suficiente. Mandy Lane estaba mejor de animadora.

Seducción mortal es el título que se eligió para traducir All the Boys Love Mandy Lane, algo tan absurdo como acertado. Quien se encargó del título en España se pasó el nombre original por el forro de los cojones, pero acertó de lleno ya que nos dejó dos palabras clásicas de telefilm: "seducción" y "mortal".

Hoy en día se hablan maravillas de Jonathan Levine, director de Seducción mortal, gracias a sus dos trabajos posteriores (hasta la fecha): The Wackness y 50/50. No obstante, su trabajo aquí no es para tirar cohetes. Hay que ser coherente a la hora de juzgar una película como Seducción mortal debido a que su bajo presupuesto es una pesada losa para el equipo técnico, con lo que pedir peras al olmo sería una gilipollez mayúscula. Lo que pasa es que sí es cierto que la reducción de medios despierta, por necesidad, la imaginación del personal. Aquí no es el caso y nos encontramos con un guion de Jacob Forman que explota absolutamente todos los clichés del cine slasher pero además lo hace reduciéndolos a su mínima expresión, dejando que cada línea argumental (en este caso cada línea obedece a un personaje, porque no hay nada más) caiga en la más profunda indiferencia. Jonathan Levine, por su parte, decide que mediada la película quiere presentarnos al pirado de la capucha y así confirmar el giro que da la película un rato después, un giro interesante pero extremadamente predecible.

El reparto, como en estos casos, es para mear y no echar gota. Amber Heard (a quien su sexualidad le pudo servir mucho para ciertas escenas) protagoniza la película y nos deja algún que otro buen detalle además de unas bonitas vistas, igual que sucede con Whitney Able, quien lo de dejar buenos detalles parece que no se le da del todo bien. La guapa Melissa Price protagoniza varios de los momentos más estúpidos que he visto en el cine slasher (y me considero fan de la vertiente más absurda del género, oigan). Por parte de los chicos, tenemos a un correcto Anson Mount y a tres tipos que merecen su destino (ficticio): Michael Welch, Aaron Himelstein y el repelente Edwin Hodge, todos ellos con personajes tan unidimensionales como sus interpretaciones (y como la película en general). El único al que salvaría de todo el reparto es a Luke Grimes.

Resumiendo, que es gerundio: tiene mucho mérito trabajar con presupuestos bajos y tratar de hacer algo decente. Lo normal, en estos casos, es tirar por la vía slasher por las facilidades económicas y creativas que ofrece el género. Pero claro, cuando la creatividad se reduce a cero y el poco dinero que tienes lo empleas en dejar medio en pelotas a las actrices cada dos por tres, resulta que has cometido un error. Un error tan grande como los diálogos, con frases mágicas como "Mandy, todos queremos rollo contigo. ¿Puedo cogerte la mano?". Muy triste.

No me ha parecido mala película. La verdad es que en algunas partes realmente dá miedo ver la locura que expresa con los asesinatos y el poco razonamiento de los actores. Es descarada y atrevida y en eso es quizás algo mas real que los productos teen. La verdad es que la Mandy esta para perder la cabeza y el desenlace es muy currado. Merece la pena como de lo mejor del video club.

... afortunadamente. Cada día es más difícil que nadie emplee su tiempo y dinero en hacer patochadas de este estilo.

“Seducción mortal” no se parece a ninguna película que haya visto antes, como mucho tiene un aire a videos caseros. Seguramente en las escuelas de cinematografía sabrán cuál es el termino académico exacto que describe una arrítimica y deslabazada sucesión de secuencias con diálogos chapuceros que no acaban en nada coherente, pero a mí me recuerda a vídeos de boda antiguos en los que primero aparecen unas tomas en casa de la novia, luego salta a un monólogo del padre de ella emocionado, luego dos damas de honor peleando a ver quien chupa más cámara diciendo la tontería más gorda, luego dos amigos borrachos del novio diciendo bastadas, mas tarde un tío sobando, luego la tía Loli con los morros pringado de langostinos, luego un paisaje del sol poniéndose tras las iglesia, luego un señor que nadie conoce al que no le salen las palabras…

Y toda esta traca para una especie de “Viernes 13” con la única novedad (ejem, por así decirlo) de que hace 15 años había mucho más respeto a la hora de utilizar gratuitamente palabras como coño, ojete, mamada y follar… y ahora parece que si no se satura la película con ellas no estás en la onda, los personajes no son reales y no llegas al público… Sosa, sin pies ni cabeza y, para colmo predecible desde el minuto 3. Vamos, lo digo: un truño.

Nivel de truño: Mariano Ozores tenía más más arte tras las cámaras que esta panda de aficionados y Pajares y Esteso (y ésto lo digo completamente en serio) muchísimas más tablas que los actorcillos de este bodrio. Una cosa es ellos y sus diálogos PAREZCAN espontáneos y naturales y otra cosa es que SEAN espontáneos en el sentido de que nadie les haya dicho lo que tienen que hacer ni decir y estén en plano buscando conversación para llenar el tiempo.