El vendedor de humo (C)

Simpático corto de animación, donde se nos muestran detalles como que a veces la verdadera magia reside en el interior de uno mismo y no donde nos lo indiquen nuestros ojos. Que siempre hay que ser escéptico ante las cosas o personas que desconoces e intentan llamarte la atención y tener siempre un criterio a la hora de visualizar algo desconocido para no dejarse llevar y caer en la trampa.

Un cortometraje, simpático, didáctico y de escuela Española, que merece la pena ser visualizada.

Ay... si hiciésemos películas al nivel de los cortos que hacemos en España...
Buen corto: ameno, llamativo, engañoso... Y una moraleja que nos deja: no se fié usted de lo que parece demasiado bueno, nadie le va a dar mucho por poco, lea la letra pequeña. Y es que después de la alegría llega la tormenta, como les paso a nuestros ingenuos amigos pueblerinos.
6,7/10

Cortometraje al que le doy bastante valor por la composición, la historia y el mensaje. Aparte, es español. La crítica no tan soterrada que marca la historia es genial, un cuento de nuestros días y de los días pasados, de los pícaros como especie endémica de este país tan nuestro y a la vez tan ajeno, del tráfico de ilusiones y de la artificialidad de los habitantes del pequeño pueblo, sedientos del materialismo que se expande hasta en los lugares más regiones, más de campo. Ninguno escapa a la magia de "El vendedor de humo", del personaje que tiene el tiempo necesario para proporcionar el humo (valga la redundancia) y el placebo antes de que la lluvia llegue, antes de que el sueño acabe, de que la realidad despierte. Una verdadera joyita que llevaré como ese vendedor que observa la gema en la palma de su mano mientras se aleja del enésimo pueblo de inocentes soñadores.

Precisamente este corto no vende humo, sino todo lo contrario. Una animación digna de cualquier producción Pixar/Disney, además de por su calado visual, que es más que de agradecer, por su guión imaginativo e irónico.

Propuestas así dinamizan y rejuvenecen nuestro cine. Bravo por Maese Sellés y todo su equipo!!

Una animación entretenida y divertida, con una idea muy original. Yo casi me lo tomo como una alegoría de la propia vida, donde prestidigitadores de rancio abolengo se dedican a estafar al ciudadano de a pie y a extraer impunemente sus rentas.

Al final del corto dan ganas de gritar: "comprad pisos, que nunca bajan".