Life

Veo "Life", el biopic acerca de la famosa sesión de fotos que la revista Life publicó en 1955, un año esencial en la carrera de Dean ya que su primera película, 'Al este del Edén', estaba a punto de estrenarse y la segunda, 'Rebelde sin causa', a punto de empezar a rodarse. Así, este retrato sobre fotografía y fotógrafos, cuenta con una excelente ambientación de los años 50 (en los títulos finales compruebo la verosimilitud de las escenas al cotejarlas con las fotografías reales), con una conseguida caracterización del atormentado personaje, con una vulnerable interpretación del actor protagonista, pero sigo sin "conectar" con Robert Pattinson (no me creo la historia sexual, que el director Anton Corbijn, no se esfuerza por reflejar) en esta historia acerca de los intentos de Dennis Stock por conseguir una buena foto de la estrella en ciernes. Muchos clichés, falta de tensión y carencia de profundidad, en esta película acerca de dos actores imitando a Dean y Stock. De 4.

Dirigida por una persona que empezó y ha desarrollado una extensa y exitosa carrera como fotógrafo, "Life" (2015) tenía que destacar por su fotografía. La obra narra la relación entre un prometedor pero desconocido fotógrafo, Dennis Stock, y un también prometedor pero desconocido James Dean. Ambos en su lucha particular por alcanzar el reconocimiento, lo que apunta a simbiosis se descompensa por la personalidad arrolladora de James Dean -Dane DeHaan-. Película de ambientes, sus atmósferas se construyen desde una fotografía exquisita y una planificación de encuadres sobria y gélida. Corbijn se interesa por la visión del fotógrafo -Robert Pattinson- sin caer en los estándares viciados del biopic, quizás no encontrando todos los frutos deseados, pero cultivando su relato con honestidad y buen hacer.

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Miope, fumador y amanerado. Bastante atontado. O drogado, tal vez dormido. A cámara lenta; pausado y melodioso, sin prisa, a su estilo. Ahí le vemos. También un poco rollizo y pequeñajo. Y un poco pelma y sentencioso. El actor se esfuerza y el aire lo tiene, por ahí le va o le anda. Pero está claro que no le llega, le falta.
Y tampoco le ayuda mucho el pasmado crispado Pattinson. Limitado y esforzado.
Ni la historia cojitranca. Llena de interludios somníferos y escenas de relleno. Un transcurrir moroso en un tiempo muerto, detenido; foto fija sin chicha ni vida.
La intención, como casi siempre, es buena. Se nos quiere decir que este pobre muerto tan joven era un chico sensible, la mar de majo, delicado y reflexivo incluso. Perdido, pero con un alma de cántaro. Perjudicado y buenazo sin remedio.
Se nos quiere mostrar su alma escindida: la que se quedó o dejó en la granja de sus abuelos; la pena helada dentro del ataúd de su madre; ese niño de pueblo tan inocente que pierde la brújula en la Gomorra Hollywoodense (Jack Warner como satán de bolsillo). Abandona su casa y se nubla. Conquista el mundo a cambio de perder sus raíces.
Es una idealización amable del mito. Evitan posibles truculencias, escabrosos sucedidos y leyendas negras. Prefieren cargar la suerte hacia la normalidad de un joven sin dobleces que es devorado por una corrupción que le era completamente ajena.
Una mirada bien intencionada y roma. Y, a pesar de su apuesta por lo sencillo, bastante artificial y poco creíble. Una reelaboración torpe, afectada y aburrida del mito.
También se apunta, muy levemente, al giro que podría representar James Dean en la cultura de su época. Los años cincuenta en USA supusieron muchos cambios sociales, políticos y económicos. La Segunda Guerra Mundial trastocó la mirada y el contexto. Apareció la Guerra Fría y llegaron nuevas formas de comunicación y entretenimiento, la televisión en todo lo alto. Los beatnik (Kerouac escribía "On the road"), la irrupción definitiva del Jazz y el Rock, el paulatino relajo de las costumbres, las luchas por la igualdad y los derechos civiles...; una mezcla confusa y desgañitada de juventud, euforia y escepticismo que estallaron simultánea, sucesiva y contradictoriamente.
Dean, y el mundo del cine con él, iban dejando cada vez más atrás el glamour y la inalcanzable superficialidad de las estrellas del cine para tratar de abrazar un mayor realismo e introspección, un look más atormentado y cool (Brando también pasaba por allí como motorista del infierno, encuerado y más o menos salvaje). Los tiempos estaban cambiando. Y el chico rubio de ojos azules era una buena imagen para esa especie de blanda revolución. Icono eterno que esas fotos "al natural" ayudaron a construir y, posteriormente, encumbrar.
No hace daño. Aporta poco.
Nota: Las autoridades sanitarias pertinentes aconsejan al nutrido grupo de lectores y/o seguidores de este junta letras feroz, tan magno creador y tan gran dilucidador, que acudan sin falta al reverso, al llamado ineludible del spoiler. Merecerá la pena. Mucha cosa buena. Pura miel.

"Life" se centra en la amistad que mantuvieron el fotógrafo Dennis Stock y el mítico James Dean de la que obtuvieron un gran resultado artístico: las famosas imágenes en blanco y negro de James Dean en Nueva York en 1955. La película es un curioso homenaje a la persona del gran mito masculino del Cine.

Evoca de forma brillante el Hollywood dorado con honestidad y estética cinematográfica.

Todos los personajes están retratados sin destacar o ensalzar las virtudes del ser humano sino analizándolo como sujeto pasivo: su complejidad y sus contradicciones.

La época son los años 50 en Estados Unidos, una década que no idealiza Anton Corbijn sino que reproduce creando un escenario de luchas internas aunque también de éxito y glamour.

Son magníficas las interpretaciones de Dane deDehan un sorprendente y algo inestable James Dean y Robert Pattinson un taciturno y algo apesadumbrado Dennis Stock. La historia de su amistad es puro cine y al mismo tiempo su relación da pie a representar el lado más intimista y desconocido de un artista sea éste el actor o el fotógrafo y en torno a ésto gira el tema central de la cinta.

El genial intérprete Ben Kingsley interpreta al magnate del cine Jack Warner.

Su sonado noviazgo con Pier Angeli nos descubre que no fue todo lo idílico que pretendidamente nos han contado con una Alessandra Mastronardi espléndida en el apogeo de su belleza y talento. Formaron una bonita pareja y aquí vemos que su unión no fue todo lo candorosa y virginal que la productora y la prensa se encargaron de transmitir. Su matrimonio con Vic Damone se interpuso entre ambos para siempre y en cualquier caso la muerte de James Dean fue el hecho que dinamitó cualquier posibilidad de retorno para ambos.

En este film se habla de "Al este del Edén" y "Rebelde sin causa" ambas de 1955 y no se menciona "Gigante" el peliculón de George Stevens que se estrenó ya después la muerte del actor en 1956. Tuvieron que ponerle un doble a las secuencias finales de la cinta. Su carrera fue ciertamente breve pero escogió muy bien y las películas son obras selectas de la historia del cine.

Dane Dehaan nos ofrece en este drama una versión alternativa de James Dean en el que se menciona también su fascinación por la velocidad, toda la esencia de una estrella que con todos sus complejos pertenece al lugar más intocable de los inmortales de Hollywood.
Es en definitiva un entretenido y agradable biopic que nos muestra otro ángulo de la vida del malogrado fenómeno cinematográfico.

El famoso fotógrafo Anton Corbijn dirige su cuarto largometraje en el que representa las vivencias de la amistad entre un joven a punto de ser estrella, James Dean y el fotógrafo de la revista Life Dennis Stock cuando este decide realizar un proyecto fotográfico sobre el icónico actor.

Dos temas tan unidos a la carrera de Corbijn como son la fotografía y los intríngulis de la fama parecia intuir que iba a crear una obra más que notable. Lastimosamente podemos considerar que Life es su filme menos autoral y que no llega a conectar con el espectador.

Dane DeHaan se encarga de la responsabilidad de encarnar a uno de los mayores iconos del siglo XX con admirable resultado, mimetizando su actitud y forma de hablar. Junto a él, un Robert Pattinson también notable encarnando a Dennis Stock.

Las dos loables interpretaciones protagonistas ayudan a un conjunto frío y plano que gustará a los eruditos de la época clásica de Hollywood con la representación de aquellos años cincuenta y de personajes como Jack Warner (Ben Kingsley) o unos breves Natalie Wood y Nicholas Ray.

Una obra que podría haber funcionado mejor en su retrato de una misteriosa figura como la de Dean, mostrándonos mucho más el día a día de Stock y sus problemas, por otro lado menos interesantes. Corbijn deja un filme sobre una amistad decepcionantemente frío y que encuentra interés gracias a los dos notables intérpretes protagonistas.

El Crítico Inquilino