La ciudad está tranquila

Duelo a muerte en Marsella entre Janis Joplin y Karl Marx, Summertime y La Internacional. Y de fondo suena un piano clásico infantil y el anochecer es azul mientras unos negros medio buenos "rapean", la música como metáfora y salvación.
La lucha de clases ha muerto y con ella la ciudad no tan tranquila. La clase trabajadora está desesperada y la ha abducido en buena medida la extrema derecha "lepenista" no muy amiga de la inmigración precisamente, aquí se dice. Los trabajadores de los muelles han dejado de pelear y han cobrado la indemnización, se han rendido como él, dice el taxista; dentro de nada llegarán el turismo y el cambio, una nueva ciudad en la que los gerifaltes políticos y los burgueses hipócritas se enriquecerán con el sudor y el sufrimiento de toda la pobre gente, la nativa y la foránea.
Fresco marsellés a lo bruto, la sutileza de Guédiguian es igual a la de una máquina excavadora.
Un "Vidas cruzadas", el modelo de los encuentros tan de moda allá por finales de los noventa, que el buen director francés aprovecha para contar varias historias y de paso meter su mensaje, eterno como el sol/o.
Ariane Ascaride y Jean- Pierre Darrousin. Inmigrantes. Paro. Droga. Prostitución. Asesinato. Deseo. Miedo. Suicidio. Amor. Dolor. Está todo. A brochazos gordos como rodaballos.
Película de tesis que trata de ser poética y humana y que choca demasiado a menudo con el estrambote histriónico, el estrépito melodramático y el sensacionalismo morboso.
Lo mejor es la ciudad. Y la canción. El sol a plomo y la belleza del atardecer, la caída del día.
Todo está cogido un poco por los pelos, esas recurrencias argumentales paralelas, y se da de bruces constantemente con el panfleto.
Tiene fuerza, encanto y entretenimiento, no rigor, elegancia o mucha verdad.
Es tosca y lírica, bestia y sugerente, interesante y desmadrada.
Me gusta pero no la compro.

Antecesora no en la filmografía pero si en los hechos de "las nieves del Kilimanjaro" son muy parecidas; despidos, drama social, política, quizás esta ultima incorpore algunos giros mas en el argumento. Cinta bien realizada, bien interpretada y con un guion muy completo y bien estructurado. El drama de las drogas está muy presente y lo que sufren sus seres queridos, en este caso su madre que hace lo imposible por mantenerla con vida aunque sea a través de métodos impensables, Película en líneas generales buena, a pesar de su duración no se hace larga y cada secuencia tiene su significado para el devenir de la misma. Personalmente la recomiendo.

Película coral ambientada en la Marsella de principios del presente siglo, que cuenta las historias de una serie de personajes con diversos problemas cuyas trayectorias se acabarán cruzando de una u otra forma, y a través de ellos ofrece una radiografía de una ciudad (e indirectamente un país, un continente) aparentemente próspera y tranquila...que en realidad no lo es tanto. Las injusticias sociales, una conflictividad latente que se va volviendo más peligrosa (eran los tiempos en que la ultraderecha empezaba a experimentar en Francia un auge...que ha ido en aumento), las drogas, el paro y el desencanto de los ideales políticos son algunos de los temas que esta película explora, desde una postura política claramente izquierdista aunque no exenta de autocrítica.

Larga pero no pesada, política pero no panfletaria, estéticamente sobria pero no cutre, áspera pero con momentos muy poéticos (el piano, por ejemplo), poblada por un puñado de personajes que se describen de forma somera pero precisa sin que se quiten protagonismo unos a otros, "La ciudad está tranquila" alcanza un equilibrio difícil y lo mantiene en todo momento a pesar de algún que otro giro de guión demasiado previsible y de algún momento melodramático.

En resumidas cuentas, es una muy buena película.