Dos colgados en Chicago: Los visitantes cruzan el charco

Para empezar, no entiendo por qué se deben hacer versiones para EEUU de películas europeas tan recientes como Los Visitantes (además dirigida y escrita por los mismos nombres que la obra francesa). La historia se agota nada más empezar: al trilladísimo tema de los viajes en el tiempo se le añade una dosis de comedia burda y vulgar, lo que tampoco tiene nada de original (por ejemplo, El Caballero Negro, Un Astronauta en la Corte del Rey Arturo, Un Yanqui en la misma, etc).
Jean Reno, quien desperdicia su talento en demasiadas ocasiones, resulta simpatiquillo como el conde Thibault de Malfete, al igual que su criado, André le Pâté, al que encarna Christian Clavier, lo único salvable de la peli. Por ahí también deambula otro experto en destrozar su carrera en subproductos deleznables, como es Malcolm McDowell (quién te ha visto en La Naranja Mecánica y quién te ve ahora, perpetrando el rol de un mago inglés de lo más chungo), pero el conjunto resulta verdaderamente pobre, con un humor lamentable y apta sólo para mentes no muy desarrolladas.
Por cierto, la elección del título en español es sintomática de lo que va a ser la peli, mala, mala de solemnidad.

Jean Reno...qué ha sido de ti? Desde "León, el profesional" hasta "Dos colgados en Chicago" hay un buen trecho...y no tan solo me refiero al tiempo material transcurrido. Hay un cambio de registro en seco, que hace imposible empalmar los dos extremos de la carrera de este actor. Qué ha pasado? O aún más importante: porqué ha pasado? Qué tendrá el paso del tiempo en Hollywood que hace que grandes actores se vendan? Demasiadas preguntas y sin mucho que ver con la película, pero es que no quiero arriesgarme a soltar impertinencias sobre este film. No es que la idea me parezcaa absurda - aunque lo sea - es que el pretexto del viaje en el tiempo se ha usado tantas veces que recaer en él una vez más es tratar de engañar al espectador reciclando ideas viejas. No había ninguna necesidad de usar a los mismos actores con el mismo argumento por tercera vez en menos de diez años, excepto la necesidad del dinero. Es como en la moda, todo está inventado y al final todo vuelve...esperemos que me equivoque.

Pues ello plebeyos patanes indignos... No es menester poner a parir a tan insigne caballero misericordioso con su maloliente escudero, pues le ofrece suculentas viandas mientras en suelo come pues no digno es de comer en noble mesa debido a su desagradable apariencia. Coña medieval en estado puro. Yo me he reído cual hechizado, lo mismo tomé singular brebaje preparado por anciano mago inglés, con Malcom McDowell nada más ni nada menos. Y esto es un comedia, y si su función es reír y pasar un buen rato, con creces ha logrado dicho menester. El valor es mi credo. ¡Cuánto noble caballero con dichos ideales haría falta hoy en día!