Por un puñado de besos

Basada en la novela “Un poco de abril, algo de mayo y todo septiembre”, de Jordi Sierra i Fabra, la cinta es, en la teoría, un drama romántico sobre una joven pareja en extrañas circunstancias, pero en la práctica, Por un puñado de besos ha proporcionado a la 17ª edición de este Festival de Málaga las mejores y sonadas carcajadas que se han oído a lo largo de estos días de competición. Risas, claro está, totalmente improcedentes respecto a los objetivos pretendidos por el film y que otorgan una idea bastante fiel del desastre que impera a lo largo y ancho del metraje. Y es que, en su inabarcable pretensión de ser desmesuradamente romántica, Por un puñado de besos consigue unos resultados del todo inesperados: ser insosteniblemente cómica, al estar poblada de diálogos dignos de una filosofía de carpeta adolescente y de situaciones cuyo planteamiento responde más al postureo publicitario o de videoclip que a necesidades de puesta en escena mínimamente cinematográfica.

Innecesarias pantallas partidas, fotografía de Instagram, omnipresencia de la banda sonora (muy bien, eso sí, la selección de temas musicales) decoran una película que puede ser tachada (para mal) del típico producto concebido para consumo adolescente. Lo grave del asunto es que su guión es tan malo, está tan chapuceramente construido, que da la impresión de estar escrito también por quinceañeros. Desconozco qué nivel de fidelidad con la obra original posee esta Por un puñado de besos y si la inverosimilitud que la envuelve es heredada de las páginas de la novela, pero lo cierto es que la irresistible y para nada pretendida comicidad que provoca su visionado es producto de la extrema ridiculez que la puebla en todos sus apartados, incluso el interpretativo. Vale, sí, es verdad que ni el más rodado de los actores podría hacer mucho para defender algo tan indefendible como lo que propicia Por un puñado de besos, pero que ninguno de los intérpretes muestre ni la más mínima voluntad para salvar los escollos ya es de órdago, sobre todo una imposible pareja protagonista, con Ana de Armas manteniendo equivocadamente su acento y resultando increíble de tanto tic infructuoso empleado; y Martiño Rivas que opta por una actuación insípida y soberanamente sosa, como si con ello pudiera justificar la cobardía de su personaje.

Otra comedia involuntaria, y ya van muchas en el último cine español. Una pareja guapísima (lo de Ana de Armas es de escándalo), con amigos y amigas igualmente guapísimos (están todas y casi todos de las series patrias) que sufren mucho por amor y traiciones y tal pero que tienen la suerte de vivir en pisos de 900 metros cuadrados amueblados con los mejores interioristas de Europa pese a sus trabajos precarios (¿dobladora de películas porno japonesas y redactor de periódico que luego es una revista?). Pero bueno, lo mejor son los diálogos, muy del estilo de Federico Moccia (evidente fuentaza de inspiración), tan ridículos que invitan a la chanza general. Lo único bueno, la mirada de Jan Cornet en la cama.

Pues a mi me ha gustado mucho. No entiendo el ataque de la mayoria de los comentarios. Es una película con un tema muy interesante que apenas se ha tocado en el cine actual, y al ser con reparto español en la mayoria de los casos, personalmente lo hace todo más creible. Es mi visión, veo que bastante distinta a la del resto de personas que la han visto.

Buenas interpretaciones de Ana de Armas, muy creible y Martiño Rivas más sobrio, como es el personaje, un joven que se debate entre contarle la verdad o dejarse llevar. Los secundarios también lo hacen realmente bien, en especial Megan Montaner.

En fín, buen cine español trantando un tema puntiagudo.

Como digo en el título, película que si la ves en el momento adecuado no te defraudará. Al contrario, personajes muy creíbles y con mucha química entre ellos, dirigida con gusto y las tomas espectaculares (a mi me ha encantado) y no soy de cine romántico ni de pastelero. Incluso los actores secundarios perfectos en su papel, y es que Ana de Armas y Martiño Rivas están perfectos y metidos en su papel. Para volver a verla

Me compré el libro en cuanto salió a la venta porque I Fabra es uno de mis escritores favoritos, y cuando descubrí por casualidad que se iba a adaptar la película, mis ganas por verla se hicieron patentes. "Un poco de Abril, algo de Mayo, todo Septiembre" no ha sido llevada con justicia, o es que quizás es una de esas historias que no deben salir de las hojas ya que pierde la magia. No todos los actores han estado a la altura, desde mi punto de vista, mucha sobre-actuación y poca credibilidad en sus diálogos (Guión también de la mano del escritor de la novela). Una elección de música un tanto...peculiar y una historia fría que no conduce a ningún lado. Creo que me desharé de la desilusión volviendo a leerme la novela. Esto me hace reflexionar sobre "97 formas de decir >te quiero>" también del mismo autor... tenía muchas ganas de ver su adaptación en cines, pero creo que ya se me han quitado las ganas.