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La música nunca dejó de sonar

Drama Basada en el caso de estudio de Oliver Sacks, 'El último hippie', la primera película de Jim Kohlberg examina una familia dividida por el choque cultural y generacional de los años 60. 20 años después de que su hijo huyera de casa, Henry y Helen Sawyer lo encuentran en un hospital, enfermo de un tumor cerebral que le hace incapaz de distinguir entre el pasado y el presente. Sólo reacciona ante la música rock que solía escuchar, de modo ... [+]
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Críticas 11
Críticas ordenadas por utilidad
24 de febrero de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy bonita historia. Contada con sencillez y simpleza; con las dosis justas de sensiblería y emoción delicada.
Hijo perdido durante casi veinte años reaparece con tumor cerebral. Se le extirpa y pierde la memoria. A través de la música la recupera, pero los recuerdos solo llegan hasta su primera juventud, el resto es oscuridad y silencio.
Las canciones tienen en este caso varios posibles significados:
- Símbolos de las, aparentemente, insalvables diferencias generacionales. De cómo el padre no entendió a su hijo en aquellos revoltosos años sesenta y ahora se quiere reconciliar con él recurriendo a aquellos míticos grupos ("Grateful Dead" como el más significativo) y dejando a un lado sus gustos más tradicionales, su rígida severidad, su egoísmo intransigente. La madre hará de bisagra, será la paz y la inteligencia, la generosidad y el amor.
- Formas de memoria encapsulada y asociativa; puntos de partida para llegar a otros lugares afectivos, anclajes de la identidad, boyas en mares borrascosos y agravantes de la efímera felicidad.
- Píldoras excitantes, como droga dura que levanta el ánimo, y el alma. Fuerzas de choque para mentes desoladas.
- Pequeños panfletos de rebelión y síntesis, muy concentrados, de ideas dispersas. Sincretismo de tradiciones, herencia abigarrada y hermosa.
- Poesía popular. Palabras que resumen y adornan el mundo, que acompañan e iluminan.
- Lugar de refugio para gentes perdidas.
Tierna y llena de tópicos (todos los de la época hippie americana: Vietnam, drogas, quema de banderas, juventud "aquarius", Nixon, contracultura, grandes grupos, rock, Dylan... ). La psicología de los personajes es poco verosímil y no está desarrollada (pegan unos cambios instantáneos e increíbles), lo mismo que el resto de apartados, todo es agradablemente superficial. No arriesga ni aporta nada nuevo. Es un más de lo mismo con un material novedoso. Una mirada convencional sobre una historia original. Pero no se regodea en el dramatismo y queda bastante digna, sin grandes ambiciones, pero entretenida y delicada. Bien.
J.K. Simmons es un actorazo y aquí está soberbio. Y tiene un gracioso parecido con Homer Simpson (nada que ver con el forzudo majadero de "Whiplash"). El resto lo hace bien, con la un tanto venida a menos Julia Ormond haciendo el personaje de la terapeuta.
Ferdydurke
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12 de junio de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Ha escuchado inesperadamente una canción, en otros tiempos atesorada por usted, para verse transportado de regreso a un recuerdo lejano y perdido?
La mayoría de nosotros lo hemos experimentado, y ese vínculo reconocido universalmente entre la música y los recuerdos es la razón principal por la que The Music Never Stopped (La música nunca paró), una encantadora película independiente sobre una familia dividida que se vuelve a unir por medio de la música, funciona mucho mejor de lo que pudiera esperarse gracias a una espectacular banda sonora con rock clásico de los años 60 y una invaluable actuación por parte del muy mal subestimado J.K. Simmons.
La historia va y viene entre mediados de la década de 1980 y finales de los años 60, y gira alrededor de Gabriel (Lou Taylor Pucci), un rebelde hijo único que a los 17 años, en 1967, escapa de sus padres, Henry y Helen (Simmons y Cara Seymour), para reaparecer 18 años más tarde como un hombre de 35 años, desaliñado y de mirada perdida.
A su regreso, los médicos descubren un tumor benigno muy grande en su cerebro que le quitó su memoria de corto plazo y limitó severamente su memoria de largo plazo para recordar cosas como su nombre y cumpleaños.
Solo la música que tanto le gustaba y aun perdura en sus recuerdos es capaz de traerlo, de forma momentánea, a la realidad, por lo que su padre, que carga un gran peso de arrepentimiento sobre su conciencia, hará todo lo posible por reconectarse con su hijo aprendiendo a amar la música que ocasiono el distanciamiento.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
fermillo
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20 de julio de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La música como centro del despertar de un cerebro dañado que ha sido devastado por la presencia inoportuna de un devorador asesino que actúa sin piedad, las canciones como protagonistas indiscutibles en la activación de recuerdos hermosos que mueven tu cuerpo y dan energía a un alma abatida, la melodía como terapia recurrente que anula el catatónico sentimiento de una mirada vacía y una esencia muerta...,un lote completo de ilusión, esperanza y progreso que aumenta y magnifica tu emocional estado sensitivo -ya de por sí con tendencias amables y emotivas- que se abren a la simpatía, el encanto, la ternura y el cariño que provoca este protagonista no humano que con su sola presencia y hermoso ritmo endiablado aniquila todos tus males, te permite volar a cielo y crea tu particular y espléndido paraíso en la tierra.
Medicamento contra la angustia y el dolor, la pena y la depresión que con su magnífica explosión y ritmo alocado anula tu aislamiento y aumenta tu inercia soñadora, cautiva tu espíritu cual bella princesa que se enamora de su valiente príncipe azul.
Asombrosa ausencia de los daños cognitivos causados por una horrible enfermedad y la deliciosa maduración de una relación paterno-filial estropeada y pérdida reconducida hacia un contagioso estallido de alegría, diversión y disfrute enternecedor gracias a la intervención de un invitado armonioso que convive con nosotros en silencio y con pausa indefinida pendiente de ese momento mágico donde, a una señal nuestra, pone en marcha su cadena de dulzura, fantasía y emociones y te transporta al universo de la sonrisa, el bienestar y el placer, un sólo clic de encendido y desaparece el mal y todos sus archiconocidos amigos indeseables.
Eso siempre que te guste la música y seas capaz de sentir y dejarte llevar por sus maravillosos efectos relajantes y sanadores; en caso contrario, esta película poco te va a decir aparte de la estima y el valor de ser una historia real pues, sólo es bonita y bella por el contagio subliminal de su esencia y espíritu, por las cálidas y tiernas interpretaciones, porque te hace amar sin estar enamorado, bailar sin saber de baile; no tiene mayor lectura trascendente.
No es un relato fascinante, sólo sencillo y tierno; no es una historia deslumbrante pero aporta luz y esperanza; no es un guión apasionante pero conmueve tu alma y emociona tu corazón; un hecho veraz que invita a creer en la magia, en el poder sensitivo de la música y el ardiente deseo de vivir la experiencia de sentirse bien, gozar intensamente durante los minutos que dure esa preciosa, única pieza rítmica que mueve tus pies, ameniza tu alma y mueve tu cuerpo cual títere en manos de un fabuloso extraño.
Ya no decides tú, ya no manda la razón, ya no depende de lo correcto, estás poseído por la fascinación, la locura y el frenesí de saberte a salvo, único, saboreando ese tiempo irrepetible y espacio absorbente, momento privado y exclusivo de fervor y ardor, talento y devoción que se palpa en cada poro de tu piel.
"Thank you for de music..." reza una canción de Abba; compruébalo tu mismo, ahora, y ya me dirás!. Sólo tienes que escoger la canción según la emoción que quieras sentir y en la que quieras profundizar.
La inmensidad de lo infinito a tu alcance!!!

http://lulupalomitasrojas.blogspot.com.es/
lourdes lulu lou
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27 de abril de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
The Music NeverStopedd (La música nunca dejó de sonar), es una película que para el que suscribe ha resultado extraordinaria, por muchas razones.

Vistas anteriores críticas creo humildemente que algunos de los que la han visto no han alcanzado a entender su corazón, más allá del drama médico con la utilización de la música como terapia.

La película se presenta como un drama familiar que de alguna forma gracias al azar encuentra una oportunidad de resolución de un pasado quebrantado en el tiempo, en este punto diría que la exposición de los hechos que producen el devenir del núcleo del film no importan, de hecho en su construcción no se indica cual ha sido el motivo de los mismos, para presentarnos un metraje lleno de singularidades impresionantes, sobre la vida, sobre la reconciliación, sobre el abismo generacional, sobre el amor y sobre cómo entender al otro con mayúsculas por medio de un proceso de alteridad profundo, todo ello desde una perspectiva que nos recuerda que la música es muy personal e íntima y que los sentimientos que lleva añadidos conforman nuestro devenir por la vida y sus conexiones construyen parte de nuestros recursos, ya que la música así como el arte poseen esa naturaleza fijadora de nuestras vivencias, amplificándolas y dándole un mayor sentido a nuestra existencia.

Los personajes diría que son de una complejidad cotidiana, esa que hay en cada familia, esa que transita el delicado espacio entre la referencia educacional y la creación de la identidad propia, donde en cualquier momento puede romperse esa ilusoria precaria armonía que mantiene enlazados ambos mundos, buscando el film trabar de nuevo ese quebranto que todas las familias en algún momento de su acaecer pueden sufrir.

Para mi la parte más importante del film es el cambio experimentado de forma muy bien estructurada en sus tiempos del personaje del padre, consiguiendo la magistral actuación de J.K. Simmons transmitir al espectador con sinuosa tranquilidad el sentimiento de encuentro con el otro, ese otro nuestro que forma parte inseparable de nosotros y es nuestro legado, para a través de la música y un guión correcto, presentarnos un acontecer en el metraje que saborea lo genuino, para encontrar el camino que enlazará de nuevo dos puntos de vista, inevitablemente distintos y rotos por el devenir de los acontecimientos pasados, dando la oportunidad al descubrimiento y la reconciliación, todo ello desde personajes sencillos en su forma pero extremadamente complejos en su estructura, consiguiendo fundirse en una nueva relación más auténtica que da sentido a su existencia reconstruyendo así ese lazo roto del pasado.

Dejaría sin sentido estos comentarios sobre la película si no hiciera referencia a los dos otros personajes del filme interpretados magistralmente por Cara Seymour y Lou Taylor Pucci de los que sólo puedo sentir agradecimiento por transmitirme y permitirme ver su maravillosa vivencia del amor.

Tampoco puedo dejar sin mención la banda sonora de la película, simplemente mágica…

He visto algunos comentarios sobre que el film es sensiblero, en este aspecto diría que encontrar un personaje con un trastorno tan desestructurador pero carente de conflicto existencial es algo que no había visto antes, su constitución no abusa de lo sensible, simplemente es puro amor, es en si la estructura del personaje desde siempre, llevando a una correcta representación del mensaje hippy de la época, manteniendo el personaje a lo largo de todo el film esa visión de la vida y del mundo, sirviendo la música como el rayo heraclitiano que ilumina y da luz a la oscuridad de los recuerdos perdidos.
Luis137
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11 de junio de 2014
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para analizar este film hay que diferenciar dos hilos. Uno abordaje de la situación de discapacidad del protagonista y otra la relación hijo-padre. Ambos hilos con la música como elemento de fondo.

El abordaje de la situación de discapacidad es bastante pobre. La película no consigue agarrar este aspecto pese a escenas de gran emotividad, digamos que sobreactuadas buscando la sensibilidad del espectador. Pero no trata todos los problemas que conlleva dicha situación.

La relación hijo-padre quizás sea el punto fuerte de la película más que el punto señalado anteriormente. En parte, se debe a la gran actuación del padre, haciéndote creer cada sentimiento de enfado, de alegría y de compasión. Un sobresaliente a su actuación. No pudiendo decir lo mismo del hijo, quien marcando una actuación tierna no llega a convencer, quizás más por el guión que por su propio arte.

La música como banda sonora te hace estár pendiente del film, si es que te gusta ese tipo de música como en mi caso. Destaco positivamente este aspecto.

En términos generales un rato agradable, con momentos cansinos llenos de sobreactuación, pero se puede ver y sobre todo aprender a nivel famliar. Un notable bajo.
sonec88
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