Haz click aquí para copiar la URL

El signo de la cruz

Drama Imperio Romano, siglo I d. C. Después del gran incendio de Roma, el emperador Nerón, decide culpar a los cristianos y publica un edicto por el cual todos ellos deberán ser arrestados y enviados a la arena del circo. Entre los detenidos se encuentran dos viejos cristianos y la hermosa hija de uno de ellos, de la que se enamora Marcus: el más alto funcionario de Roma. (FILMAFFINITY)
<< 1 2 3 >>
Críticas 12
Críticas ordenadas por utilidad
20 de diciembre de 2011
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película recrea la vida bajo el Principado de Nerón. En ese trance, el Prefecto de Roma se enamora de Marcia, una joven cristiana. Pero, a su vez, en uno de los favoritos de Popea, la consorte del Emperador (Charles Laughton). Entretanto, se ve la predicación de Tito, discipulo de Pablo y la progresiva difusión del cristianismo, con sus seguidores reunidos en cónclaves secretos. También las salvajes costumbres circenses de Roma, luchas de gladiadores, mujeres contra enanos, y el lanzamiento de fieras sobre las personas, por ejemplo prisioneros cristianos. La película tiene buena indumentaria -no me convenció en cambio tanto la recreación del protagonista con aspecto del Dante, con una especie de capucha y laureles-. El ritmo es aceptable, pero tiene algunos altibajos, no logra ser tan atrayente como en otras películas del género. Por lo demás, escenas de elevado sadismo, como la de elefantes pisoteando personas, filmados con gran realismo, o una mujer sobre la que se lanza una manada de cocodrilos. En cojunto, se puede ver con algún interés.
elneon
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
26 de octubre de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La habilidad del director para montar un espectáculo fastuoso se resiente de cierta falta de vigor narrativo, a pesar de contar con algunas escenas espléndidas y un reparto con tres de las estrellas de la época. Impregnada de un sensual erotismo mediante detalles de cámara sobre los cuerpos voluptuosos de las féminas que van apareciendo.

La cámara de pasea por las calles y el circo romano con gran soltura, gracias a la estupenda fotografía que planea sobre unos magníficos decorados. Destacar la escena del baño en la piscina de leche por parte de Popea-Colbert, muy atrevida en aquellos tiempos; la breve caracterización de Charles Laughton como Nerón y el solvente protagonismo de Fredric March.

Contiene las típicas escenas en el Coliseo con gladiadores, leones, elefantes, cocodrilos y víctimas cristianas. Tiene algunos buenos momentos pero, en definitiva, adolece de brío en el desarrollo de la acción. Buena película a pesar de todo.
Wellesford
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
29 de julio de 2022
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sorprendente película de 1932 de la que resulta una amalgama de sensaciones y contenidos dispares que trataré de definir, a bote pronto, en dos apartados:

ASPECTOS POSITIVOS

A) A pesar de lo antiguo de la cinta, abundan las imágenes impactantes, la fuerza de algunas escenas es portentosa, la falta de medios no fue suficiente para que no se puedan evocar momentos sobrecogedores de un pasado no tan lejano.

B) El cine moderno debería consultar este tipo de producciones para comprender que en el pasado hay un filón de historias de lo más increíble, sin necesidad de acudir a tanto superhéroe o fantasías galácticas. La época histórica referente al primer cristianismo está condenada al ostracismo, pero aquí podemos comprobar que, potencialmente, no le faltaba riqueza a todos los niveles.

C) El director DeMille consigue combinar una variedad de elementos dentro del argumento, construyendo un reflejo (irregular) de hechos históricos mezclado con un drama amoroso de dos personajes; unas acciones propias de la mundanidad terrenal con otras evocadoras del espíritu humano inasible; unos momentos de decisiones políticas sobre un imperio con otros de la más común cotidianeidad. El conglomerado funciona, y bien, a pesar de las pequeñas rémoras.

D) Las imágenes del circo romano son tremendas, a pesar de su senectud. Las apariciones del ejército romano son explosivas, a pesar del reducido escenario. Las escenas en los palacios de los poderosos no desentonan en absoluto. No todo el metraje ha envejecido bien, pero lo que he mencionado mantiene bien alto el pabellón.

E) La película invita a investigar y a revisar la historia que nos ha llegado. Uno se da cuenta de que hace falta reinterpretar los hechos acaecidos durante todos esos años, hasta el 400 d.C al menos. A la actualidad nos han llegado los méritos de aquel Imperio que no dudó en masacrar y hacer genocidio contra aquellos pueblos que habían encontrado otra manera de entender el mundo. La brutalidad con que se actuó sobre ellos, incuestionable y demostrado, no está suficientemente analizado y puesto en su sitio.

F) Lo crucial de la película, aunque se hable poco, es la cosmovisión cristiana. Ojo que no es lo mismo esa cosmovisión que la doctrina católica, creada posteriormente por Constantino y su Iglesia. La cosmovisión cristiana tenía tal fuerza que el Imperio no la podía frenar, a pesar de las matanzas. ¿Qué filosofía e ideario consiguió movilizar a todo aquel torrente humano que no se arrodillaba ante la muerte? Lo de los cánticos antes de morir está también testimoniado. Pero no quisieron dejar pruebas y nos ha llegado muy poco.

G) Aunque no muy logrado, la escena final de Marcus con Marcia es muy bella. Muy bella por el significado en sí. No es un final que veremos mucho en el cine. También es bella la entrega y el apoyo entre algunos miembros de la comunidad cristiana.


ASPECTOS NEGATIVOS

A) Como ya anticipé, algunas escenas no han envejecido bien, aunque me parece un mal menor visto lo ambicioso del guion. Pero es cierto que esos momentos desinflan la rueda en algunos momentos.

B) Da la impresión que el director se ceba demasiado en las escenas del circo. Supongo que el elemento "espectacular" tenía que ser obligatorio para producir esta obra.

C) El discurso cristiano se me antoja pobretón, demasiado maniqueo y facilón, no ayuda a entender a ese movimiento. Mayormente aparecen mujeres y ancianos, cuando lo cierto es que era un movimiento popular en todas las edades, y además era revolucionario (a todos los niveles) no pacifista exactamente, lástima que se hayan quedado con el estereotipo.

D) El romance de los protagonistas tampoco está bien cuajado. Sobre todo se me cae Marcus, el General, su retrato es difuso, lo malean cual plastilina según interesa, sin resultar convincente. Y tampoco transmite el enamoramiento del que hace ostentación.

E) La película se titula "El signo de la cruz", lo que implica que lo central es la filosofía cristiana. Pero a la hora de la verdad, ésta se queda en un segundo plano, lo central es el espectáculo fílmico (lo brutal, el erotismo, etc.), al menos podían haber sido más rigurosos con los textos cristianos.


Mi conclusión es que "El signo de la cruz" consigue trasladarte a aquella época histórica, y te deja imágenes imborrables (como el combo "muerte en la arena - carcajadas del público"), además de dejarte las bases para una reflexión más profunda, por lo que el visionado me ha resultado más que satisfactorio. Ya sólo te queda hacer una revisión profunda de lo acaecido esos años. Un 7,5.
Tombol
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8 de marzo de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una maravillosa "rara avis" de De Mille, que hizo con ella una de sus últimas aportaciones al "quasi" peplum erótico, que ya habían explorado otros, pero haciendo alarde de todo el aparatoso despliegue de Holliwood para crear espectáculo y evasión en una película que, si bien en su entonces no tuvo otra pretensión, hoy en día es una auténtica joya de "cine club" por sus imágenes llenas de explícita terribilidad y sugerencias libidinosas (siempre De Mille) y por su portentoso blanco y negro

De Mille aprovechó la hasta cierto punto amplitud de miras de su época para mostrar a un Laughton casi lúbrico en todo su esplendor actoral, aúnque tamboién a un Frederich March bastante menos creíble, pero en buena y juvenil disposición, antes de que Holliwood le permitiera ser un actor de carácter.

Una bella y artística rareza pre-Código Hays, en la que De Mille vertió toda la mordiente sexual para mostrar los impúdicos vicios de la Roma Imperial y sus bacanales, con inclusión, sin el menor rubor, de rubias doncellas cristianas, sacrificados sus cuerpos desnudos a gorilas y otras bestias. Imágenes que muy poco después serían mutiladas, y hoy afortunadamente recuperadas.

En definitiva, una película de gran interés para comprender lo que fué el cine de espectáculo, tal y como se concebía antes del advenimiento del Macartismo. Y todo ello, con enormes decorados y despliegue de medios y dólares. (Y Claudette Corbert, inolvidable Popea)
el feroz
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
17 de enero de 2024
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Curioso lo de "El signo de la cruz", una película de mensaje cristiano que, debido a sus imágenes fuertecitas para la época favoreció el surgimiento de la censura, rodada en un Hollywood que había sido el despiporre pese al contenido moralmente edificante de una producto como este (no han perdido la costumbre), y que pese a dicho contenido, se le ve el plumero del espectáculo sensacionalista con el gancho del erotismo y la violencia.

En la Roma de Nerón, los cristianos son perseguidos sin tregua tras el incendio de la ciudad, pero el centurión Marcus cae enamorado de una piadosa muchacha perteneciente a la nueva religión, lo que le generará un conflicto entre la fidelidad debida a su tiránico emperador y lo que comienza a sentir... probablemente el único personaje de cierta enjundia, en cuanto a este cuestionamiento de valores, en un film de pura catequesis, con buenos y con malos; estos últimos son los miembros de la élite romana, con facciones palaciegas en torno a un Charles Laughton de auténtica caricatura, con Claudette Colbert y su célebre baño de leche de burra, tan provocativo en su insinuación, aunque inocuo. El verdadero amor, capaz de derrotar ese ateísmo del centurión (tan contemporáneo, y por eso, tal vez alusivo al espectador descreído), es un amor no egoísta, ni despechado, sino uno que trasciende este mundo y es una forma de fe.

En general la propuesta tira a acartonada, cursi (¡ese perrito!) y con aires de teatrillo, con el ojo más bien puesto en las escenas de masas. En lo que destaca, creo yo, es precisamente en la pintura topicaza de esa Roma degenerada y viciosa, personificación de esa deidad autoritaria que los cristianos intentan dejar atrás, en su inocencia. Dosis de carnaza, con una tortura en off a un mozalbete con demasiado apego a la vida como para optar por el martirio (más catequesis en torno a la traición y el perdón del creyente), un bailecito lésbico en medio de una orgía cortesana para contrarrestar los cantos de los mártires… y por fin, lo que merece la pena el film; una extensa secuencia en el coliseo, cargada de truculenta creatividad, donde vemos lo que más interesa a Cecil, es decir, gladiadores, gente acosada y muriendo bajo las fieras, ¿tribus de la selva? Luchando contra ¿amazonas salvajes? Y lo mejor de todo, unos planos del público que ilustran sus diversas reacciones, que van desde el morbo hasta la repugnancia, que no sé si serían comparables al público que iba a ver la peli; en este sentido, aquí hay honestidad. También metáforas de brocha gorda (el leopardo), la presencia de cruz de marras aquí y allá, y una imagen; los cristianos ascendiendo hacia el foso por unas escaleras que parecen conducirles hacia el reino de los cielos.
Don Hantonio Manué
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow