Spartacus: Sangre y arenaSerie

Vista la primera temporada creo que hay que tener en cuenta que es una serie que va de menos a mas, de muy menos a mas diría yo, de hecho el primer capítulo ni siquiera me gustó, la primera impresión que tuve al verlo fue que estaba ante una frikada de bajo presupuesto, algo que intentaba imitar a la película 300, es decir, un 300 wannabe con efectos cutres, sin una buena trama y sin unos buenos diálogos pero todo eso cambió a partir del segundo capítulo.

A partir del segundo capítulo la serie logra situarse y coger el ritmo, la vida en el ludus, los gladiadores, los chanchullos de la casa Batiatus, todo engancha y los combates también, impresionante la pelea contra Teocles, para mi la mejor pelea de toda la temporada.

Si eres una persona a la que le gusta la acción y no se escandaliza por un poco de sangre ni por un par de escenas fuertes esta es tu serie, eso si, como ya digo cuidado con el primer capítulo, en mi opinión es engañoso.

La venganza llegará, sujeta a los cánones romanos... ¿romanos? ¿Quiénes eran los romanos?
Esta serie es sobre un tipo, al que le dan una espada. Ejerce la muerte con ella en distinas posiciones y estilos, con distinta gravedad y con diversos fines a corto plazo, pero en realidad es una serie sobre fines a largo plazo bastante claros: Salir de ahí, o no. Salir de la tierra, o no. Pero sí, salir y además simplemente por una cinta púrpura, porque en Tracia, ese país de los cuentos de hadas chuscos, en la era en que la sangre se vertía en la tierra y hacía crecer y a la vez esfumarse el futuro, lo único que valía eran tus malditos dioses. ¿Dioses? ¿Los dioses de tu espada? No, no jorobes no, que no somos Pérez Reverte/Joaquín Reyes.
Esta serie va sobre un tipo que deberías ser tú. El guión está bien lo suficiente para que la sigas con atención e incluso anhelo,ansia viva, ainss.
En realidad, esta serie, como 300, van sobre hacer las cosas a primera vista rápido y efectivistamente, sobre la base de que hubo un tiempo -pongamos que ese tiempo es ahora- en el que las cosas eran más simples de lo que parecían: llover o dejar de llover. Ganarte los dioses de tu lado, no creer en ningún dios ni en ninguna sombra, desafiar algo que merezca suficientemente la pena y, en el no circo romano que es Tracia, tener un recuerdo esperándote que te empuja hacia delante, como si de pronto atrás y adelante, filo cutre dentro filo cutre fuera, fueran lo mismo...
Bueno, qué manías de dar vueltas. En Roma, en 300, en Gladiator, la bragueta del corazón siempre apunta a Sura.
Está bien criticar una serie/película, pero es una tontería criticar el código genético de una especie. Bastante primitiva, por cierto. Y solo salvada por el concepto de "salvación", que en este caso, dada la época -igual también es la nuestra y todo- se traduce en honra. Y por si acaso y eso, además mezclada con un poquito de justicia. Romanos civilizados hijos de una hiena

Genial, increible, sensacional, fantástica y un largo etc de adjetivos positivos se me ocurren para esta serie. Tras los 3 primeros capítulos que son algo flojos, la serie empieza a cogerse y ya no hay quien la pare. Andy Whitfield se mete en el papel y parece que lleve toda la vida siendo un sádico gladiador. Genial actuación suya y de todo el reparto en general. Hacía tiempo que una serie no me enganchaba tanto como me ha enganchado esta, así que se la recomiendo a todo aquel que le gusten pelis del estilo 300 o Gladiador. Muchas peleas, mucha sangre, sexo y una trama espectacular. Y si no le clavo un 10 es por los 3 primeros capítulos, porque sino esta serie es de 11 claramente.

Una película interesante que no puede dejar de verla, los detalles solo podrán conocerlos cuando la vean es una mezcla de todo lo que odiamos y amamos al mismo tiempo.

Mezcla desteñida de Rome, Gladiator y 300, toma lo peor de cada una y lo combina todo para crear un cóctel de sangre, sexo, violencia, inexactitud y escatología que entretiene pero no convence, gusta pero no agrada. Un auténtico ni quiero, ni puedo ni sé, una gran idea original rebajada al nivel de tele barata por la libertad del guión, la falta de presupuesto y de efectos especiales, el exceso de sangre y unas actuaciones poco o nada convincentes: o tío muy macho o tía muy cachonda, sin términos medios, sin terceros perfiles, sin personajes creíbles ni soportables.
Pasable, pero apta sólo para amenizar tardes de aburrimiento en compañía de colegas con los que burlarse de los excesos constantes que desfilan por la pantalla, única forma de hacer que cada capítulo no se torne interminable.
Perfecta para conocer lo que no fue ni la República de Roma ni la vida de Espartado. 100% Pure American Style.