Eyes Wide Shut

Kubrick se despidió del cine con esta gran película, en la que no falla casi nada, hay quien dice que quiso escandalizar, para mí no. Con un argumento lleno de claves, cada vez que la veo descubro algo nuevo, es muy amplia, y es que este hombre no hacía las peliculas por hacer sino que las pensaba mucho, era muy perfeccionista. Las escenas de la extraña secta son inigualables, y es que el sexo puede llegar a ser también muy peligroso e incluso mortal. No he visto muchas películas de Kubrick, más o menos 4 y de ellas todas me gustaron, es de momento el único director que todas sus obras me han cautivado. en definitiva, una genial película.

¡No os rompaìs la cabeza! Como dicen mis amigos de España.
La obsesión de Kubrick en esta película, hace que tanto Cruise como Kidman, sean unas marionetas al servicio de un genio incomprendido. Bajo papel firmado, no hay otro camino. Las estrellas prestan sus cuerpos. El genio Kubrick estaba en sus últimos momentos y tanto Cruise como Kidman se esforzaron en una “odisea” que el mundo no comprendió. Y es que las estrellas, deben comprender, que los roles, los papeles… se dejan en el camerino… en el plató.
Nadie se queje, que todos ganaron dinero. El dictador se ha ido. Pero volvería en… “Inteligencia Artificial” no se puede tener todo en la vida. “Mamar y dar de topes” es un privilegio de los dioses, que se pueden dar el lujo de sentir celos.

Verdaderamente es una película extraña. Extraña porque no tiene -al menos para mí- ningún mensaje de fondo, es decir, yo no pude sacar ningún mensaje (es más, me parece incluso estúpida), porque hay escenas absurdas (y no hay ningún problema con eso, pero es que no son creíbles), porque la trama de la historia no sorprende demasiado. Y aún así y todo, al terminar de ver el film uno duda de si debe borrarlo de su computadora o si debería tirar el dvd junto a los otros dvds que no se verán más; y es que Kubrick es tan pulcro en las imágenes, en su pulso narrativo, que lo termina por hipnotizar al espectador.
Esta película entra en mi categoría de aquellas películas que generan sentimientos opuestos: que me gustan y no me terminan de gustar.

Sin ser mala, “Eyes wide shut” no resultó ser la película redonda que estuviera a la altura de otras del emblemático director. Su intento por polemizar en el ámbito del erotismo y su lado más oscuro fue bueno, pero le salió en primer lugar un metraje excesivo. Además, este último trabajo de Kubrick parece por momentos demasiado forzado en determinados aspectos (ver spoiler). Quizá sea culpa de la novela en la que está basada, pero Bill Hartford encuentra demasiadas casualidades relacionadas con el placer carnal en muy pocas horas, algunas de ellas casi innecesarias. Probablemente la idea era dejar claro que el sexo está presente en la sociedad inevitablemente, pero “cogido con alfileres”.
El punto de partida de la película despierta cierto interés, ya que la mente humana es capaz de imaginar muchas cosas con una simple alusión a un tema concreto. Desde luego la infidelidad puede pesar bastante sobre una persona que ha antepuesto el amor hacia su mujer por encima de cualquier tentación. Quizá por ello el personaje de Tom Cruise es presentado al espectador como el perfecto marido que acaba siendo devorado por las circunstancias. Tras unos cuantos altibajos, el argumento cobra fuerza con el descubrimiento que realiza el médico gracias a la involuntaria colaboración de su amigo.
Respecto a si Cruise y Kidman eran la pareja ideal para interpretar a los protagonistas, creo que fueron elegidos por Kubrick para acrecentar el morbo que puede suscitar este género con matrimonios reales. Tom asume el papel más relevante y soporta bien la carga. Sin embargo, opino que Nicole tiene un rol a veces incluso desustanciado y, curiosamente, la he visto más atractiva en otros títulos en los que ni siquiera se desnudaba.
A destacar el Vals nº 2 de la Suite “Jazz” de Shostakovich como tema principal de la película, así como la estética bastante cuidada de las escenas más eróticas.

La mirada de ella se escapa mientras él la besa. En sus ojos hay una fuga. La pareja hace aguas; se hunde.

El aburguesamiento los ha corroído: lo conseguido no era lo deseado. O más bien: lo conseguido ha ocultado lo deseado. Y es entonces cuando el deseo se rebela con esa mirada azul hacia el exterior.

En el exterior está "el otro", "ese que todo lo consigue". Miedo. Persecución. Locura. ¿Muerte?

No, indulto.

Caída.

Vuelta.