El crack

El habitualmente rancio planteamiento de Garci sale en esta ocasión airoso porque en un género tan tópico como el cine negro, aunque sea a la española, el madrileño se desenvuelve con soltura. Después de una floja presentación del protagonista, que no es precisamente la escena del bistec del “Liberty Valance”, la cosa empieza a mejorar, aunque en algunos momentos los diálogos se muestran demasiado forzados y artificiosos.

Pero el empeño de Garci y la buena labor de casi todos los actores, en especial de Landa, hace que esa retahíla de lugares comunes (boxeo, radio nocturna, prostitución, desengaño profesional, poses hametianas, la sombra de Nueva York…) consigan sobreponerse a la evidente falta de recursos materiales y también, por qué no decirlo, de talento cinematográfico. La historia es sencilla y previsible, se sostiene en los personajes; en eso se parece a los thrillers clásicos. La película tiene un doble mérito por su carácter atípico dentro del cine español, más aun de aquellos años.

Probablemente la película a la que tanto director como protagonista, más deben, porque demostraron que se los podía tomar uno en serio. Luego la cosa no fue para tanto.

Vuelvo a ver la peli después de muchos años y corroboro lo dicho en el título. Garci se vuelca con toda el alma en plasmar en el celuloide su gran pasión por el género negro americano. Y lo hace traspasando los personajes y ambientes neoyorkinos a Madrid. Lo demás todo está calcado: ex-policía de vuelta de todo, ambientes boxeísticos, caso rutinario que se complica..., incluso llega al paroxismo con un verdadero paseo por el N.Y. auténtico. Todo muy completo. Landa se esmera en ese papel de poli castizo con cara de mala leche cuando cuadra y gesto tierno con esa madre soltera tan dulce y tierna que encarna María Casanova, pero no es sino mera caricatura de lo que intenta emular. Cuando ejerce de cabreado con sangre fría, todavía, pero en cuanto el argumento se endurece y se convierte en vengador justiciero, como que ya no nos lo creemos. Y mira que Landa es buen actor, como demostró en tantos papeles. En fin, la película es todo un homenaje a un género, a una época y tiene toda esa nostalgia tan inseparable del director, incluída la carátula televisiva de los veleros que tanta tristeza causa en Carmen y que también uno recuerda. Cosas de la nostalgia...y de la edad.

La descripción del personaje y las circunstancias que rodearán a la película más tarde se describen de una forma aburrida y la acción que ocurre es prácticamente nula. El personaje de Germán El Piojo ni siente ni padece, es plano totalmente. Es una película muy sobrevalorada y aburrida de principio a fin. Las cosas que ocurren, ocurren porque a Garci le da la gana, no porque sigan un hilo argumental lógico.

"El Crack" es de las mejores películas españolas de los últimos 30 años. No he visto muchas películas de Jose Luis Garci -esta es la segunda junto con "Sangre de Mayo"-, pero esta se lleva la palma.

Alfredo Landa demuestra que sabe hacer algo más que comedia al interpretar a Germán Areta en este film. Pero lo que más me ha impresionado de "El Crack" es la ambientación; aún no me puedo creer que Madrid fuese una ciudad tan sucia y tan llena de criminales, y eso que nací en los noventa y la conocí hacia el 2005, ya limpia y con toda la mierda trasladada a la periferia. Garci además sabe hacer una buena trama enlazando los sucesos de "la capital" con la estancia de Areta en Nueva York.

Lo que me parece raro es que una película tan buena no se conozca mucho ahora ni se haya editado en DVD; es como si todo lo de Garci fuese declarado por la Academia Española como un patito feo. "El Crack" ha contribuido mucho al género del cine negro en el cine nacional, marcó tendencia, y yo creo que habría que darle otro repaso al film.

Un 9.

Una objeción: EL COLOR.
ESTA PELÍCULA DEBIÓ DE RODARSE EN BLANCO Y NEGRO.

Después de ver está película solo puedo decir que Garci y Landa si que son dos cracks.
Disfruté muchísimo con D. Alfredo Landa haciendo de detective en Madrid, con la música, la fotografía de la Gran Vía, el barbero y sus historias de Rocky Marciano, El Madison y el puente de Brooklyn, la niña de cara angelical, las partidas de mus (¿quien prefiere el poker?).
Pero por encima del director, los actores o los guiños de Garci, está la historia, una formidable historia de cine negro.
Es una de mis películas favoritas del cine español.

Existe una segunda parte "El Crack 2". Que también aconsejo que sea vista, pero a años luz de la primera.