Sin novedad en el frente

Interesante película en la que un grupo de adolescentes se alistan en la I guerra mundial. La guerra en sí queda en un segundo plano, tomando el protagonismo los sentimientos que van aflorando en los soldados a medida que transcurre el conflicto. ¿Merece la pena la guerra?. ¿Sabe un soldado dónde se mete?. ¿Nos hace hombres?. ¿Y héroes?. Creo que estos son los interrogantes que se plantean tras el visionado de todo un clásico.
En algún momento la película se vuelve demasiado plana, pero merece la pena.

De nuevo una película bélica ganando el Oscar a mejor película.

Esta claro que la guerra estaba muy presente a principios del siglo XX y es normal que hubiera muchas películas que trataran de reflejar esa realidad.

Sin novedad en el frente no me enganchó, me ha costado meterme en la película, se me ha hecho algo larga y sin emoción. Pero es cierto que mejora hacia el final, la última parte de la película se vuelve más interesante.

Continuaré con mi viaje, seguro que encuentro sorpresas mayores que esta película.

Un saludo

Se podría argumentar a modo de justificación que el cine sonoro sólo tenía dos años de experiencia, y que los actores no estaban acostumbrados a ello e interpretaban teatralmente, o que el cine era relativamente nuevo todavía y había muchas ingenuidades, y bla, bla, bla..., pero no trago. Porque obras maestras absolutas (esta sí) como 'Senderos de gloria' (aunque fuera posterior) demuestran que para ofrecer un inapelable y contundentísimo mensaje antibelicista no hace falta ser tan sonrojantemente obvio, ni exponer todo tan infantilmente..., ni hacer, en definitiva, el ridículo...

Se salva porque técnicamente es bastante destacada, con algunas buenas secuencias bélicas, y una estupenda factura y diseño de producción, y porque el final está bien, pero eso no justifica las numerosas situaciones de vergüenza ajena que provoca vista hoy.

Me había quedado con la espina de ver esta "Sin novedad en el frente", como dicen, "por problemas técnicos" pero al final ha podido ser. 1930, Oscar al mejor director y a la mejor película, a partir de la famosísima novela con el mismo nombre de Erich Maria Remarche, publicada en 1929. Pero más allá de su valor simbólico de una y de otra por su antinazismo retrospectivo lo que tenemos es un trabajo malo y eso que valoro su mérito en su apartado técnico, dado que el cine sonoro está en sus comienzos. Por ejemplo, la forma de rodar las batallas es notable pero en otras ocasiones, en muchas, le sale la vena de lo teatral en su peor sentido y del cine mudo para parlamentos histriónicos y escenas pesadas. Por otro lado, la presentación y desarrollo de los personajes, el contexto histórico y el debate ideológico/político/bélico brillan por su ausencia. Lo que hay son batallitas, anécdotas sobre botas de soldados, piojos y comida, chillidos histéricos, acusaciones a los de "arriba" y hasta una historia "romántica" aberrante, aquí no hay violaciones ni prostitución, ni de de paso crueldades, fusilamientos o violencia, que los soldados son muy buenos y lloran cuando matan. En definitiva todo es un relleno autocomplaciente.

Ahora bien, al final "Sin novedad en el frente" es buena porque es progre. Pero atención, no es progre porque sea antibelicista, existen obras maestras antibelicistas y ambientadas incluso en la Gran Guerra, pienso en "Gallipoli" (1981) o "Testamento de juventud" (2014), que no se llevan este reconocimiento precisamente porque no izquierdean, sino porque su visión de la guerra en general y de la contienda de 1914 a 1918 encaja con la idea dominante del pensamiento progresista moderno. Esa que dice que "la guerra es mala", "un horror" y "una estupidez", pero que además es culpa de "los reyes, emperadores, generales, nobles, ricos y poderosos" y que el pueblo, muy demócrata él, se ve empujada a la misma, como carne de cañón. Esto es delirante, no tiene sentido e históricamente es falso. Pero Lewis Milestone compra la idea y por eso su visión del conflicto es tan falsa, irreal, descontextualizada y simplista. Suprime lo que no concuerda con el mantra progre, dulcifica la guerra, no explica nada, caricaturiza a los militaristas "malos", idealiza a los soldados "buenos" y convierte uno de las guerras más importantes de la historia en toda una memez. Por eso el largometraje es una soberana tontería.