Sympathy for Mr. Vengeance

Park Chan-Wook desarrolla una historia sordomuda de venganza épica en dónde cada escena resulta ser una punzada de dolor visual que deja al espectador a merced de la desesperación de sus personajes en un descenso imparable hacia ese inexorable destino, culminado por ese decir angustioso de "tenía que hacerlo" (trágicamente sobrecogedor).
La mano de su director en el empleo de la cámara, sugiriendo y sugestionando su narración impulsa sobriamente el relato hasta convencer con esa meta-realidad infausta en que se puede convertir la vida.

Miradas, muchas miradas adornan y conforman la sensibilidad y emoción de cada personaje. Ese recurso, queriendo abordar el interior psicológico de cada uno de ellos, aquilata el discurso cinematográfico y le confiere un valor significativo.

De visión obligada. Gran película.

Vi Old Boy y le puse un 7 aunque no escribí crítica. Ya no me acuerdo por qué me gustó. Pero esta es un engaño en toda regla. Muy efectista, planos que llaman la atención. Montaje excelente. Todo muy atractivo a primera vista, pero la trama, si se quitan los efectos, es plana. Y el guión va dando saltos sin que en ningún momento se alimente una intriga. Añádase personajes estrambóticos y ya está el cóctel coreano, que, por lo visto, siempre encuentra críticos que escriben que esto es lo más.
Pienso que atrae, al principio, porque suena a distinto. Pero conforme avanza se ve que es un collage de otras muchas películas mucho más elaboradas y conseguidas.

Extraído de mi artículo publicado en "The Journalist", el 10 de noviembre de 2019.

Park Chan-wook comienza su trilogía de forma magistral, con un drama brillantemente realizado, montado y guionizado. Los personajes van situándose estratégicamente como piezas en un tablero: comienza con Ryu (Shin Ha Kyun), un chico sordomudo que vive con su novia Cha Yeong Mi (Bae Doona), una chica antisistema. Ryu trabaja para pagar el tratamiento de su hermana (Im Ji-eun), quien padece una enfermedad del riñón. Por otro lado, entra en escena Park Dong Jin (Son Kang Ho), un amigo de los jefes de Ryu y padre de una niña pequeña. Y hasta aquí puedo leer, porque las relaciones que envuelven a todos estos personajes conforman una trama de venganza sobre venganza perfectamente hilvanada que obviamente no voy a destripar.

Chan-wook tiene muy claro lo que quiere plasmar en pantalla y no se deja llevar por subterfugios visuales insinuantes. Tal es así, que la violencia inevitable que conlleva una trama de semejantes tintes dramáticos es mostrada sin tapujos, con toda su descarnada realidad. A pesar de la evidente crueldad de algunas escenas, el director coreano se las apaña para hacer que el espectador empatice con los personajes por muy brutales que sean sus actos, justificando de alguna forma lo injustificable.

El aspecto técnico del filme es notable, a saber: un diseño de producción rico en planos visualmente potentes, de un lirismo casi hipnótico que hablan por sí solos simplemente con sonido ambiente, un montaje excelente y, finalmente, un guion muy bien elaborado en el que las conversaciones aparecen en su mínima expresión, justas y acertadas.

En definitiva, una obra notoria que sirve como entrenamiento a lo que Chan-wook tenía preparado a continuación.

Se supone que esto es un drama, pero entre bostezo y bostezo me he reído en unas cuantas escenas ridículas y supuestamente fuertes. No le veo tanta violencia como dicen, ni gore, ni nada de nada. El guión es pésimo, porque lo que pasa es tan caricaturesco que no hay quien se lo crea. Los personajes parecen sacados de un circo y las escenas están muy mal desarrolladas. Tiene toques de Lynch, lo que le quita credibilidad, y quiere hacer una copia mala de Tarantino en cuanto al ritmo narrativo (flash-back y flash-forward), pero el resultado es una cagada soporífera que no se entiende ni con un manual de instrucciones. Estos dramas tan graciosos tendrían que catalogarse en la categoría de "tragicomedia". El protagonista no sólo tiene una mala suerte que se la pisa, sino que además de sordomudo es gilipollas. Luego no sé qué diantres pintaba el retrasado que iba por ahí haciendo el moñas y dando por culo. Lo único destacable de la película es Du-na Bae, que es preciosa y muestra sus dulces pechos. No estoy de acuerdo con el que dijo que las orientales son todas iguales, porque se diferencian claramente, y ésta actriz es mucho más guapa y joven que la que hace de hermana del protagonista.

Lo primero es decir que esta película es una pasada... Puede que no llegue al nivel de "Old Boy", pero tampoco se queda muy atrás. En "Sympathy for Mr. Vengeance" lo que prima es la historia, y en "Old Boy" lo hace un poco más la estética y la poesía de sus imágenes. Con esto no quiero decir que "Sympathy for Mr. Vengenace" no sea impactante ni tenga grandes escenas (lo es y las tiene) ni que "Old Boy" no tenga una gran historia (que la tiene).
La verdad, no me imagino que otro director que no sea Park Chan-Wook retrate el tema de la venganza mejor. Una gran película.