Cry Macho

Mira que me fastidia, porque incluso en las películas más flojas de Clint, encuentro algo positivo. Pero en está, por más que lo intento, no lo consigo. Una historia plana, un nivel interpretativo general bastante mediocre y nada realmente que contar. La historia de un niño mexicano y el viaje a la tierra de las oportunidades contada sin demasiadas ganas.
Por decir algo bueno, sólo dura 104 minutos y si tienes mucha curiosidad... pues tampoco pierdes mucho tiempo de vida.
En definitiva, y con todo el dolor de mi corazon, en esta tengo que suspenderte.

En su 39 largometraje como director (ahí es nada) Clint Eastwood nos ofrece un argumento por el que ya ha navegado y, sinceramente, con mayor fortuna: el de un personaje otrora con gran éxito en su oficio (véase el de boxeador en "Million Dollar Baby" (2004), el de pistolero en "Sin perdón" (1992), el de soldado en "Gran Torino" (2008) o el de transportista en "Mula" (2018)) que se ve envuelto en el ocaso de su vida en una arriesgada aventura. En estos viajes interiores y exteriores que Eastwood ha protagonizado y embebido, suele estar acompañado por un joven personaje que le toque la fibra sensible para ponerse de nuevo manos a la obra. Y "Cry Macho" no es una excepción: el otrora estrella del rodeo Mike Milo (Eastwood) emprende un viaje hacia México para rescatar a un joven (Eduardo Minett) de la mala vida por la que le lleva su madre (Fernanda Urrejola). En el viaje ambos, zagal y veterano, aprenderán del otro.

La parte buena de "Cry Macho" es que no engaña a nadie que vaya a ver un entretenimiento basado íntegramente en el carisma del siempre atinado Clint Eastwood (pues el film mantiene siempre su tónica de viaje refinado en su puesta en escena, de progresión en su ritmo, y de significativas miradas del célebre artista), la parte mala es que tenemos un guion poco esforzado y para nada a la espabilada, singular y multiversada altura de otros productos "made in Eastwood" que comparten la misma propuesta temática (así que quien espere otro "Gran Torino", otro "Sin Perdón" u otro "Million Dollar Baby"... que siga esperando). Y es que, más allá de ese esquema ya repetido en la filmografía del prolífico actor, director y productor, "Cry Macho" no tiene nada que aportar. Los personajes son monocordes (incluyendo el protagonista encarnado por Eastwood que ha disfrutado de muchos más matices humanos en otras obras) y el periplo no nos obsequia con diálogos despiertos o situaciones arrojadas e ingeniosas. Es como si N. Richard Nash acabara de ver los largos más recientes capitaneados por Eastwood y tratara de emularlos... pero sin tener la perspicacia y lucidez de David Webb Peoples y Paul Hagis (Nick Schenk por su parte lo dio todo en "Gran Torino"). Pues "Cry Macho" es perezosa, reducida, mediocre y baladí. El otrora mordaz y lenguaraz veterano que tan bien se le da a Eastwood encarnar parece haberse quedado sin palabras, sin recursos y sin ideas.

Es solo el talento interpretativo innato de Eastwood lo que va guiando una trama bastante más usual y básica de lo que se podía esperar. Eduardo Minett hace lo que puede pero tiene todavía que desarrollarse más como intérprete (cuesta ver como intenta esforzarse para que le salga alguna lágrima sin éxito, es como ver a Daniel Radcliffe en 2004 en "Harry Potter y el prisionero de Azkaban" (grandiosa evolución como actor la suya, por cierto)) mientras que el resto del elenco está natural dentro de unos personajes que son meras comparsas pasajeras.

También se agradece la elegante cinematografía de la cinta. Pues "Cry Macho" está dotada de una iluminación hermosa a la par que delicada (donde más se luce es en los planos amplios que envuelven a sus personajes en bellos parajes naturales) ya sea de día o de noche, y la realización de Eastwood es siempre orgánica y medrada sin perder nunca un solo ápice de confortable clasicismo. La banda sonora por su parte es obviable y olvidable (al contrario que otros destacados largos de Eastwood como "Mystic River" (2003), "Invictus" (2009) o "Gran Torino").

Así que estamos ante una de las cintas más indolentes del Eastwood director. No llega a ser un desastre como algunos de sus films (dada su dilatada filmografía es inevitable toparse con bodrios como "Deuda de sangre" (2002), "Firefox" (1982), "The Rookie" (1990), "Banderas de nuestros padres" (2006) o "El cadillac rosa" (1989)) y se hace distraída por momentos (a pesar de que lo que nos cuentan nos dice de poco a nada y se nos olvidará con facilidad) gracias a su puesta en escena, pero no alcanza ni de lejos a sus obras maestras (las ya mencionadas "Million Dollar Baby", "Gran Torino", "Mystic River, "Sin perdón" e "Invictus") ni tampoco llega al nivel de dignos y disfrutables pasatiempos como "Sully" (2016), "Mula", "El francotirador" (2014), "El intercambio" (2008), "J. Edgar" (2011) o "Tren a París" (2018). Digamos que se queda en un "Jersey Boys" (2014) o un "Más allá de la vida" (2010), pero si se trata de "road movies" modestas... "Cry Macho" se sitúa al nivel de "La mula, "The Mexican" (2001), "Captain Fantastic" (2016) o "Nomadland" (2020).

Lo mejor: La labor actoral de Clint Eastwood.
Lo peor: El guion con bastantes agujeros descuidados, casualidades muy muy oportunas, y mucho estándar establecido, previsible y trillado.

La película en si no es un horror, actuaciones decentes, historia pasable, pero los diálogos la destrozan, la mayoría son absurdos, en ocasiones sólo tienen la función de rellenar sin aportar nada, muy lejos del nivel de joyas cómo Million Dollar Baby o Gran Torino, si eres fan de Clint puedes perdonar esos errores, para los demás es difícil disfrutar de una película con un guion tan mediocre.

Claro que no es la mejor de las películas de/con Clint Eastwood y nos da pena verlo tan viejo (en la realidad no sabemos si hubiera podido fisicamente hacer lo que hace el personaje que interpreta). Sin embargo se trata de una película que muestra valores verdaderos y de siempre, una pelí que presenta a una humanidad diversa con malos y buenos, y otros a veces bueno a veces malo o simplemente mediocre o indiferente. El papel del joven con su gallo es también muy simpático. Hay también hermosos paisajes.
Claro que se puede criticar el ritmo demasiado lento y lo artificial de algunas escenas necesarias al guión. Sin embargo y globalmente, que vale la pena y especialmente en nuestros tiempos actuales con tantas obras mediocres, muy conformistas y sin originalidad.

Cry Macho no es una gran película, pero a Clint Eastwood eso, a estas alturas, le importa un carajo y esta crítica, seguramente, más todavía. Lo único que continúa haciéndole estar al pie del cañón es ir levantando, sobre todo con cada una de sus últimas películas, un autoretrato donde sus arrugas y su falta de movilidad gestual y mecánica vayan plasmándose sobre la pantalla y dando cuenta de su lento pero implacable caminar hacia un más allá, que nadie duda de que, a sus 90 años, lo tiene bien merecido. El resto no merece la pena.
En Cry Macho, por ejemplo, el guión le servía en bandeja de plata un trío de personajes que, en sus mejores tiempos, no hubiera dejado escapar sin chupar hasta el hueso. Mike Milo (Eastwood), Howard Polk (Dwight Yoakam), su mejor amigo y antiguo jefe, y Leta (Fernanda Urresola), la mujer de este último, exhuberante y más peligrosa que un niño con pistola, hubieran conformado un trío de ases que hubiera hecho las delicias del sublime Jacques Tourneur de Retorno al pasado.
Pero al Clint del 2021 esto, seguramente más sesudo y complicado, ya no le interesa. Él prefiere contar sus inocentes peripecias con el soso "Rafo" Polk (Eduardo Minett) en unos diálogos que, más de una vez, invitan a taparse los oídos y éste sí, digo "Rafo", con menos peligro que Spiderman en un descampado.
Por eso que Clint, hoy, ya no es lo que era, está fuera de cualquier debate. ¿Quién lo sería a su edad? Que levante la mano... aunque nosotros, contrariando a su majestuosa Sin perdón, siempre le perdonaremos éstas y cualquiera otra de las aventurillas que pudiera acometer desde ahora. Porque el patio está como está y él continúa ofreciendo zarpazos de genio, de aquello que, una vez, fue. ¿Insuficientes? Cierto. ¿Válidos frente a lo que hoy se destila a 25 imágenes por segundo? Cierto... al cuadrado.