El protegido

La historia de dos personajes cuyos destinos se entrelazan, David Dunn y Elijah Price. En lenguaje de cómic sería su génesis.
Situados en polos opuestos del mismo espectro, ambos comparten una tristeza y un sentimiento de no estar realizados, de no saber cual es su vocación o no poder cumplirla.
Ese halo de tristeza que acompaña a David Dunn impregna toda la película, apoyándose en una fotografía que le va como anillo al dedo y que usa colores sutilmente más cálidos para David y otros más fríos y metálicos para Elijah.

Se trata de una historia muchas veces contada en el mundo del cómic, pero que raramente suele estar situada en un mundo real y con un tratamiento y tonos tan realistas como el que le da Night Shyamalan, y menos con un resultado tan bueno.
La música de James Newton Howard, distinguible con unas pocas notas y que rápidamente se conectan con David Dunn, es el acompañamiento perfecto para la historia y conferirle un tono muy épico, además de contar con un gran uso del sonido.

David vive inmerso en su tristeza, esta casado y tiene un hijo, aunque su matrimonio esta en horas bajas y tiene un trabajo mediocre en la seguridad de un estadio, le devora la rutina y va dejándose llevar mientras el tiempo transcurre.
Elijah nació con osteogenesis imperfecta, más conocida como la enfermedad de los huesos de cristal, y su vida ha transcurrido por un camino lleno de dolor y sufrimiento. Su refugio ha estado en los cómics, ha investigado, y cree en su mitología, es una de las pocas cosas que le reportan esperanza.

La voluntad y la fe de Elijah, su necesidad de creer, es inquebrantable, y una vez que los caminos de David y Elijah se crucen ya nada volverá a ser como antes para ninguno de los dos.

Intrigante como de costumbre, Mr. Night nos adentra en un nuevo misterio, esta vez protagonizado por un hombre, aparentemente normal, que va descubriendo poco a poco que quizá no es tan humano como los demás, y ello con la inestimable ayuda de un peculiar personaje, con su particular bagaje a cuestas.

Me resulta una película bastante menos impactante que El Sexto Sentido, pero por contra me encanta su profundidad, ya que aborda temas morales y filosóficos de altura. Así, la contraposición del libre albedrío al destino o la búsqueda del propio sentido de la vida, e incluso la indisoluble relación entre el bien y el mal se muestran a lo largo de toda la película dejándote una sensación difícil de describir, a poco sensible que uno sea.

Creo que todos tenemos un poco o un mucho del personaje principal. Él se ve ahogado en la rutina y la mediocridad, sus sueños quedaron atrás, se despierta triste por las mañanas. No sabe por qué y ni siquiera se lo plantea, pero esa melancolía vital tiñe su vida y la de los que le rodean. Probablemente sea un bonito canto a que todos debemos encontrar nuestra meta en la vida, y que a pesar de que no seamos valorados, comprendidos o caigan en saco roto todos nuestros esfuerzos o machacadas nuestras ilusiones debemos mantener la esperanza.

Una lección magistral de cine. Una partitura musical perfecta. Unos actores en estado de gracia. La mejor película de Shyamalan sin duda alguna, donde se une una historia única y original, con un ritmo y unas sensaciones a flor de piel que te envuelven desde el minuto 1, con Bruce Willis, ese héroe anónimo, imperfecto, un hombre corriente que se empieza a cuestionar los factores extraordinarios que condicionan su vida desde que era un chaval joven, promesa del deporte, hasta un simple guardia de seguridad venido a menos. Por amor.
Un Samuel L. Jackson inmenso, creando un personaje sin igual, condicionado a su vez por factores extraordinarios que han llevado su vida por un camino muy diferente, pero paralelo al de nuestro protagonista.
Y el resultado es una película realista de superhéroes, si es que esos dos términos pueden juntarse en una misma frase, que sea únicamente para describir éste film. Tiene algunas de las secuencias mejor filmadas de la historia del cine ( ese héroe llevando en brazos a su amada, ése plano de un regalo que se retuerce, la opresión de los ángulos en determinada secuencia de tensión), y lo más importante: es el cénit del talento cinematográfico de su director, que desde entonces no ha podido encontrar ni la sombra de la magnificencia de esta obra de arte.
Aquí no hay hombres musculosos en trajes de colores, ni mujeres de anuncio embutidas en llamativos bodies de cuero, ni explosiones gigantescas ni monstruos grandes como montañas. Sólo un hombre que se da cuenta de quien es de verdad, de lo que debe hacer, y decide afrontarlo. Y eso, en la vida real, es mucho más heróico que mil invasiones alienígenas, que poderes infinitos y que todos los superhéroes de todos los universos conocidos.

Una de las películas más infravaloradas, par mí la mejor película de un súper héroe, es una injusticia la que se ha cometido con esta obra maestra, sin duda una de las tramas más interesantes y originales, el héroe visto desde otra perspectiva, es una lástima que la gente haya querido ver una continuación del Sexto sentido, que también es una excelente película, sin embargo dista de serlo, la atmósfera que envuelve a este film, puede ser parecido pero su desarrollo es más oscuro.

Las actuaciones son bastantes correctas con un sorprendente Samuel L Jackson que nos demuestra, un clase de histrionismo y con un personaje bastante difícil, mucho se ha hablado de esa nueva tendencia de hacer más humanos, a los súper héroes, véase el caso de Superman y las más recientes de Batman pero me atrevería a decir que con el Protegido, o mejor dicho Irrompible, es la base de estas películas, supongo que me estaré ganado una baja utilidad con esta afirmación; pero vean su desarrollo y verán que no estoy del todo errado, y si quieren lean el spolier y se los explicaré.

Los matices son importantes ese tono púrpura y verde es una de las tantas dualidades de este film, el bien y el mal es una línea muy delgada a la cual Shyamalan, traza muy bien, el misterio es una constante en el film, ciertamente no verán a un superhombre, con grandes poderes o artefactos interesantes, Willis nos retrata a un héroe bastante humano, alejándolo de ese endiosamiento que a veces les damos, personas con una moral y código de ética intachable, ojalá y el tiempo la reivindique recuerden que después, de estrenada esta película se dio el boom de las adaptaciones de comics en la gran pantalla, rompiendo ciertos tópicos que los acercaran, al publico sin duda una de las mejores películas que haya visto, tenia entendido de se iba a realizar una trilogía con este personaje; que ciertamente nos deja con ganas de ver más, lamentablemente por la poca receptividad del público y crítica no se pudo realizar, que lástima, otra de las grandes obras que pasa por debajo de la mesa, aunque no pierdo las esperanzas de realicen las demás películas las cuales hubieran cerrado una trama que quedó con muchos cabos sueltos.

M. Night Shyamalan dirigió en el año 2000 la mejor película que jamás se haya hecho basada en el mundo del cómic, El protegido, filme incomprendido donde los haya que con el paso del tiempo parece que va ganando adeptos, hasta el punto de llegar al reconocimiento de clásico.

De ritmo lento, el argumento es muy diferente a lo que hoy en día se intuye sobre las películas de superhéroes. Shyamalan, muy al contrario de los esquemas dictados por Marvel o DC, trata de acercar este mundo a la realidad, alejándose por completo de proyectos similares absolutamente contaminados por la cultura del video-clip. Para ello utiliza un lenguaje muy próximo a la vida cotidiana, como los conflictos familiares o los problemas de identidad del protagonista, un inconmensurable Bruce Willis que volvió a dejar atónitos a todos aquellos que no creían en su capacidad interpretativa. Y es que, si el protagonista de La jungla de cristal tiene una gracia sin igual a la hora despachar a terroristas a diestro y siniestro, mientras suelta la chulería de turno en sus películas de acción, aquí, cuando se pone el chubasquero, impresiona mucho más que cualquier personaje ataviado con traje de licra y capa, moviéndose en la línea de realidad ya comentada, pues nada impacta más que las cosas que sentimos cercanas y posibles.

Con respecto al resto del reparto, la calidez y humanidad de los personajes interpretados por la estupenda Robin Wright Penn y Spencer Treat Clark (esposa e hijo del protagonista) contrastan con la oscura y fría personalidad de Samuel L. Jackson, que encarna a la perfección a un solitario y enfermizo coleccionista de comics que encierra una terrible verdad.

Con su estilo particular, Shyamalan dosifica la información para que, poco a poco, vaya calando en el espectador. Destilando talento en cada toma, el director intercala precisos planos secuenciales con ángulos muy difíciles de conseguir, demostrando un dominio de la puesta en escena impagable. Perfectamente ambientada y plagada de simbología en continuo homenaje a los comics, la trama va en aumento, creando un inquietante clima que aumenta paulatinamente el interés por saber cómo terminará todo, culminado por una espectacular última media hora en la que todas las piezas encajan a la perfección.

Si por algo destaca esta producción es por su elegancia y sobriedad: un impecable despliegue visual y sonoro (la banda sonora de James Newton Howard está utilizada con suma inteligencia) con cierto aire de melancolía (a lo que contribuye la fotografía de Eduardo Serra) y aterradora atmósfera, que mantiene sabiamente el suspense hasta llegar al clímax final, con una de esas revelaciones que deja al espectador clavado en el asiento.

(Continúo en spoiler por falta de espacio)