Haz click aquí para copiar la URL

¡Qué verde era mi valle!

Drama En un pueblo minero de Gales viven los Morgan, todos ellos mineros y orgullosos de serlo y también de respetar las tradiciones y la unidad familiar. Sin embargo, la bajada de los salarios provocará un enfrentamiento entre el padre y los hijos; porque mientras éstos están convencidos de que la unión sindical de todos los trabajadores es la única solución para hacer frente a los patronos, el cabeza de familia, en cambio, no quiere ni ... [+]
<< 1 9 10 11 20 21 >>
Críticas 103
Críticas ordenadas por utilidad
14 de mayo de 2016
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Quién no ha vivido en algún momento en un valle tan verde como el que describe John Ford? Y no importa que uno físicamente viviese algún tiempo de su vida en un valle, si no que más bien, alguien haya sido feliz en algún momento, rodeado de seres amados, algunas personas cercanas que ya no están con nosotros. Ese es el valle verde de Ford. Nuestra memoria. La idealización de un sitio, unas personas, un momento. Y de cómo recordando todo eso, vive en el presente con la misma fuerza con la que se dió en el pasado. Y a llorar, pues como decía Gustave Flaubert, incluso las peores situaciones nos parecen a día de hoy maravillosas sólo porque se dieron en el pasado. ¡Qué verde era mi valle! se convierte en la gran obra cinematográfica sobre la nostalgia; en la obra cumbre de la exaltación de los recuerdos de nuestra infancia, de aquella época de felicidad, de inocencia perdidas.
El valle verde de Ford está situado en un pueblo de Gales. No importa. Sabemos que es Irlanda, patria de los padres de John Ford. No puede ser otro lugar. El paraíso de Ford, toda esa ensoñación idealizada del cineasta americano, estaba en la tierra de sus padres. Algunos años después, John Ford, quizá un poco arrepentido de no haber podido ubicar la novela de Richard Llewelyn en la tierra del trébol, le rendiría un homenaje aún más majestuoso a aquella, con El hombre tranquilo, donde la también irlandesa Maureen O´Hara repetía con el director que la había llevado a ese valle. Quizás por eso, el inmortal pelo de color rojo irlandés de Maureen O´Hara lucía en su máximo esplendor en aquella, mientras se apagaba al blanco y negro de la fotografía de Arthur Miller en ¡Qué verde era mi valle!
El valle verde de Ford está lleno de canciones tradicionales, de gente cantando. Y es que Ford era un tradicionalista. Un conservador, si se quiere. Esa defensa de la familia numerosa; esa defensa del patriarcado; el hombre que debe aprender a pelear a puñetazos para hacerse respetar; la religión, siempre presente... Demasiados puntos en común con la tradición conservadora, sí. Y sin embargo, quien no llore de la emoción en diferentes momentos de este film, que se lo haga mirar. Y si nos hace llorar como magdalenas, al recordar a nuestros seres, a nuestra tierra, ¿no será que estamos ante un humanista sensible? La condición humana, ¡cuántas contradicciones! Y esque no existe una persona que sea de una sola capa. Y John Ford no era menos.
El valle verde de Ford está lleno de personajes etílicos. Lleno de buenas celebraciones por el más mínimo motivo en la casa de la familia, esa casa de techos bajos y sombras negras, en las que tienen cabida todos los miembros de la comunidad.
El valle verde de Ford tiene jóvenes con ideas nuevas, a los que hay que dejar paso. Esta idea fordiana llevada a su máxima plenitud con El hombre que mató a Liberty Valance y que aquí viene representada en la figura del señor Gruffyd (interpretado por Walter Pidgeon), ese émulo de Jesucristo, que durante el film hace caminar al niño protagonista gritándole "¡Camina Hew!" como Jesús con Lázaro; ese cura que predica el comunismo como Jesús con sus apóstoles; ese cura que se enfrenta a los diáconos como Jesús al Sanedrín y esos diáconos que acaban por expulsar del valle al señor Gruffyd como Jesús fue crucificado en vida.Al final, el señor Gruffyd "resucitará" como Jesús y aún tendrá un último cometido: bajar a la mina con Hew a recuperar el cuerpo sin vida del padre de nuestro protagonista, el señor Morgan. Ese plano al final en el ascensor de la mina con Hew portando a su fallecido padre, protegidos por el señor Gruffyd, que adopta una posición muy similar a Jesús muerto en la cruz, y que nos muestra al Padre (el señor Morgan), al Hijo (Hew) y al Espíritu Santo (señor Gruffyd), alegoría espiritual final que da paso a la gran frase climática de la película: "Las personas como mi padre nunca mueren. Todos ellos están aún conmigo, tan reales en el recuerdo como lo fueron en su vida. Amantes y amados para siempre. ¡Qué verde era entonces mi valle!"
Endik Larsson
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
23 de septiembre de 2010
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta obra de “senil” reflexión de antes de la guerra, siempre es recordada por su triunfo sobre su rival: “Ciudadano Kane” que también esta narrada en la madurez y recordando el pasado. Loa diferencia de edades entre Ford y Welles es curiosa. Y para beneplácito de los “Fordianos” “Que verde era mi valle” se llevó el Oscar.
Y nuevamente volvemos a la esencia del cine de Ford. Cuya biografía personal es evidente.
Desintegración familiar. Desmantelamiento del entorno social. Ford rompe y alarga los planos como su misma historia, como su misma narrativa.
“Qué verde era mi valle” homenaje a la Isla de Man y las tierras reaccionarias de Irlanda que al final de la guerra fueron la guarida del lobo. Y desde entonces la vimos con los ojos del recuerdo de John Ford. Esos ojos que idealizaron a una musa llamada Maureen O´hara.
Grandes planos en estudios, que hicieron del cine de Ford, un cine universal.
Un niño de Gales que cayo en mundo del cine y que en la post guerra, comenzó a cobrar interés, porque lo descubrió un “Ufólogo” del cine, un sorprendente hombre “tranquilo” llamado John Ford.
RAMON ROCEL
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8 de agosto de 2011
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo cierto es que estoy comenzando a ver el cine de John Ford con paciencia y detenimiento, con ojos de adulto y no de niño como lo hacía antaño, y es ahora cuando realmente disfruta del buen hacer de este director.

Me llama enormemente la atención como enfoca en esa época el problema del desempleo, el sindicalismo y la mano de obra barata, problemas que seguimos padeciendo hoy día y han pasado 70 años. Que bonito es ver a todo un pueblo trabajando en el mismo sitio, donde todos se conocen, se admiran, se respetan, bellísimas las escenas de los trabajadores camino a la mina o regresando y pasando por la puerta de la casa a dejar el sueldo a la madre de la familia. Esos hermanos intentando quitarse el hollín y las manchas de carbón en la parte de atrás de la casa, con ayuda de madre, hermana y hermano pequeño. Donde reina el buen humor y el respeto, (curioso el reparto del dinero que lleva acabo el padre). Solo reina la felicidad, hasta suben y bajan cantando a trabajar, vamos, igualito que hoy, jajaja.

Pero entramos en la parte oscura y menos agradable de la historia, el recorte de personal, y es ahí donde comienzan las disputas en la casa de los Morgan, los hijos pertenecientes a una nueva generación, ven con buenos ojos el poder del sindicalismo para acabar con estos problemas, pero el patriarca de la familia, piensa como antaño y no comparte los ideales de estos, llegando incluso a expulsar a varios hijos de su casa por no pensar como él. Para más inri, el pueblo se le vuelve encontra, incluso con intentos de agresión a su casa y como los males no vienen solo, su mujer y su hijo sufren un congelamiento al caer a un río helado.

Lo bonito de la historia es que es vista desde la perspectiva del más pequeño de la familia, un jovencísimo Roddy McDowall, el cual desde su visión nos llevará a través de ese hermoso valle que el conoció siendo muy verde, y que con el paso de los años fue cambiando de color debido a los enormes problemas y cambios que fueron apareciendo.

Incluso tendremos oportunidad de disfrutar de una historia de amor no correspondida, por las tradiciones eclesiásticas del momento, recomiendo no perderse la forma de marginar a la persona que no comulgaba con sus normas. Una bellísima Maureen O´Hara hará el papel de la única hija de la familia.

Una historia dura y triste, pero que se disfruta en cada plano, en cada mirada de los personajes, no existen diálogos absurdos, ni fuera de lugar, todo está meticulosamente pensado y ajustado al devenir de la historia, muy recomendable para los amantes del buen cine.
THE CROW
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
5 de junio de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Clásico entre los clásicos, esta película de evocador título nos retrotrae a los momentos de nuestra propia vida en los que el análisis de nuestra existencia, los peligros, e incluso la muerte, eran irrelevantes acotaciones en el primer cuaderno grueso, con secretos aromas que se dispersaban al abrir las tapas, y en el que de momento, sólo tenía relevancia la primera hoja, en la que bailaban nuestro nombre y la fecha de inicio de anotación de "cosas importantes".

El pequeño de los Morgan, con la penetrante visión de la infancia y la máxima percepción del resto de sentidos, escribe desde el recuerdo (en un bloc ya viejo y polvoriento) de su pueblo minero, en Gales, de los conflictos laborales, de la calidez del hogar, de los amores que fueron y de los que pudieron ser; del colegio y del orgullo por formar parte de una familia tradicional, trabajadora y honesta, valores estos últimos que forjaron su personalidad pero que fueron insuficientes para hincar por siempre las raíces en un lugar en el que la felicidad brotaba con las yerbas y manaba transparente de la tierra negra.
Sinhué
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
15 de abril de 2006
10 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de los mejores trabajos de Ford que, en mi opinión, se ve ligeramente empañado por unos quince primeros minutos para el olvido. Sinceramente, creo que en el comienzo (que visualmente es bellísimo) se confunden la alegría con la patanería y la nostalgia con la ñoñería. El pueblo que se nos muestra es similar a Pitufilandia (con cerveza, eso sí): todos canturreando y contentísimos de la maravillosa vida que llevan, ¡incluso al salir de la mina después de una agobiante jornada de trabajo! (¿Qué pasa, que nadie había muerto en ella hasta el momento?) Para mi gusto, en él se abusa de las canciones. Llega a aburrirme un poco.
A partir de ahí, todo empieza a mejorar gradualmente, y llegan los amores, los problemas económicos, las huelgas, la escuela... lo que realmente interesa, vaya.
Y la parte final es lo mejor. En ella es donde cobra más protagonismo la dura vida del minero.

Desde luego es una película que desata un gran abanico de sentimientos, pero más que hacerme llorar, me sobrecogió.
jastarloa
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 9 10 11 20 21 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow