Asalto al poder

Ver Asalto al poder con la intención de ver algo entretenido, sin cuestionar lo que en ella está pasando y olvidando que su director es el mismo que hizo El día de mañana, 10000, Godzila o la del fin del mundo, que ahora no me acuerdo el título pero donde los protas esquivaban terremotos, huracanes, volcanes, edificios, etc. yendo en coche de aquí para allá, pues la película no está mal de todo.

El hecho de compararla con La jungla de cristal sólo sirve para restarle puntos a esta, que aquella era y es una obra maestra y esta una película para ver, divertirse y al rato olvidarla. Sin olvidar que Channing Tatum nunca será Bruce Willis (el de la jungla, me explico). Aparte que si hacemos está comparación, también tendríamos que decir que Alerta máxima era una jungla en el mar o que Non-Stop una jungla en el aire.

Ahora sí, la película tiene esos excesos patrioteros que tanto gustan al director. Ejemplo: La niña con la bandera, que aparte de dar vergüenza no hay quien se la crea.

Hablando de la niña, esta tiene más pena porque maten al presidente que a su padre. Esto es ser patriota y lo demás son cuentos.

Pero, escenas como la de la persecución de coches por los jardines de la Casa blanca con el presi disparando un lanzacohetes por la ventanilla o el hecho que disparen tropecientos tiros y nunca le den a nadie, hacen que tanta ridiculez me produzca un placer culpable.

Después también hay momentos como el giro que da el personaje del guía de La Casa blanca, que aunque sea en plan gracioso, hace que a la película le saque puntos. Ya que una cosa es ser gracioso y otra creérselo.

Jamás pensé que llegaría a decir que lo peor de una película es, otra película. Suena raro pero bien explicado descubrirán que es una verdad como un templo, al igual que lo es que se sigue demostrando que en Hollywood no van muy sobrados de ideas que digamos.
Después de ver “Asalto al poder”, solo puedo decir que su mayor defecto es “Objetivo, la Casa Blanca” (Antoine Fuqua, 2013). Salvando las distancias, la de Fuqua es algo inferior a esta de Emmerich, pero por desgracia para este último la que llego antes fue la otra, y ya se sabe que en esta vida el que llega primero se lleva el gato al agua. Así que el factor sorpresa lo vamos tachando de la lista de virtudes de "Asalto al poder", notándose sobretodo en una primera hora de película totalmente previsible. Eso si, una vez que nos quitamos de encima el engorro de las pertinentes presentaciones, es cuando se empiezan a ver los puntos fuertes del film. La película de Roland Emmerich es tremendamente ambiciosa, algo que suele caracterizar al cine del realizador alemán. La cinta también tiene bastante sentido del humor, lo que ayuda a no tener que tomárnosla tan en serio. ¿No os parece, la relación entre los personajes de Jamie Foxx y Channing Tatum, la de los protagonistas de una buddy movie cualquiera?... Esas bromillas de vez en cuando, esa camaradería, ese presidente de los Estados Unidos disparando en lanzagranadas; ¿No me digáis que no es un placer culpable?...
Visualmente, "Asalto al poder" goza del nivel esperado de un film de este tipo. Roland Emmerich, acostumbrado a catástrofes descomunales, aquí se ha tenido que conformar con destrozos a bastante menor escala, cosa que tampoco le ha frenado. Todo es tan espectacular como absurdo, con la persecución por los jardines de la Casa Blanca como guinda al pastel del sinsentido.
Lo dicho, "Asalto al poder" es un thriller de acción fácil y disfrutable, al que, por desgracia, le pasa factura haber coincidido en temática y año de llegada con otro film de similares características. Por cierto, Roland Emmerich ha llegado a tal posición en Hollywood que ya, hasta se permite el lujo de referenciarse a sí mismo con homenajes a sus películas.

El principal problema de este film fueron las comparaciones con su “hermana”, ‘Objetivo: La Casa Blanca’ del realizador afroamericano Antonie Fuqua y estrenada ese mismo año. Ambos films tienen una temática muy similar y extravagante: la toma de La Casa Blanca por parte de unos terroristas.

En este sentido, una de las mayores virtudes de ‘Asalto al poder’, es que en ningún momento se toma en serio a si misma, es más, homenajea claramente al “cine de acción noventeñero” en todo momento e inclusive incorpora ciertos guiños a las “buddy movies”. Es aquí dónde residieron las virtudes de la cinta de Emmerich, las otras fueron bastante claras: es entretenimiento en estado puro y de un patriotismo simplón e inofensivo, además de unos efectos visuales de primer nivel, unas interpretaciones bastante carismáticas, unos villanos decentes y unas escenas de acción (¡sorpresa!) rodadas de manera nítida y clara.

Entrando en el apartado de interpretaciones, decir que los actores cumplieron en sus papeles: Channing Tatum cumplió con su personaje de John Cale, pero fue Jamie Foxx el que se llevó la palma, y no porque su personaje estuviera bien desarollado, si no porque es un actor más carismatico que Tatum, además de ofrecer algunos de los momentos más divertidos de la cinta. Por otro lado, los villanos fueron cuanto menos mucho más interesantes que en algunas producciones actuales del mismo tipo. Los más importantes: Jason Clarke y James Woods. Ambos consiguieron retratar unos buenos villanos.

En definitiva: 'Asalto al poder' es una película entretenida y disfrutable que resultó más simpática y menos pretenciosa que 'Objetivo: La casa blanca'.

-Lo mejor: Los efectos visuales. Jamie Foxx. Las escenas de acción. Los múltiples homenajes al cine de evasión de los 90.

-Lo peor: Su planísimo guión.

-Más en: www.cineycine.com

Americanada.
1. f. despect. Película típicamente estadounidense.
2. f. despect. Dicho o hecho propio de los angloamericanos.


Roland Emmerich parece que se supera según avanzan los años. Su nueva cinta, Asalto al poder, podría ser el nuevo paradigma de americanada... y es que el salvapatrias visionario director, que ya perpetró títulos como: El patriota, 2012, El día de mañana o Soldado Universal entre otras, vuelve a la carga esta vez con el Mario Casas americano, o sea, Channing Tatum -ese proyecto de actor- cacho carne con ojos con nula capacidad interpretativa- y el siempre aceptable Jamie Foxx como presidente de los EE.UU.

El bueno de Roland en esta ocasión pone esta vez toda la carne en el asador, no hay medias tintas con él, volamos el Capitolio con un artefacto explosivo (pa despistar) y tomamos directamente la Casa Blanca...

La película discurre de una manera delirante, donde no hay ningún tipo de mesura, es un auténtico festival de explosiones, disparos, patadas en los huevos, persecuciones en coche dentro de la Casa Blanca, presidentes disparando con bazooka, helicópteros estrellándose contra el despacho oval y rotura de mobiliario presidencial. Un auténtico festín para los fanáticos de los efectos especiales de ordenador, una delicia para los guionistas de saldo.

Al menos, el propio Roland, parece no tomarse demasiado en serio esta película, eso le hace ser una persona honesta, todo lo contrario que su alumno Michael Bay. El guión está lleno de chascarrillos y situaciones cómicas que a veces no sabes si reír, llorar o aullar de placer.

Después de dos horas de metraje, la película finaliza con la sensación de que has visto una versión presidencial de La Jungla de Cristal. Pero eso ya te da igual, te importa un carajo, ya se te ha olvidado por completo de que iba todo esto.

www.lamiradadifusa.com

Típica película en la que disparan un millón de veces al protagonista pero en ninguna aciertan. Desde el principio cuando le niegan el puesto se sabe lo que va a pasar. Una película prescindible, predecible y que tiene todos los clichés de películas de acción posibles.

Si te gustan los disparos, los malos malotes, las traiciones, el sentimiento patriótico americano y la basura ridícula esta es tu película.