Jezabel

Jezabel es un personaje bíblico que jamás aparece en esta película, salvo en una cita concreta casi al final, para hacer un símil con el personaje principal. El Antiguo Testamento es notable por su profunda misoginia. Eva, la mujer de Lot (Edith), Jezabel… En estudios recientes, se ha demostrado que las sociedades más primitivas eran matriarcales. Eso quiere decir que hubo siempre un interés en defenestrar a las mujeres de los altos lugares de la sociedad. de ahí, quizá, venga la explicación de la misoginia que tienen las sagradas escrituras.

En esta película, me encuentro de nuevo con Bette Davis, con casi 30 años, y siendo citada en los créditos con letras mayúsculas. Su endiosamiento en el momento debió ser notable. Las tres películas que he visto de ella son de diosa hiper maquillada, vacía por dentro, mala, egoísta, egocéntrica… No sé si la mujer era así, pero desde luego que tanto su imagen (parecida a una fregona con peluca) como sus acciones, fabrican animadversión a raudales. Mi falta de simpatía hacia ella va in crescendo a medida que hurgo en su filmografía.

Por otro lado, tenemos a Henry Fonda. Otro actor que no me dice nada: ni bueno, ni malo. Sin embargo, ahí tenemos a Margaret Lindsay con su cara bella, de ángel, delicada y firme, con valores firmes y buenos. Con este reparto, siendo conscientes de lo bello que es ambientar el escenario con la Nueva Orleans de mitad del siglo XIX, la película no me ha atrapado en ningún momento. Una pena.

Por otra parte, me gusta aprender mientras disfruto de mi ocio, y el disfrute va ligado en el aprendizaje (en mi caso). Desconocía los duelos al sol de los sureños terratenientes, así como esa fiebre amarilla que también azotó, en diversos periodos, a mi tierra oriolana. Me encanta descubrir estos datos en las películas. Por eso me gusta el cine, entre otras cosas.

“A los hombres les encanta pelearse por las mujeres. Pero las mujeres somos incapaces de evitar que se peleen”.

A mí esta película me parece una antigualla antidiluviana, de una cursilería deplorable y además aburridísima.

Siempre he encontrado insufribles las pelis de amoríos sureños, pero ésta se lleva la palma. No la salva ni Bette Davis, que está magnífica, como siempre. Sin embargo Henry Fonda parece un bicho palo. No se puede decir que sea el mejor papel del actor. Ni, tampoco, la mejor peli del director.

Carguen, apunten… fuego.

Buena, muy buena peli, del género "recogiendo algodón pasan los años de la clase noble con fuertes altibajos económicos + guerra y una imposible historia de amor".
Gracias, principalmente, al trío Wyler-Davis-Fonda.