El asesino

Película de la que (casi todos) cuentan maravillas, que se recomienda ver en pantalla grande (eso siempre)...
No es de mis favoritas, y eso que me urgían las ganas de verla por tan excelentes críticas.
Como a Boyero, no me apasiona y, lo que es peor, Fassbinder, un actor magnético para cualquier película, me acaba cansando, me resulta pedante.
Las secuencias son un tamborileo constante de la letanía con que nos "obsequia" los primeros diez minutos.
No voy a negar que interesa lo que ocurre a continuación, aunque si fuera una de Charles Bronson, lo supondríamos sin dificultad. Con esta tampoco es que nos sorprendamos mucho.
Bien rodada, ajustada la cámara a cada secuencia y a cada plano del actor. Con meticulosidad, sin fallos.
Aquí iba lo que va en zona "spoiler".
Una sucesión de actos miméticos y redundantes de lo que debe ser la liturgia de un asesino para que todo salga según lo previsto. Y las consecuencias si no es así.
Ojo al papel del abogado y su secretaria. Tienen más miga que toda una barra de pan.
En definitiva, y lo que voy a decir puede resultar un anatema, se vería perfectamente como un telefilme en la tv.
No me disgustó, pero, insisto y comparto, la vi como una de acción, sin más.
El final, que parece sorprendente, resulta lógico aunque no sea consecuente con la praxis de un asesino.

Aunque mantiene el interés, de las varias películas similares, es la más floja.
Hay una contradicción fundamental que no deja que disfrutes de la trama. Algo absurdo, pero básico.
Por lo demás, bien hecha y bien interpretada.

Últimamente me está costando decidir qué película de Estados Unidos ver para los viernes de Hollywood, hay tanto para ver y cometer el error de ver algo que no está bueno siempre es parte de los riesgos. Es el caso de esta película recién salidita en Netflix, un film que es supuestamente thriller/acción, pero no tiene tanta acción y el suspenso…a veces falla.

A veces me pierdo y me subo a la ola, a la vorágine de las novedades, para no quedar a fuera de todo esto. Pierdo mi esencia básicamente, por eso ahora me arrepiento de haber visto esta película. No me mal interpreten, no es una mala película, pero no es buena, es de esas películas que cuando las terminas de ver te quedas con sabor a nada, ni algo bueno, ni algo malo, para citar a Joey es como un “moo point”.

Historias de asesinos por encargo tenemos un montón, de distintas formas contadas. Es la primera que veo que cuenta con una especie de monólogo interior de este sicario, que lo escuchamos mientras nos va contando o se va contando a sí mismo lo que sucede. Me hizo acordar bastante a Dexter, pero créanme que no le llega ni a los talones.

Para ser una película sobre un tipo que mata gente, es muy lenta, le sobran varios minutos de los 118 que tiene, y hasta por momentos es confusa, no terminas de entender que es lo que está haciendo este muchacho que es muy inteligente y sabe muchas cosas por el trabajo que tiene. Emprender una venganza es algo que también vimos muchas veces, pero esta vez es como un sin sabor.

Arranca bien arriba con esa escena en París, te atrapa, queres saber qué es lo que va a ser este Dexter venido a menos, luego de eso empieza a bajar la calidad y el ritmo. Este muchacho frío que se repite a sí mismo que no hay que tener empatía ni confiar en nadie tiene una novia y un cuñado. Raro, yo por la sinopsis me imaginé algo más similar a Bourne, este asesino buscado por su ex empleador… en cambio se vuelve un film predecible, que nada sorprende y tiene un poco de acción.

Actoralmente creo que está bien. Fassbender hace un buen papel en este asesino frío y calculador. La otra que aparece un poco y hace bien su papel es Tilda Swinton, la escena entre ellos dos es lo mejorcito del film. La fotografía es lo otro que se destaca, al igual que la banda sonora.

Les mentí, si hay algo que me sorprendió y eso es su final…en zona de spoilers les voy a contar bien, pero esperaba algo más, muy Soft ese final. Si le hubiesen puesto más ritmo y menos minutos estoy seguro de que hubiera sido un film para más puntaje, lamentablemente no fue así, con un 5 está bien, un puntaje tan tibio como la película.

Mi recomendación: Pasable film de “acción”, es más un drama con suspenso.

Mi puntuación: 5/10

Habitualmente me gustan las películas de Fincher, pero esta parece hecha por un estudiante recién egresado del 'American Film Institute' que quiere entrar en la industria copiando el estilo de Fincher. No solo por estética y estilo (ultra genérico), sino que además abundan frases trilladísimas tipo: "no confíes en nadie" en serio?
La música tampoco ayuda a cambiar esa sensación de película genérica que desprende todo el largometraje, además que no le pega ni un poco al perfil del prota, 0 personalidad, a esta altura usar temas de The Smithts, really?
Mi sensación final es que la película es una publicidad de Amazon de dos horas.

«Haz tu voluntad será toda la ley» (Liber Al vel Legis, I:40)

La Narrativa visual de los créditos de “Seven” (1995) y la enunciación de la voz en off de “Fight Club” (1999) anticipan el discurso que tomará Fincher desde un inicio en el que el protagonista recita pausadamente las verdades del barquero y cita la máxima de la filosofía Thelema. Toda una declaración de intenciones por parte de un director que siempre ha dado rienda suelta a sus maravillosas locuras y ha brillado más cuando lo ha hecho sin concesiones. Mientras tanto la meticulosidad, la del Killer (Fasbender está increíble) y la de Fincher, estudian y preparan el terreno como Jeff en “Rear Window” (1954). En los primeros minutos ninguno cometerá error alguno.

Fincher subvierte su típico enfoque en el modo de representación del psicópata fílmico. Su estudio de personaje, o más bien del arquetipo, parte de cierta desmitificación y se escribe en base a la ironía del que se cree meticuloso pero los avatares del destino le juegan una mala pasada. Protagonista y director se sirven de un método, un ritual y un tempo que atrapa secuencia tras secuencia, a riesgo de poder resultar plana o repetitiva para algunos espectadores, intentando no dejar cabos sueltos sabiéndose observados en cada esquina y cada butaca cinéfila. Si Fincher acompaña al asesino paladeando y recreándose en cada gesto, nosotros haremos lo propio con una cinta cuyo visionado también invita a ser repetido y degustado por su montaje y visualidad, esos contrastes nocturnos y el tinte verdoso tan característicos del realizador.

Entre tanta lucha interna, metodología y asepsia hay algo que no culmina, un arrebato de pasión y genialidad que terminan por no llegar. No sé si debería interpretarse de manera literal, como un acto de retiro y despedida a toda una trayectoria como Ángel de la Muerte. De cualquier modo estamos ante una propuesta diferente y concienzuda por parte de un director con un pulso que está fuera de toda duda. El tiempo dirá qué lectura cabe realizar.

«Amor es la ley, amor bajo la voluntad» (Liber Al Vel Legis, 57)

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