Amor bajo el espino blanco

Que el ritmo sea lento, que nadie nos cuenta nada sino que lo veamos, es para mi un protagonista más de la película.He sentido tensión durante toda la película: ¿sería esa la sensación durante la Revolución Cultural? Siempre, tanto en películas como en libros, me impactan muchísimo los regímenes comunistas. Me destrozan. Amor bajo el espino blanco no se ha quedado atrás, y me ha hecho llorar.
La actriz que da vida a Jing ha desaparecido para mí: NO ERA UNA ACTRIZ, ERA JING. No se puede hacer mejor. La imagen final de Sun me ha impactado, creo que no debería ser tan dura.
Hay que verla.

Yimou vuelve a regalarnos un sensible y maravilloso retrato sobre algo tan simple y a la vez complejo de representar en cine como es el amor adolescente. La pericia del director hace que el resultado sea una elegante lección de cine íntimo, hermoso, elegante y lleno de matices. Es inevitable que venga a la memoria otra joya del director, El Camino a Casa (1999), con la que tiene evidentes puntos en común. Este poeta de los pequeños detalles cotidianos emociona con pocos elementos. Una pluma, un árbol, un plato, dos manos agarradas a un rama (extraordinaria escena). Lo sencillo del planteamiento no impide que el retrato de la china de la revolución cultural quede plasmado con su habitual compromiso y sentido crítico. Pero es evidente que donde Yimou centra sus esfuerzos, y consigue sus mayores aciertos, es en la conmovedora descripción de su protagonista, una pequeña oda a la inocencia y a la pureza de los sentimientos sin contaminar, a la altura de los mejores retratos femeninos de su autor. En 2010 se invirtieron millones de dólares para conseguir obras del nivel de The Social Network, Toy Story 3 o Inception (entre otras en este productivo año). Pero dos obras pequeñas en su formato y presupuesto como esta Amor Bajo el Espino Blanco y Another Year de Leigh demuestran que el talento auténtico no conoce límites de presupuesto. Un Yimou que regresa al terreno que mejor domina, los dramas rurales de calado intimista y en el que la máxima "menos es más" es su consigna. Simplemente magistral.

Zhang Yimou nunca decepciona. A mí personalmente me gustan más otras películas suyas que esta (El camino a casa, por ejemplo, que me parece de 10), pero "Amor bajo el espino blanco" no deja de ser una obra excelente. Toda la historia parte de un conflicto obvio en los países comunistas; el desajuste que se produce entre las "necesidades" de la revolución y los impulsos humanos, entre el estado y el individuo, entre la verdad oficial y la que corre por las venas. Un conflicto contado con elegancia y sublimado por una estética clásica impecable. Eso sí, para disfrutar la película en plenitud hace falta un esfuerzo por parte del espectador. No basta con sentarse, como un parásito, esperando que todo te lo metan por los ojos; hay que saber leer dentro de los personajes y, de la misma manera que ellos no pueden expresar sus sentimientos para evitar conflictos con el estado, el espectador no puede esperar que se lo den todo masticado, tiene que ser partícipe del combate que se libra dentro de los personajes. De esa manera, cuando llegan los momentos de emoción, el terreno está abonado y es inevitable sentir un nudo en la garganta. En cualquier caso, estamos hablando de Zhang Yimou, así que tenemos garantizados un buen puñado de momentos de cine de alto nivel, ¿qué más podemos pedir?

Es una de mis películas favoritas. La relación de amor que hay entre los dos es muy bonita pero a la vez, muy dura. Te hace reflexionar sobre la suerte de nacer en un sitio u otro, época, etc... Recomendable. Una película que me marcó mucho.

Poco que añadir a lo que aquí se dice sobre esta maravilla de película, con unos de los finales más intensos que he visto nunca en cine.
Es cierto que tarda algo en presentar el drama, pero cuando lo hace cada minuto de la película es una delicia, con una finura de la que bien podrían aprender algunos cineastas de Occidente.
De fondo, la cabronada de la Revolución Cultural, una cierta critica indirecta a Mao (porque el Régimen es el que es y lo controla todo), por lo que hay que leer o ver entre líneas.
Está roda con tanta habilidad que la cámara ni se nota. Todo transcurre como ese río que sale varias veces en la película.
Si alguien aún no lo ha visto, que se anime, porque es una de las mejores de este siglo.