Haz click aquí para copiar la URL

Joven y bonita

Drama Isabelle, una hermosa joven de 17 años que pertenece a una familia de clase alta de París, parece tener el mundo a sus pies. Pero tras un verano en el que la pérdida de la virginidad le resulta decepcionante, un viaje de autodescubrimiento sexual la embarcará a partir del otoño en una doble vida: estudiante de día y prostituta de lujo por las tardes. Esta es su historia, a través de cuatro estaciones y cuatro canciones. (FILMAFFINITY)
<< 1 8 9 10 11 17 >>
Críticas 82
Críticas ordenadas por utilidad
12 de marzo de 2014
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película comienza con Isabelle perdiendo su virginidad con otro chico en una noche de verano en la playa, uno de esos típicos amores de vacaciones estivales que será el punto de partida en el despertar sexual de la joven. Poco después, ya terminado el verano y empezado el otoño comienza la andadura de Isabelle por el mundo de la prostitución, sin que sus padres ni sus compañeros de clase lleguen a sospechar lo más mínimo, a tenor de la seriedad de sus actos. A partir de ahí, Ozon nos muestra su peripecia a lo largo de varios meses, pespunteando sus andanzas con canciones de Françoise Hardy que hablan del amor adolescente, un amor que Isabelle no puede o no quiere sentir, siempre alejada de los chicos de su edad.

Isabelle habla poco y no es fácil saber lo que está pensando, si está alegre o triste y por eso es a través de su mirada cuando vemos si ella sufre o disfruta. Ozon no busca aleccionar y no hay grandes explicaciones sobre por qué Isabelle ejerce la prostitución, vista aquí como una de las clásicas derivaciones adolescentes para escapar de la realidad en esos años difíciles en los que se está construyendo la personalidad.

Ella no se droga, no se emborracha, no se vuelve anoréxica ni se automutila, su manera de negociar con el dolor y la incertidumbre de la edad es a través del sexo con desconocidos, de hombres mucho mayores que ella, alejados de su día a día. Porque como dice un poema de Rimbaud del que se habla en la película, la seriedad no existe a los 17 años. Un toque nacional para una película muy francesa, en la que también se le da un aura intelectual al sexo, visto en muchas otras películas del país vecino.

François Ozon entrega una película muy interesante, que en ningún momento busca caer en el melodrama ni el tremendismo y que nos hace sentirnos como mirones de la vida de Isabelle, ya insinuado en el plano inicial, en el que se observa a la joven en la playa a través de unos prismáticos. También ayuda la labor de Marine Vacth, una modelo que hace sus primeros pinitos como actriz y que tiene una de esas miradas soñadoras y melancólicas que explican mucho más sobre su dueña que cualquier palabra que pueda decir, algo perfecto para el personaje de Isabelle.
travis braddock
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
15 de marzo de 2014
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Directa a la línea de flotación de la moral convencional, de lo políticamente correcto. Un mazazo a los bien pensantes de ambos lados del espectro. Una película sobre la prostitución de una menor que deja en evidencia a todo el mundo que la rodea, excepto a ella.

Espectacular Marine Vacth, en todos los sentidos, con un papel que juega entre lo misterioso y lo vulnerable, entre la ternura y la frialdad absoluta. Su melancólica mirada, que muy pocos captan, es la de quien huye de ser lo que los demás quieren que sea, de cumplir ilusiones que se suponen deben tenerse a los 17 años proyectadas por la sociedad, la literatura o la familia, sobre el noviazgo de verano o la primera vez.

Su madurez deja en ridículo a su propia familia, a la policía, al psicólogo, y a sus amigos, que parecen niños jugueteando a su alrededor. Su propia banda sonora eclipsa a la exterior, aunque esta sea de M83 o Crystal Castles.
trivijuan
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
2 de marzo de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siglo XXI, París urbe europea. Isabelle: Habitante de la Urbe en busca de su SOMA.

La película de Ozon es futurista en sus planteamientos al presentar el amoR –fuerza motriz donde las haya- como la nueva droga de la evolucionada sociedad del XXI, que tomada en sus correcta medida (en este caso debido a su edad y noviciado en el tema), resulta ser menos perjudicial que el alcohol, cristianismo u otras drogas primarias o de iniciación, pero nos advierte de los peligros de esta nueva droga del XXI.

Isabelle encuentra el amor en verano. Su uso primario permite a Isabelle perder el miedo a todo y a nada, convirtiéndose –ya de paso – en ciudadana de vida Real. Cuando se da cuenta de su realidad como persona adulta le queda dos soluciones o quedarse sola, sola en su torre de marfil, o mediante el uso moderado de amoR descubrir que, aunque no se sienta desdichada el amoR le hará olvidarse de que no es feliz. No obstante este amoR sólo sirve para sobrellevar y sufrir la existencia terrenal, lo que no impide intentar buscar el Amor real-ideal (aquel Amor que recitaba Rimbaud), el que le proporcionará el encuentro con el ser amado “él”, él el que no tiene más que cualquiera, él en el que nunca pensó, él el que la llevara lejos, LEJOS. Pero la realidad social es otra, el individuo urbanita y evolucionado que retrata Ozon se encuentra perdido y solo, imbuido por el frenético ritmo de la ciudad, inmerso en la vida monótona, sumido en el olvido, en el abandono, esperando desear que el cielo se ponga negro para que con un par de gramos de amoR llegar a tocar el cielo con sus dedos y sentir el mundo bajo sus pies, entonces y sólo entonces el individuo podrá decir -JE SUIS MOI!. Pero cuidado tres gramos de amoR, te puede llevar a la oscura eternidad en la Luna. Y esto ya lo dijo Huxley en su "Brave new World"
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
iovErdÈ
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
16 de marzo de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Francois Ozon repite propuesta voyeurista - qué es el cine en sí sino puro ejercicio de voyeurismo- con su última obra "Joven y bonita". El despertar al sexo de una bella adolescente, que descubre la erótica del poder de su cuerpo, es el motor de la obra, que si bien no alcanza la excelencia, el morbo y la intriga de su anterior "En la casa", confirma a Ozon como referente en el cine galo actual.
El esplendor de la magnética Marine Vacht impregna la pantalla de misterio. La doble vida de la "belle de jour" adolescente está narrada con pulso, los personajes del entorno familiar -su hermano pequeño, su madre y su padrastro- estan bien definidos y son verosímiles. Sin embargo, por poner una tacha, el final no me parece convinvente. Ozon trata de redondear la obra con una pirueta final -la escena de Charlotte Rampling con la joven en la habitación de hotel (no digo más para no destriparla del todo)- que se me hace dificil de creer; por cierto, me pasó lo mismo con el tramo final de su anterior película.
De todas formas, una obra absorbente y seductora.
floren
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
20 de marzo de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los cambios, esos que todo ser humano experimenta alguna vez en la vida y que generan nerviosismo y expectación a partes iguales, llegan sin avisar para pasar de la tierna juventud a la arisca edad adulta, y por ello Ozon sabía que debía abordar el tema de manera neutra, dejando que el espectador experimente esos cambios junto con la protagonista, convirtiéndose así en un voyeur ávido de historias que saborear.

Ese espacio entre el director y la narración comienza alejando a los personajes de su entorno natural, con un verano en la playa. Un verano que se convierte en punto de partida para que la protagonista inicie su nueva vida de la que seremos testigos, una vida en la que Isabella (que podría ser cualquiera) descubre que necesita algo más de lo que tiene, y en la que canaliza su curiosidad dando rienda suelta a su sexualidad. Y poco a poco, con el paso de los minutos, Ozon engancha con su dirección, envolvente, misteriosa y llena de contenido para narrar la vida de una chica de dieciséis años que se dedica a la prostitución por placer.

Mientras tanto, y sin apenas darnos cuenta, Ozon ha descrito el entorno de la protagonista con mimo y detalle, consiguiendo que Lea, pseudónimo intrigante y sensual que utiliza para sus citas, ya no sea extraña, sino que el espectador ya es parte de su vida cotidiana. La relación con su madre, su hermano o su padrastro nos son familiares, y han sido intercaladas con la historia principal hasta obtener un todo. Si duda la interpretación de Vacth, enorme descubrimiento, ha tenido gran culpa. Su exposición física y emocional es necesaria para narrar el cambio de mentalidad de una chica que se asoma a la madurez, y por eso Marine es capaz de llegar hasta donde hace falta para llevar a cabo el personaje.

Por mucho que parezca que el sexo es el tema recurrente de la película, Ozon da una última vuelta de tuerca para mostrarnos cómo Isabella se siente atraída, absorta, con el poder que su cuerpo tiene sobre los hombres, y la dificultad y el deseo que le inundan a la vez para canalizar esta situación. Una realidad perturbadora que se afronta desde al convencimiento de aquel que sabe lo que narra, y sobre todo cómo lo narra.
Moody
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 8 9 10 11 17 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow