Pelle el conquistador

Excelente producción danesa que conquistó, nunca mejor dicho, la Palma de oro en Cannes, y el Oscar a la mejor película de habla no inglesa, en dura lid con ’Mujeres al borde de un ataque de nervios’, de Almodóvar.

La historia es tan dura como emocionante y épica, al narrar la odisea de un hombre viejo y su hijo (todavía niño, pese a ello), llena de penurias y calamidades, que llegan a trabajar como criados a una granja. Los personajes son todos de sumo interés, principales y secundarios.

Pero es la imaginación, agudeza, y capacidad de observación del joven protagonista (excelente actuación) la que hace más atractiva esta estupenda película. Por lo demás, el tono es realista y dramático, en la mejor tradición del cine europeo.

Max Von Sydow también consiguió ser nominado al Oscar por su papel del padre resignado, que ve en su hijo las posibilidades que él quizá hubiera tenido en su juventud.

Un guión muy sólido para una historia que narra las desventuras de un hombre ya mayor (excelente Von Sydow en su encarnación del padre dócil y pusilánime), y de su hijo (también soberbio el niño en su papel), trabajando en una granja en condiciones casi de esclavitud. En realidad, todas las actuaciones son sobresalientes, incluyendo al abigarrado ramillete de personajes secundarios, a los que la suerte también les escupió en la cara en el momento de nacer.
Fotografía impecable y localizaciones de extrema belleza, para un drama a veces muy duro y sin concesiones, expuesto con un ritmo quizás demasiado lento, al que media horita de menos no le hubiese sentado nada mal.
Recomendable para ver cuanto puede un hombre dejar el orgullo de lado cuando se trata de sobrevivir. Abstenerse amantes de finales felices, y personas convencidas de que la vida en el campo es siempre bucólica y feliz.

Fue la película europea del año (Palma de Oro en Cannes y Oscar a la mejor película extranjera) y es un drama que cuenta la historia del niño Pelle (Pelle Hvenegaard) y su padre (von Sydow), dos suecos que emigran a Dinamarca en busca de mejor fortuna. Allí, empezarán a trabajar en una granja llena de miseria y suciedades, dónde todos los sueños pueden ser borrados por la mediocridad reinante. Sin embargo, Pelle soñará con conquistar imaginariamente lejanas tierras y buscará hacerlo realidad a la primera ocasión que tenga...
Billie August adaptó a la pantalla la novela homónima de Martín Andersen y logró un film magnífico, sólido y convincente, con ecos del gran cine escandinavo (los conflictos morales y la religión de Bergman, la fisicidad de Sjöstrom, la austeridad de Dreyer). Está narrada de manera inteligente y sutil, introduciendo y provocando en el espectador una progresiva e irrechazable empatía hacia sus personajes, hacia la historia y sentimientos que los envuelven, cerrada en un bello y poético final -como toda la película-, dónde se mezclan la poesía de lo soñado y la prosa de lo que a partir de ahí el joven Pelle comenzara a vivir.
Hermosa y gran fotografía que saca un soberbio partido del contexto que envuelve a la película e imponentes interpretaciones del veterano y soberbio von Sydow y del pequeño gran hombre Hvebegaard.
Una película necesaria que apuesta por la imaginación como escapismo a una realidad apestosa e irracional, un elogio a la aventura como medio de transporte hacia la libertad, un elogio a la imaginación y al imaginario mundo de los sueños.

Hay millones de películas tristes. Muchas de ellas te van preparando durante largas secuencias, te van enseñando a los personajes poco a poco, para que sientas empatía con ellos, y al final arrancarte las lágrimas sin compasión. Pero no, aquí es la primera escena la que ya te pone un nudo en la garganta. Nunca vi un comienzo de película tan triste. Los diez primeros minutos de Pelle te enseñan perfectamente quién es Pelle y quién es su padre. Desde el comienzo puedes comprender todo lo que han vivido y lo engañoso de sus sueños. Qué triste es ver a un niño que sueña con imposibles. Imposibles que no son otros que tener una casa o no tener que trabajar y tener tiempo para jugar con otros niños. Pero imposibles para los niños pobres como él.

Me gusta (y me entristece) especialmente el sentimiento de decepción que invade a Pelle durante toda la película cuando ve que su padre no es capaz de “hacer justicia” con quien le ha hecho daño. Los padres siempre son los héroes para sus hijos, y Pelle pronto se da cuenta de que el suyo no hace más que obedecer a un patrón que le grita y le trata como escoria. Qué duro. Y qué dura la frustración del padre que no puede dar a su hijo una vida digna. Que tiene que ser prudente (sumiso, humillado) para no perder la miseria que tienen.

La historia que se cuenta es la de un padre viejo y un niño que es su hijo, sumidos en una gran pobreza pero no por ello pierden suhonor ni su orgullo. El niño simboliza el inconformismo ante una vida infrahumana y el padre se conforma en su pobreza y es vencido por la vida. Una película muy digna que recibió el oscar a la mejor película de habla no inglesa.