Rabia

Jorge Michel Grau ya nos sorprendió en 2010 con Somos Lo Que Hay, un film descarnado y cruel que nos pareció en aquel momento algo insólito y a lo que no estábamos acostumbrados a ver. Ese choque parece que nos quedó en el subconsciente puesto que al visionar Rabia vemos que nos dirigimos por el mismo camino con otra temática. El cine de terror mexicano es una marca de fábrica que no deja de sorprendernos. Tienen una manera diferente de explicar las cosas, que te guste o no depende de cada uno, pero ese toque siniestro ya desde el inicio, nos hace poner en guardia.

Hagamos una pequeña revisión de las producciones más recientes de ese país. Empezamos con Vuelven (Issa López, 2017) un bombazo en toda regla que nos maravilló en su recorrido por festivales varios. Seguimos con Huesera (Michelle Garza, 2022), una obra que no abusa excesivamente del terror, pero que nos explica una historia espeluznante. Estas dos producciones se apartan algo del cine de Jorge Michel Grau, mucho más directo, pero son una muestra del excelente trabajo del cine mexicano.

La trama de Rabia tampoco es que sea muy complicada, lo que choca es la manera en que está rodada. Tiene la particularidad de que casi hasta el final no sabemos exactamente de qué va. Este suspende hace que la veas con curiosidad. Sabes que en algún momento todo saltará por los aires, como así ocurre.

Alan es un muchacho que no sabe el motivo del traslado tras la dolorosa muerte de su madre. Con su padre Alberto se mueven a una especie de urbanización, con todas las casas iguales. En las continuas ausencias de éste se dedica a vagar por los tejados, descubriendo cosas que le hacen pensar que su padre es un hombre lobo. La realidad le golpeará más fuerte de lo que espera.

Rabia es un film diferente. Jorge Michel Grau recoge una idea muy vista en el mundo del cine de terror, el mito del hombre lobo, para usarla a su manera. No nos la muestra hasta muy avanzada la cinta. En el medio un costumbrismo local, con unos personajes variopintos, que va in crescendo hasta el estallido final el cual nos deja con la boca abierta a través de un maquiavélico giro de guion.

Vamos a hablar del triunvirato que protagoniza el film. Juan Manuel Bernal da vida a Alberto, el sufrido y angustiado padre. Su interpretación es muy meritoria puesto que casi sin mover un músculo ya nos lo dice todo. Le sigue el verdadero protagonista, Maximiliano Nájar Márquez como Alan, un chico curioso y algo travieso al que le gusta pasear por los tejados. Finalizamos con Mayra Batalla (Huesera) una especie de hada madrina que se mete en todos los fregados.

Rabia contiene muchos elementos que la hacen plenamente apetecible para todos los amantes del cine de terror. Es un film con un gran final al que le cuesta llegar. Solo hay que darle tiempo.

https://www.terrorweekend.com/2023/11/rabia-review.html