Colour Me Kubrick
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Comedia. Drama
Ésta es la verdadera historia de un hombre que, durante el rodaje de "Eyes Wide Shut", se hizo pasar ante la sociedad londinense por el famoso y atrabiliario director de cine Stanley Kubrick. De este modo consiguió las mejores mesas en los restaurantes, acceso a las fiestas más exclusivas y los mayores elogios de multitud de personas que desconocían el verdadero aspecto del realizador. (FILMAFFINITY)
7 de junio de 2009
17 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que uno espera al ponerse a ver esta película es un relato pormenorizado de las andanzas de este curioso personaje real que se dedicó a hacerse pasar por Kubrick durante el rodaje de "Eyes Wide Shut". Pero no es lo que uno se encuentra exactamente. La historia narra un drama "queer" de un (muy) gay fracasado en la vida y arruinado que se hace pasar por Kubrick para conseguir fama y dinero, sí, pero sobre todo jóvenes efebos deseos de triunfar para llevarlos al catre. Esto es algo que resulta muy desconcertante, porque Malkovich interpreta a uno de los homosexuales más amanerados que se haya podido ver en el cine.
La mencionada bizarrez está lograda y Malkovich se sale en su actuación, mimetizando al personaje hasta el punto de quedar uno convencido de que Malkovich es gay. El asunto resulta divertido y ameno, ya que también se le añaden al personaje otras características curiosas: dejadez, horterismo, alcoholismo, cierta demencia...
Pero ahí se queda todo, más o menos. El interés de la película reside en observar la maestría de Malkovich y sus múltiples caretas, así como el personaje tan pintoresco que se sacan de la manga (no creo que la persona en la que se basa la historia fuera tan extrema). Algunos momentos hacen gracia, todos son simpáticos, pero en general la propia película no pasa de anécdota, tanto como lo fue la propia vida de Alan Conway.
La mencionada bizarrez está lograda y Malkovich se sale en su actuación, mimetizando al personaje hasta el punto de quedar uno convencido de que Malkovich es gay. El asunto resulta divertido y ameno, ya que también se le añaden al personaje otras características curiosas: dejadez, horterismo, alcoholismo, cierta demencia...
Pero ahí se queda todo, más o menos. El interés de la película reside en observar la maestría de Malkovich y sus múltiples caretas, así como el personaje tan pintoresco que se sacan de la manga (no creo que la persona en la que se basa la historia fuera tan extrema). Algunos momentos hacen gracia, todos son simpáticos, pero en general la propia película no pasa de anécdota, tanto como lo fue la propia vida de Alan Conway.
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