Visiones extrañas

Típica historia de un detective medium que quiere atrapar a un asesino en serie que nunca le vé el rostro en sus predicciones, pero que tú como espectador, te enteras antes que él porqué el director te deja unas ¨pistas¨ demasiado obvias (aunque la intencion del director fuese que no lo supiesemos hasta el final). Eso sí, el ritmo es bastante bueno, no se me ha hecho pesada.

Un asesino en serie que habían dado por muerto, conocido como "Jabberwocky", ha vuelto aparecer en la ciudad. El caso es asignado al detective Mike Hayden (Kiefer Sutherland), pero este tiene serios problemas emocionales, la esposa lo abandono y ahora se consuela con la botella de “whiskey”. Pero ese no es el mayor problema del detective Hayden, está teniendo inquietantes visiones paranormales, el cual le trae más problemas que beneficios, ¡solo los resultados de la investigación dirán!

El film presenta un tema atípico, un policía con serios problemas emocionales, pero con un poder sobrenatural que no puede o no quiere controlar. Un film lleno de suspenso, pero con unas lagunas en cuanto a ciertas escenas que necesitan mayor explicación. Su patético ayudante y maestro en lo sobrenatural, Harvey (Henry Czerny), en ocasiones resulta saber menos que él, ¡es ahí donde nace el suspenso de la historia!

Kiefer Sutherland, hijo del gran actor Donald Sutherland, estuvo disfrutando del éxito de la serie de televisión “24 (2001-2010), con la cual se gano varios premios, incluyendo el “Golden Globe” como mejor actor de televisión. En el pasado se ha destacado en los films “Stand by Me” (1986), “The Lost Boys” (1987), “A Few Good Men” (1992), “A Time to Kill” (1996), “Dark City” (1998), “Phone Booth” (2002), “The Sentinel” (2006) y “Mirrors” (2008).

Lo de mezclar intriga y temática sobrenatural es algo que se ha hecho en varias películas. No debieron de ser demasiado buenas porque no me acuerdo de ninguna. Y "Visiones extrañas" se me olvidará en pocos días: Kiefer Sutherland, en un papel hecho a la medida para Massiel, se bebe toda Escocia. Algunas escenas de alcohol rozan la parodia. Otras, con una dirección que parece más perezosa que incompetente, entran directamente en la chapuza.