El gendarme y los extraterrestres

Nuestro querido Louis de Funès, es un sargento gendarme de una población costera francesa. En esta ocasión, hay dos bajas y dos altas en el equipo habitual de los gendarmes. Unos extraterrestres contactan con ellos para conocer el comportamiento humano. Como puede suponerse, los enredos no tardarán en aparecer y las escenas alocadas, disparatadas y estrafalarias serán el plato fuerte de esta distraída cinta, quizás la mejor de toda la serie del “Gendarme”.
Tenemos un actor, Louis de Funès, posiblemente el más taquillero de toda la historia del cine francés, y tenemos una larga serie de películas que protagonizó desde la década de los años 60, hasta principios de los 80. Todas estas películas están cortadas por el mismo patrón, sea quien sea el director de turno.
El gendarme y los extraterrestres, sigue fielmente la línea chillona y estridente de todos sus films, algunos de calidad y otros bastante aburridos. Cabe destacar que esta película fue uno de los mayores éxitos de taquilla del cine francés del año 1979. Es un film bobo, sencillo, tontorron y sin pretensiones, rodado única y exclusivamente para el deleite del ejercito de seguidores de Louis de Funès, y es fruto de una época en que las películas eran sencillas, simples, banales y sin complicaciones.
Recomendación: Para poner la mente en blanco y rellenar 90 minutos de buena risa inocente.

Divertida quinta película de la saga del gendarme y una de las mejores.

Realizada en plena fiebre de los films de extraterrestres, esta es la típica película que se podía ver en un cine de verano, con un argumento muy sencillo y tremendamente entretenido aunque acusa de una cierta repetición de situaciones, pero en conjunto es muy ameno.

Llama la atención la decadencia física de Louis de Funes (había una ambulancia en el plató por si la necesitaba) en su regreso a su personaje más recordado después de nueve años desde el anterior film de la saga.

Cuenta con buenas interpretaciones por parte de su reparto y sorprende con una ligera crítica a la sociedad de consumo.

Una película para recuperar

Nueve años después, tras varios proyectos cancelados debido al delicado estado de salud de su estrella Louis de Funes (sobrevivió a dos infartos separados en apenas un mes), se desempolva la saga del gendarme Cruchot con un parodia del tema de los extraterrestres y con cierta influencia de La invasión de los ultracuerpos. Y la espera mereció la pena porque volvió a romper las taquillas en Francia.

Frente a la escasa imaginación de la anterior, en esta ocasión nos encontramos con un guión mejor elaborado, con avances en las investigaciones y con el que se aprovecha para sacar partido humorístico de las confusiones. No tiene la misma efectividad que, por ejemplo, en las cintas de Fantomas, pero es gracioso ver cómo nuestro protagonista la lía.

Algunos aspectos negativos nos llevan al cambio de actriz de la esposa de Cruchot, pero lo peor es la desafortunada traducción castellana que se le da al apelativo cariñoso (repetido varias veces) que el gendarme emplea para referirse a su esposa. Estoy seguro de que en el original no debe decir lo mismo. Pero lo más importante es que a Louis de Funes se le nota más envejecido de lo normal y eso le resta movimiento aunque afortunadamente nada de su habitual expresividad.

Sin embargo, los puntos positivos terminan superando a los escasos negativos y se convierte en una de las mejores películas de la saga.