Los niños de Hiroshima
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17 de mayo de 2011
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
No le encuentro mucho el tono documental que se menciona en diversos lugares, salvo alguna toma suelta de la ciudad y quizá el esquema general del guión; todo lo demás, el grueso de la película, es puro drama, amargo y crudo como la realidad que representa. Hay algunas escenas de un impacto sentimental hondo, especialmente para aquellos sensibles a los niños, y lo mejor es que lo consigue sin manipularlos ni buscar la lágrima de forma fácil; más bien retratando secamente hechos que fueron más frecuentes de lo que podamos asimilar. Metáfora de un país que debió rehacerse desde cero, los niños, heridos o convalecientes, han de seguir hacia adelante, y alguien tiene que ayudarlos.
15 de abril de 2013
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Conmovedor y necesario retrato de la hiriente realidad provocada en Hiroshima a causa de la devastadora bomba.
Filmada con la austeridad propia del neorrealismo, muestra las secuelas físicas y psicológicas que permanecen en los supervivientes, así como el lento proceso de recuperación en una sociedad desamparada y la fatídica resignación de los moribundos.
Un guión sencillo, en el que una antigua maestra, de espíritu altruista, visita la ciudad cuatro años después, en busca de antiguos alumnos a los que ofrecer un futuro esperanzador. A través de su recorrido se muestran las miserias humanas más caóticas, la tragedia asimilada amargamente por los más jóvenes y los recuerdos felices de un pasado ya lejano.
Resulta significativo que el autor de la película, primera que asume de manera veraz el tema, sea hijo de la propia ciudad, dotando a la narración de cruda sensibilidad, pero sin ningún atisbo maniqueo, consiguiendo plasmar un relato cercano en su desaliento y reflexivo en su terrible vigencia.
Estremecedora y emotiva, necesaria y reivindicable, ahora y mañana.
Filmada con la austeridad propia del neorrealismo, muestra las secuelas físicas y psicológicas que permanecen en los supervivientes, así como el lento proceso de recuperación en una sociedad desamparada y la fatídica resignación de los moribundos.
Un guión sencillo, en el que una antigua maestra, de espíritu altruista, visita la ciudad cuatro años después, en busca de antiguos alumnos a los que ofrecer un futuro esperanzador. A través de su recorrido se muestran las miserias humanas más caóticas, la tragedia asimilada amargamente por los más jóvenes y los recuerdos felices de un pasado ya lejano.
Resulta significativo que el autor de la película, primera que asume de manera veraz el tema, sea hijo de la propia ciudad, dotando a la narración de cruda sensibilidad, pero sin ningún atisbo maniqueo, consiguiendo plasmar un relato cercano en su desaliento y reflexivo en su terrible vigencia.
Estremecedora y emotiva, necesaria y reivindicable, ahora y mañana.
3 de agosto de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desgarrador relato contado desde la perspectiva de una joven maestra que decide visitar a difuntos seres queridos y otros vivos, prácticamente todos con secuelas, físicas y/o emocionales.
En este viaje se muestra la devastación, el horror, la caída, la soledad, el miedo, la enfermedad, el dolor profundo, en varias generaciones. Un dolor producido, y sin culpabilizar a nadie, directamente por el ser humano.
Shindo empieza a mostrar, casi al principio de su carrera cinematográfica el papel resiliente y empoderado desde la sombra de la mujer, en esa época, desde su posición claramente pasiva y sometida. El papel de la protagonista es sublime y de una ternura infinita.
Cine de corte hiperrealista, de alta alcurnia y con pocos medios. Sobrecogedora. Excelente
En este viaje se muestra la devastación, el horror, la caída, la soledad, el miedo, la enfermedad, el dolor profundo, en varias generaciones. Un dolor producido, y sin culpabilizar a nadie, directamente por el ser humano.
Shindo empieza a mostrar, casi al principio de su carrera cinematográfica el papel resiliente y empoderado desde la sombra de la mujer, en esa época, desde su posición claramente pasiva y sometida. El papel de la protagonista es sublime y de una ternura infinita.
Cine de corte hiperrealista, de alta alcurnia y con pocos medios. Sobrecogedora. Excelente
17 de enero de 2022
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Es de agradecer lo edificante de un cine como el de Shindô. Activista de las buenas intenciones y el respeto al ser humano. Quizá por eso no hace gala del "voyeurismo" característico de su cine en años posteriores.
Echo de menos un inicio de peso anclaje y esos maravillosos juegos con el tiempo a los que juega su director.
Triste, emotiva, desoladora... y sentida.
Echo de menos un inicio de peso anclaje y esos maravillosos juegos con el tiempo a los que juega su director.
Triste, emotiva, desoladora... y sentida.
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